Ser B es votar cada día

Artículo

Andrea Alonso

La economía suele definirse como la administración de bienes que son escasos para satisfacer necesidades humanas, pero en la actualidad, nuestro ritmo de consumo de bienes y servicios en las economías «desarrolladas» con frecuencia dista mucho de este concepto de administración, escasez y satisfacción de necesidades en sentido estricto. Por otro lado, la sensibilización con desafíos como la emergencia climática, el cumplimiento de los derechos humanos o el respeto y cuidado de los recursos naturales, cada vez resulta mayor, convirtiéndose en una prioridad para todas las personas. ¿Cómo transformamos nuestra economía para poder ser coherentes con estos valores y prioridades?

El peso de esta transformación no puede ni debe recaer exclusivamente sobre los hombros de las personas individuales. Las empresas, organizaciones, instituciones públicas y gobiernos son quienes tienen un mayor nivel de recursos y capacidad de producir cambios. A pesar de ello, no debemos olvidar que estas organizaciones están formadas por personas que, además, actúan según las demandas de las personas individuales que conforman su grupo de clientes o beneficiarias. Por ello tenemos el deber de demostrar qué es lo que nos importa como ciudadanía. 

Cada vez que elegimos qué tipo de alimentos compramos, con qué ropa nos vestimos o qué servicios consumimos, estamos lanzando un mensaje de qué valores consideramos relevantes. Un mensaje de lo que sí apoyamos y lo que no. Nuestra acción individual diaria es un símbolo, que lanza un mensaje tanto a las personas como a las empresas e instituciones que nos rodean. 

Nuestra acción individual diaria es un símbolo, un mensaje tanto a las personas como a las empresas e instituciones que nos rodean

Muchas opiniones justifican la resistencia al cambio con argumentos como el mayor coste económico de las opciones sostenibles, el mayor tiempo que se debe dedicar para acceder a ellas o la menor calidad o bienestar que producen. En realidad, partimos de la base de que la opción más sostenible es la de no consumir y que el primer ejercicio a realizar es la revisión de las supuestas necesidades que tenemos como seres humanos. Una vez determinadas nuestras necesidades «reales», tengamos en cuenta que nos encontramos en el momento de la historia en el que más información disponemos sobre opciones respetuosas y sostenibles, desde las más sencillas y económicas hasta las más complejas y, aparentemente, más costosas. Asimismo, hay que recordar que lo que consideramos más económico no suele incluir el coste de las externalidades negativas que produce, por lo que, realmente, la opción sostenible no es la más cara, sino que la opción económica es demasiado barata y probablemente más perjudicial.

Muchas empresas trabajan ya por generar un impacto positivo en la sociedad y en el planeta a la vez que llevan a cabo su actividad de negocio. El movimiento de empresas B Corp, por ejemplo, es precisamente un movimiento global de personas que tienen como objetivo transformar la economía en beneficio de todas las personas, las comunidades y el planeta. Consumir en cualquiera de ellas ya es generar impacto a través de una acción individual, dado que son empresas a las que no solo les preocupa la generación de beneficios económicos, sino también aspectos relacionados con el desempeño social, ambiental y de gobernanza.

Para seguir dando visibilidad a este movimiento, durante el mes de marzo se celebra el B Corp Month, que, bajo el lema Ser B significa que #VamosMásAllá, tiene como objetivo transmitir a la población el poder que tienen sus acciones al elegir las empresas en las que consumen. En este contexto, hoy 15 de marzo a las 19.00 se celebra una mesa de debate en imaginCafé (Calle Pelai 11, Barcelona) en la que participarán portavoces de tres B Corps –imagin, BUFF y Flax&Kale– que explicarán su experiencia de transformación para inspirar a otras empresas y a la ciudadanía. Coincidiendo con este evento, arranca también en imaginCafé el primer showroom B Corp en España, Ser B es votar cada día, un espacio de exhibición y sensibilización con más de 25 empresas B Corps que mostrarán a los visitantes del espacio su poder para cambiar el mundo.

El movimiento B Corp es solo un ejemplo más de empresas a las que todos y todas podemos acceder para conseguir un objetivo mayor: cuidar del planeta y del entorno que nos ofrece todos los recursos necesarios para satisfacer nuestras necesidades mediante, en este caso, la transformación de nuestra economía. Todas las personas tenemos el poder de demostrar que queremos un presente y un futuro mejores, con justicia ambiental y social para todos y todas. Las sociedades han ido evolucionando gracias a los relatos que se han ido construyendo y que han pasado a ocupar el imaginario de las personas que las conforman. Tenemos el poder de construir ese relato y de actuar en consecuencia para ir más allá.

Andrea Alonso López es Head of Engagement en imagin.