Salud

Endometriosis: un dolor silenciado

Aunque entre el 10 y el 15% de las mujeres la padecen, la endometriosis sigue siendo una gran desconocida. Todavía no se saben cuáles son todas sus causas y no hay un tratamiento claro.

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09
febrero
2023

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La endometriosis es una enfermedad relativamente frecuente en las mujeres que consiste en la aparición de tejido endometrial fuera del útero, tanto en la cavidad pélvica como en los ovarios o los ligamentos uterinos, la vejiga urinaria o el intestino. Actualmente afecta entre el 10 y 15% de las mujeres en edad fértil. Siendo una enfermedad que afecta a 190 millones de mujeres en el mundo, aún se desconocen muchas de sus causas y principales afectaciones.

La mayoría de las pacientes recibe un tratamiento insuficiente o demasiado doloroso que puede conllevar graves consecuencias para su salud. Además, la endometriosis puede ser un obstáculo para la maternidad, hecho que altera las prioridades vitales y planes de futuro de aquellas que desean ejercerla. Entre los tratamientos más habituales hoy día existen las intervenciones quirúrgicas, hormonación u otros tratamientos personalizados. Pero la mayoría de mujeres (entre el 40 y el 50%), incluso aquellas que se han sometido a cirugía, vuelve a sufrir la enfermedad al cabo de cinco años.

El trato que recibe hoy en día esta enfermedad es una evidencia más de la violencia obstétrica que reciben las enfermedades femeninas. En el diagnóstico de muchas patologías existe un sesgo importante de género, que deriva en aplicar un tratamiento o respuesta basado en estereotipos y no en evidencias médicas. Por ejemplo, cuando las mujeres se quejan de dolor, cansancio o síntomas depresivos, se suele resolver con la recomendación de psicofármacos y no con un estudio exhaustivo del cuerpo y sus posibles disfunciones orgánicas. Además, en muchas ocasiones el tratamiento no está cubierto por la Seguridad Social, hecho que genera una carga financiera elevada para muchas pacientes.

Siendo una enfermedad que afecta a 190 millones de mujeres en el mundo, aún se desconocen muchas de sus causas

La violencia obstétrica suele derivar en diversos factores: la falta de inversión en investigación, una baja conciencia social de las patologías femeninas y la perpetuación de unos estereotipos de género sin base científica. Pero lo más importante es que el sufrimiento de muchas mujeres se pasa en silencio. Algunas expertas también resaltan la necesidad del cuerpo médico y sanitario de reconocer sus malas prácticas que, de forma intencional o a veces por desconocimiento técnico, han llevado a perpetuar situaciones de violencia para las mujeres. Pero las compensaciones y el reconocimiento de la falta es aún un inconveniente que muchos no están dispuestos a aceptar.

Uno de los principales debates que ha abierto el trato actual de la endometriosis y otras enfermedades femeninas son los derechos de la paciente, que están recogidos en la Ley 41/2002. Esta regulación expone las condiciones de autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Es importante que estas regulaciones no solamente contemplen los derechos generales de las personas enfermas, sino que también tengan en consideración los obstáculos o sesgos, como el de género, que existe en la prescripción y detección de tales patologías.

Después de conocer el origen de sus dolencias, muchas mujeres han expresado sentir alivio, pues si bien el momento de aceptar la propia enfermedad es duro, tener un diagnóstico puede ayudar no solamente a buscar un remedio, sino también a que se les reconozca su dolor.

El movimiento feminista lleva algunas décadas prestando atención a este tipo de injusticias en clave de género, y son muchas las profesionales, entre ellas personas como Carme Valls Llovet o Miriam Al Adib, que llevan años haciendo activismo para reivindicar la violencia obstétrica en las actuales prácticas médicas. Las expertas mencionadas y muchas otras han impulsado una gran variedad de iniciativas y enmiendas para que las regulaciones y tratamientos se modifiquen teniendo en cuenta las condiciones e injusticias que, hasta el momento, se han perpetuado. Las enfermedades y sus pacientes necesitan poder romper su silencio y obtener información veraz y contrastada sobre su padecimiento para poder, así y solamente así, iniciar su camino hacia una solución efectiva.

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