La crisis climática, a la espera de compromisos ambiciosos
Líderes políticos, representantes de la sociedad civil y activistas del mundo se preparan para recibir la 27ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Egipto el próximo 6 de noviembre. Tras un año de eventos climáticos extremos, sumados a la crisis energética, hemos sido testigos de acentuación de las diferencias socioeconómicas en los países del mundo. Se necesitan decisiones a la altura de la emergencia: ¿podrán las naciones llegar a buenos acuerdos?
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2022
Artículo
Pocas dudas quedaban ya sobre la necesidad de abordar de una vez por todas la lucha climática. Sin embargo, tras este verano interminable que ha registrado temperaturas récord en todo el planeta, estas han quedado disipadas por completo: ya existe un 50% de probabilidades de que la temperatura global media alcance los 1,5 grados de calentamiento antes del 2026. Y, como ya han advertido las Naciones Unidas, 2025 es el año límite para frenar el calentamiento global. A partir de ahí, será inevitable.
Esta es la premisa de la que parte la 27ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) que se celebrará del 6 al 18 de noviembre en Sharm El-Sheik (Egipto). Una oportunidad para terminar de sentar las bases que permitan a los países evitar colectivamente el aumento del termómetro planetario, después de que la COP 26 de Glasgow no diera los frutos esperados: allí se firmó el Pacto Climático de Glasgow, pero tanto el documento como la presidencia de la Conferencia a cargo del Reino Unido han sido duramente criticados por no responder con ambición a la urgencia.
Por aquel entonces, los países acordaron actualizar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, el núcleo del Acuerdo de París, con objetivos más sólidos. Sin embargo, solo 23 de 193 países han presentado sus planes a la ONU hasta el momento.
La era de los desafíos
Los principales objetivos que se ha planteado la presidencia de este año se enfocarán en tres ejes protagonistas: mitigación, adaptación y financiación climática. Así, los compromisos a adoptar serán cruciales para cumplir los objetivos del Acuerdo de París que requiere de «una transformación a gran escala, rápida y sistemática», según un nuevo informe de la ONU.
Uno de los grandes temas será la financiación climática y cómo distribuir las cantidades para ayudar a los países que ya sufren los efectos de la crisis climática
Los expertos esperan que este año los países demuestren cómo planean implementar el Pacto Climático de Glasgow con la finalidad de evaluar sus estrategias y crear un programa relacionado a la mitigación, es decir, las acciones que permiten disminuir las emisiones causantes del cambio climático y, por ende, evitar que las consecuencias no sean tan severas.
Por otro lado, las naciones deberían asumir compromisos mucho más detallados y ambiciosos relacionados a la adaptación de la crisis climática en sus planes nacionales. Como se recuerda, los países desarrollados acordaron duplicar la financiación para este objetivo durante la COP26 y, en esa línea, uno de los grandes temas de conversación será la financiación climática y cómo se distribuirá esa cantidad para ayudar a los países que ya sufren en mayor grado los efectos de la crisis climática (mayoritariamente, países en vías de desarrollo) a minimizar las pérdidas y daños.
Una COP 27 ¿no apta para activistas?
Consolidar un plan, sobre todo de la mano de los países con mayores emisiones de gases de invernadero, no es el único desafío que desde ya enfrenta la Presidencia de la COP27. Como es costumbre, los movimientos sociales y ciudadanos son bienvenidos y respaldados por el país anfitrión, que además se encargan de garantizar la seguridad de los asistentes. Sin embargo, el actual gobierno de Egipto tiene prohibidas todas las manifestaciones e incluso criminaliza la libertad de reunión.
Por ese motivo, activistas internacionales como la sueca Greta Thunberg han decidido no asistir a la Conferencia en solidaridad con estos atropellos al derecho a la libre manifestación. «Las COP no están destinadas realmente a cambiar todo el sistema. No están funcionando, a menos, por supuesto, que las usemos como una oportunidad para movilizarnos, señaló recientemente.
Varios activistas internacionales han decidido no asistir en solidaridad con los diversos atropellos al derecho a la libre manifestación en el país anfitrión
Esta semana, además, el arresto del activista climático indio Ajit Rajagopal sumó preocupación por el débil resguardo por los derechos humanos. Rajagopal caminaba solo con un cartel llamando a la justicia climática cuando fue detenido por no tener autorización para protestar. Según informaron los medios, el arresto fue considerado como ilegal por un grupo local que trabaja a favor de los derechos humanos y denuncia al menos 67 otros arrestos recientes en El Cairo y otras ciudades.
En este sentido, el propio ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, también presidente designado de la COP27, afirmó el pasado mayo que se permitirían las protestas, pero en una instalación adyacente al centro de conferencias que cumplirá específicamente tales actividades.
A pesar de que las negociaciones girarán específicamente alrededor de las políticas ambientales y climáticas que los líderes políticos deberán asumir para luchar contra la crisis climática, los resultados, positivos o no, impactarán en los desafíos que el mundo vive en la actualidad y evitarán que otras crisis, como la alimentaria, se suman a la lista.
COMENTARIOS