Sociedad

«Solo un capítulo más»: por qué ver series ya no es sinónimo de descansar

Cada vez más personas, y especialmente los más jóvenes, utilizan su tiempo de descanso para ver una serie. Pero ¿desconecta realmente nuestro cerebro cuando consumimos contenido audiovisual? ¿Qué consecuencias tiene para nuestra salud un atracón de series?

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17
octubre
2022

Tras un duro día de trabajo, es muy típico tirarse en el sofá o la cama, encender la televisión (o el ordenador) y ver un capítulo de la serie del momento. Al cabo de tres o cuatro horas, quien lo hace se da cuenta de que lleva todo ese tiempo absorbido por el contenido sin haberse percatado de lo que ha pasado a su alrededor. También es habitual que, cuando se estrena una nueva temporada de nuestra serie favorita, dediquemos un festivo a verla en formato maratón, es decir, tumbados en el sofá durante horas mirando a la pantalla, solamente parando para ir a la nevera o al baño.

Esta extendida práctica ya tiene nombre: se llama binge-watching, y se define como el hecho de ver múltiples episodios en streaming sin parar. La palabra inglesa binge se utilizó desde la segunda mitad del siglo XX para describir el acto de comer y beber en exceso, pero desde hace algunos años se utiliza para el contenido audiovisual.

Desde la popularización de las plataformas digitales para ver series y películas, muchos expertos del mundo de la salud que han empezado a observar los efectos que puede tener esta forma de consumo para la salud en general: algunos científicos consideran que los atracones de televisión se deben a la liberación de dopamina, que nos hace sentir positivos y emocionados con el contenido. Ver horas y horas de un programa o un show genera este efecto, especialmente si se visualiza sin interrupción.

Los atracones de series y películas liberan dopamina, la llamada hormona de la felicidad que, en un elevado exceso, también puede causar graves efectos en la salud

Pero esta segregación de la llamada hormona de la felicidad, en un elevado exceso, también puede comportar graves afectaciones a la salud, y aún más si la práctica se repite en el largo plazo. Insomnio, estrés, ansiedad, aislamiento social, problemas de espalda o reducción de la actividad física son algunas de sus consecuencias más comunes. Pero también tiene otros efectos más sutiles.

Un hecho al que no se pone demasiada atención desde la investigación es la falsa asunción de pensar que consumiendo contenido audiovisual se está descansando. El acto de descansar se define según la Real Academia Española como «quietud, reposo o pausa en el trabajo o fatiga»; si bien mirar series es algo que no requiere moverse, sí que requiere atención por parte del espectador. Por ello, aunque no precise esfuerzo físico, no se le puede considerar una forma de descansar como lo serían salir a pasear, pintar o practicar yoga. Esto conduce a una verdad que muchas personas han esquivado durante años: la excusa de ver series como descanso y evitar sentir la procrastinación ya no vale. El consumo de series y programas de televisión son una forma de ocio como cualquier otra.

Los expertos recomiendan limitar el tiempo de visualización y priorizar otras actividades que sí que nos permitan descansar

Volviendo a la salud, algunas de las soluciones a las que ya apuntan los expertos para reducir los riesgos del binge-watching es limitar el tiempo de visualización, bien sea a partir de un límite de minutos o de episodios diarios. Otras técnicas son marcar una hora. Mantener la luz abierta ayuda a no perder el paso de las horas y también contribuye a no deteriorar la vista. Tomar descansos para salir a pasear o quedar con amigos es altamente recomendable para hacer las pausas necesarias. También hay quien sugiere ver series acompañados de amistades o familia para prevenir el riesgo de aislamiento.

Con la llegada de la llamada era digital se ha extendido la conciencia de la necesidad de impulsar la educación en el uso de las nuevas tecnologías para asegurar que todo el mundo adquiera hábitos saludables o éticos en su uso. Si bien el foco se suele poner en los jóvenes, la digitalización es cada vez un fenómeno más transversal en cuestión de edad, ya que cada vez concierne a más segmentos de la población. Por ello, las prácticas saludables y los riesgos para el bienestar de estos hábitos deben ser informados, conocidos y explicados. Y los maratones, dosificados.

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