El mapa del talento femenino (o dónde están las mujeres)
La igualdad en el puesto de trabajo sigue siendo uno de los grandes retos laborales. Las brechas de género de algunos sectores económicos o la dificultad (añadida) de ser a la vez líder y mujer son algunos de los obstáculos que persisten. ¿Cómo se reparte el talento femenino en España?
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Son muchas las charlas, conferencias y encuentros empresariales en las que las mujeres brillan, bien por su ausencia o bien por su unicidad. No es que sean únicas en su especie y su sector, sino que, debido a su falta de visibilidad y promoción en entornos de toma de decisiones o presencia pública, son pocas las que aparecen en los espacios públicos.
Si bien tenemos datos a celebrar –como que España ha alcanzado el mayor número de mujeres directivas de su historia, según datos del informe Women in Business 2022 elaborado por la consultora Grant Thornton– aún estamos lejos de considerar lograda la igualdad laboral. Son muchos los sectores en los que las mujeres siguen infrarrepresentadas o con peores condiciones respecto a sus compañeros hombres. Sin embargo, la trayectoria profesional de las mujeres y su acceso a puestos de alta dirección ha mejorado después de la pandemia.
Si hablamos de liderazgo femenino, es decir, de puestos de toma de decisiones ocupados por mujeres, España presenta resultados que, si bien insuficientes, han mejorado en los últimos años. Como destacaba el estudio Las mujeres en los consejos de las empresas cotizadas, en 2002 solo encontrábamos un 2% de mujeres en consejos de las principales empresas del IBEX. En 2021, se alcanzó el 31%. Sin embargo, el informe también señalaba que, si bien es un progreso, debemos ser más ambiciosos, puesto que en 2021 todavía solo un 17% de los miembros de los consejos directivos eran mujeres.
No obstante, en el sector del emprendimiento hay esperanza. Como indica el Foro Económico Mundial, en 2020 el número de mujeres que emprendieron fue un 49% más elevado que en 2019, mientras que los hombres fueron un 42%. En el caso español, el Observatorio de Emprendimiento de España también confirma estos datos añadiendo que el porcentaje de mujeres involucradas en iniciativas emprendedoras de menos de tres años y medio de vida es superior al de hombres por primera vez desde que se registran estos datos, con un 5,6% frente al 5,4%, respectivamente.
En 2020, el número de mujeres que emprendieron fue un 49% más elevado que el año anterior
Hay que tener en cuenta que estas cifras pudieron ser causadas por una influencia mayor del paro en las mujeres, así como la necesidad de seguir ingresando dinero en una situación de incertidumbre. Sea como sea, el sector del emprendimiento tecnológico ha sido señalado en numerosas ocasiones como un catalizador del talento femenino: iniciativas como Young It Girls o Mujeres STEAM son ejemplos del compromiso que la sociedad mantiene con la educación y promoción de las niñas y mujeres en estos campos.
Por otro lado, hay dos sectores que, si bien reciben menor atención mediática que el STEAM, conviene destacar cuando hablamos de talento femenino por la gran necesidad de visibilizar sus retos y desafíos. El primero es el emprendimiento rural, o el liderazgo en zonas agrarias de muchas mujeres de nuestro territorio. En este sentido, asociaciones como FADEMUR luchan para conseguir que las emprendedoras rurales puedan revertir datos como que solo un 26% de los asociados de cooperativas agrarias sean mujeres.
Mientras las profesiones masculinizadas generan brechas, las feminizadas siguen siendo consideradas de baja complejidad
Y es que las profesiones altamente masculinizadas, como pueden ser las que pertenecen al sector primario o secundario, generan importantes brechas de género que conducen a la exclusión de perfiles de talento femenino; no solamente de puestos de decisión, sino de todos los eslabones laborales. Por el contrario, las profesiones feminizadas siguen recibiendo poca atención y siendo consideradas profesiones de baja complejidad, lo que genera importantes retos para las mujeres que trabajan en estos campos.
Esto nos lleva al segundo grupo sectorial: el sanitario y de cuidados. Asociaciones como Las Kellys han hecho (y siguen haciendo) una importante labor en la visibilización de las condiciones laborales de las mujeres del sector de cuidados y luchan para conseguir derechos y condiciones óptimas que les permitan desarrollar su talento profesional en situación de igualdad y dignidad. Otros foros, como Mujeres de la Sanidad, buscan promocionar la labor de muchas mujeres en el sector sanitario, destacando y premiando perfiles de excelencia en el sector. De forma distinta, todas las asociaciones mencionadas y muchas otras trabajan para conseguir que el talento femenino siga creciendo y mejorando sus condiciones en nuestro país.
Poner en valor el talento femenino pasa por una estrategia simple: promover la diversidad en todos los órganos representativos de nuestra sociedad, sean de liderazgo empresarial, políticos, sociales o de menor presencia pública. La promoción de equipos con perfiles variados y con diferentes características permiten integrar diferentes puntos de vista y sensibilidades que serán cruciales para la adaptabilidad y capacidad estratégica de todos los sectores productivos, así como el liderazgo de mujeres que abran paso para que las futuras generaciones de líderes y trabajadoras tengan referentes y trabajen en igualdad. Y es que, sin talento femenino, nuestra economía está condenada al fracaso.
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