Derechos Humanos

La necesidad de ser justos

A pesar de la importancia que tienen los derechos humanos a la hora de moldear nuestras sociedades, en múltiples ocasiones se ignoran como algo ajeno a los retos que el planeta tiene por delante. No obstante, solo con su promoción será posible alcanzar la idea de sostenibilidad que debe marcar el futuro de nuestros países.

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01
noviembre
2021

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Los derechos humanos son el fundamento y la base de nuestra sociedad: dan valor a la vida, la educación, la salud y la libertad. Se trata de principios inherentes a todos y, como tales, inalienables. Por esto mismo debemos protegerlos y garantizarlos utilizando todas las herramientas a nuestro alcance.

Este es un papel que no sólo corresponde a los Estados, sino también a las empresas, pues su actividad impacta de forma directa sobre estos derechos. Lo puede hacer, por ejemplo, a través de la generación de empleo de calidad con condiciones salariales óptimas, lo que permite cumplir con los derechos a la alimentación y la vivienda. Lo mismo ocurre con la aplicación de medidas para garantizar la igualdad de género y la no discriminación por motivos de raza, religión u orientación sexual.

Una asociación que parece que aún no ha calado de manera consciente en un grado suficiente dentro de la comunidad empresarial, ya que tan sólo una cuarta parte del tejido corporativo español cuenta con una política en materia de derechos humanos, según nuestra Consulta Integral. Un dato, este, que contrasta con el trabajo sobre la Agenda 2030, el cual ha sido llevado a cabo por el 85% de las empresas de nuestro país.

Avanzar en la consecución de estos derechos requiere ver estos principios básicos como algo que está presente en nuestro día a día

Esta brecha existe incluso a pesar de la presentación de los derechos humanos como los cimientos sobre los que debe asentarse el futuro sostenible que el mundo demanda; son, de hecho, uno de los pilares que rigen la Agenda 2030, un plan de acción que se desgrana en 169 metas. De ellas, 156 están incluidas en los tratados internaciones de derechos humanos, lo que demuestra una correlación incuestionable.

Avanzar en la consecución de estos derechos requiere de un ejercicio de reflexión que nos permita ser conscientes de esta fuerte relación y ver estos principios básicos como algo que está presente en nuestro día a día. No obstante, no se trata solo de conocer el impacto de la actividad empresarial en estos derechos: las empresas deben dar un paso más para gestionarlos.

Los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos nacieron hace diez años con este mismo fin. Una década más tarde es posible decir, con cierto orgullo, que han servido para lograr grandes avances, como la aclaración aportada por los Principios Rectores sobre el contenido y el alcance de la diligencia debida de las empresas en materia de derechos humanos. Pero su misión no acaba ahí: continúa habiendo grandes retos, como el hecho de que los abusos empresariales persistan en todas las regiones o que aún no haya datos claros para evaluar la actuación de las empresas en esta materia.

En este sentido, todo apunta a que debemos implementar medidas más contundentes que nos ayuden a incrementar el impacto, como el hecho de alcanzar una normativa internacional vinculante para que todas las organizaciones aúnen esfuerzos a la hora de trabajar a favor de los derechos humanos. Precisamente, con motivo de sincronizar los avances de todas las entidades, la Unión Europea se encuentra actualmente desarrollando una directiva intersectorial obligatoria sobre diligencia en materia de derechos humanos y medio ambiente. Muchas empresas se han posicionado ya a favor de estas medidas obligatorias de diligencia debida, mostrando así su compromiso en materia de derechos humanos.

Sin una garantía de los derechos humanos no podremos alcanzar un horizonte sostenible.

Este compromiso crece y ha de extenderse en toda la comunidad empresarial, pero al triple de velocidad. Para ello, no podemos esperar a que las legislaciones sean el acicate que lo impulse; debemos poner en valor estos Principios Rectores desde este preciso instante. Desde el Pacto Mundial de Naciones Unidas trabajamos en esta dirección, promoviendo diferentes formaciones, seminarios divulgativos y guías de implementación. Además, otorgamos a las empresas todas las herramientas necesarias para la correcta gestión empresarial de los derechos humanos. Nuestro objetivo es lograr que el compromiso con los Principios Rectores tenga, al menos, la misma intensidad que el de la Agenda 2030. De nada nos sirve trabajar en la sostenibilidad si dejamos a un lado sus fundamentos. Al fin y al cabo, sin una garantía de los derechos humanos no podremos alcanzar un horizonte sostenible.

Es el momento de romper la brecha y mirar al frente en materia de sostenibilidad, protegiendo los derechos humanos mediante pasos firmes y acompasados para no dejarlos atrás. Esta no es solo la década de acción sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, esta es la década de acción sobre todos los aspectos que promuevan un futuro sostenible. Entre ellos, indudablemente, no pueden faltar los derechos humanos.


Cristina Sánchez es directora ejecutiva de Pacto Mundial de Naciones Unidas España.

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