«Los farmacéuticos queremos ser claves en la transformación digital de la sanidad»

Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, profundiza en el impacto que la farmacia tendrá en retos como la fijación de la población rural en el territorio o la lucha contra la violencia de género gracias a su nueva estrategia social.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

Tanto en su paulatina difuminación como en sus desesperantes inicios, las consecuencias sanitarias y sociales de la pandemia se han visto frenadas por una cruz verde que nunca se apagó. Un escudo que es símbolo de «una red que cada día atiende a más de 2,3 millones de personas, constituyéndose como un aliado social y sanitario fundamental para el conjunto de la sociedad». Así lo expresa Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Ahora, con un futuro plagado de nuevos retos, el sector acaba de blindar su papel en la sociedad –ya reforzado durante la pandemia– lanzando su Estrategia Social de la profesión Farmacéutica, un plan de acción alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que materializa la labor de los farmacéuticos como agentes asistenciales, sociales y digitales. El foco del nuevo y ambicioso plan apunta hacia la innovación, la digitalización, la cohesión social y la lucha contra problemas tales como la soledad, la despoblación rural, la violencia de género o el cambio climático. Retos que permitirán explotar el potencial de actuación con que cuenta la red de farmacias.

Las farmacias ya no son solo un punto al que acudir para adquirir medicamentos sino también un lugar con una clara función social. ¿Es la base sobre la que se asienta la Estrategia Social de la Profesión Farmacéutica?

El propósito de la Estrategia Social de la Profesión Farmacéutica es que sirva como instrumento y palanca para canalizar el trabajo de los profesionales farmacéuticos en favor de la sociedad en los próximos años, contribuyendo así a acelerar las trasformaciones y retos previstos en la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030 del Gobierno de España, situando la sostenibilidad y los derechos de las personas en el centro de la acción. Es, por tanto, una estrategia para el conjunto de la profesión farmacéutica, independientemente de la modalidad del ejercicio, ya que como farmacéuticos somos profesionales sanitarios con vocación social. Además, la red de farmacias tiene un potencial de capilaridad, cercanía y confianza que, con un marco coordinado de actuación, puede contribuir a la mejor coordinación y efectividad del Sistema Nacional de Salud y del Sistema de Protección Social.

«El sistema necesita cambios organizativos que permitan hacer realidad una asistencia integral centrada en las personas»

¿Cómo se puede luchar desde la farmacia en pos de la cohesión social y de la lucha contra la desigualdad?

La farmacia es un ejemplo de universalidad, cohesión y equidad dentro del Sistema Nacional de Salud, llegando al 99% de la población en el lugar en el que reside, con una farmacia por cada 2.144 habitantes. Es decir, contamos con 22.137 establecimientos sanitarios que son un activo para el Sistema Sanitario y para el Sistema de Protección Social. Dos de cada tres farmacias están fuera de las capitales de provincia, construyendo la mayor red de Europa. Esta capilaridad, que es única, nos convierte además en sensores sociales fundamentales, como se ha visibilizado especialmente en esta pandemia. Los farmacéuticos sitúan a las personas en el centro de su actuación profesional y trabajan desde siempre por, para y con el paciente. Se trata de una red que cada día atiende a más de 2,3 millones de personas, constituyéndose así como un aliado social y sanitario fundamental para el conjunto de la sociedad. Su cercanía y confianza con sus vecinos, así como su imbricación en el tejido social, trasciende el acceso al medicamento y los servicios farmacéuticos profesionales abarcando también labores fundamentales tanto para la salud pública –como la promoción de la salud y prevención de la enfermedad– como para la detección de problemas en la comunidad, conflictos sociales, alertas de vulnerabilidad o situaciones de exclusión social.

La covid-19, entre otras cosas, ha agudizado la soledad de muchas personas mayores y la brecha generacional que nos separa. ¿Qué pasos debemos dar para revertir la pandemia de la soledad? ¿Cómo de importante sería conseguir sacar adelante la Estrategia Nacional contra la soledad no deseada?

La soledad es la enfermedad de este siglo, y la pandemia lo ha hecho todavía más patente. En este sentido, los farmacéuticos nos hemos marcado como meta contribuir a ofrecer soluciones a las administraciones en las que podamos aportar nuestro talento profesional y cercanía. Para ello queremos crear la red de farmacias contra la soledad con un programa en el que, en colaboración con las administraciones públicas, podamos detectar situaciones de soledad y desarrollar actividades dirigidas a personas mayores y en situación de vulnerabilidad social. Tenemos ya ejemplos de éxito desarrollados en algunas comunidades autónomas con la participación de farmacias, como el programa Radars en Barcelona o la Escalera de favores en Murcia.

«Dos de cada tres farmacias están fuera de las capitales de provincia construyendo la mayor red de Europa»

Una línea estratégica importante es la mejora de una asistencia integral más centrada en las personas. ¿Qué cambios se necesitan en el sistema sanitario para permitir esta nueva realidad?

La situación actual pone de manifiesto la necesidad de disponer de un sistema sanitario flexible que, además de ocuparse de la Atención Especializada, impulse de forma definitiva la Atención Primaria y consiga una coordinación imprescindible entre niveles asistenciales. El sistema debe ser capaz de asegurar la continuidad asistencial y utilizar todos los recursos sanitarios y humanos disponibles para cubrir las necesidades de los pacientes, ya se encuentren estos en sus domicilios o en centros sociosanitarios. Para conseguirlo, el sistema necesita cambios organizativos que permitan hacer realidad una asistencia integral centrada en las personas y teniendo en cuenta siempre la evolución demográfica de nuestro país, el aumento de la esperanza de vida y la mayor incidencia y prevalencia de enfermedades crónicas. Estos cambios implican definir e implantar nuevos modelos de prestación de la asistencia que incluyan equipos multiprofesionales que trabajen de forma coordinada y en red con la ayuda de la tecnología para garantizar la continuidad de la atención –especialmente de la cronicidad– asegurando a su vez una asignación eficiente de los recursos. Un modelo donde prime la coordinación y la continuidad asistencial, se fomente la promoción y la prevención de la salud y se diseñen circuitos asistenciales más innovadores.

¿Cuáles son las claves para fortalecer la asistencia en el ámbito rural?

En España se ha producido un proceso de despoblación en un contexto generalizado de crecimiento demográfico del país. Actualmente, una de cada cuatro farmacias se encuentra en el medio rural. En concreto, son más de 5.500 establecimientos sanitarios que atienden a 7,6 millones de personas que viven en el medio rural (el 16,1% de la población). A ellas les aseguran el acceso al medicamento y el desarrollo de servicios sanitarios y sociales en su municipio de residencia. En estos entornos, además, el farmacéutico suele ser el profesional sanitario más cercano al ciudadano y, en muchas ocasiones, el único contacto de estas personas de manera continuada con el sistema sanitario. Esta realidad de la farmacia rural permite concluir que estos establecimientos sanitarios suponen un importante factor para la fijación de población y desarrollo socioeconómico del entorno rural.

«Debemos avanzar hacia esa sanidad 5P: personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional»

En un mundo cada vez más rápido y digital, la tecnología y la innovación no pueden estar fuera del radar de acción. ¿Cuáles son los terrenos más fértiles en la apuesta por la innovación de las farmacias?

Los farmacéuticos no solo convivimos en la sociedad de la innovación, sino que queremos ser palanca de cambio de la transformación digital de la sanidad. Es mucho lo que ya hacemos, como esa receta pública electrónica interoperable; el Sistema Español de Verificación de Medicamentos para luchar contra cualquier tipo de falsificación o fraude; o el Centro de Información de Suministro de Medicamentos, que permite adelantarnos a posibles situaciones de incidencia en el suministro. Pero todavía podemos hacer mucho más. Desde la Organización Farmacéutica Colegial hemos elaborado una Agenda Digital de la Farmacia que suma hasta 28 iniciativas. Debemos avanzar hacia esa sanidad 5P: personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional. Un reto que exige que todos los actores hablemos un mismo lenguaje que permita desarrollar soluciones compatibles y crear sobre lo ya construido.

La violencia de género es otro de los focos en los que desde el inicio de la pandemia se ha reforzado el papel de las farmacias. ¿Qué función social pueden jugar las farmacias para ayudar a mujeres que sufren violencia de género?

La red de farmacias española es miembro del Pacto de Estado contra la Violencia de Género porque la erradicación de cualquier acto de violencia de género requiere del compromiso conjunto de la sociedad y de la implicación de las diferentes instituciones y estamentos sociales. Estamos ante una de las mayores y peores lacras de nuestra sociedad, y todos tenemos el deber y la obligación de ofrecer recursos que puedan contribuir a su erradicación. Las víctimas de la violencia de género conviven en el marco de una comunidad y es esta la que puede ayudarles a tomar la decisión de denunciar y salir de la espiral de la violencia. Una comunidad en la que farmacia y el farmacéutico están siempre ahí, en su entorno más próximo. Personas de confianza a las que acudimos a consultar nuestros problemas de salud, con las que existe un trato directo y cercano y que además son profesionales sanitarios. La experiencia desarrollada en algunas comunidades autónomas demuestra la gran ayuda que supone la intervención del farmacéutico con los protocolos correspondientes. También quiero destacar la acción de Mascarilla-19, una iniciativa que surgió del Instituto Canario de Igualdad junto con los Colegios de Farmacéuticos de Canarias, y que se ha extendido a doce comunidades autónomas y veinte países de cuatro continentes. Mascarilla-19 ha sido el código de salvación para decenas de víctimas durante el confinamiento, cuando solo podían acudir a la farmacia a solicitar ayuda.

Y, por último, ¿cómo cree que se puede educar desde las farmacias en la importancia de cuidar no solo de nuestra salud sino también de la salud del medio ambiente?

Por supuesto, el cuidado del medioambiente es parte del cuidado de nuestra salud presente y futura. Y desde las farmacias queremos actuar también como ‘red contagiadora’ del cuidado del medioambiente, con acciones concretas para motivar su protección. Desde hace más de 20 años las farmacias contribuyen a la gestión medioambiental de los residuos de medicamentos a través de su participación en el sistema SIGRE, una alianza de industria, distribución farmacéutica y oficinas de farmacias en la que nos comprometemos con un modelo sostenible de producción y consumo que permita reducir al mínimo los residuos y volver a utilizarlos como nuevos recursos.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME