«La era de Donald Trump dejará cicatrices que perdurarán mucho más que su presidencia»
Zanny Minton Beddoes, primera editora jefe de la historia de The Economist, ofrece una visión precisa e inclemente sobre el turbulento futuro que espera a las democracias liberales. Una reforma del liberalismo espera obligada en un horizonte que empuja, poco a poco, hacia la desesperanza.
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Zanny Minton Beddoes, desde el 2015 eres la editora y jefe de The Economist, una de las revistas más importantes del mundo. ¿Qué es lo más difícil de tu trabajo?
En primer lugar, es un trabajo fantástico, no podría pedir nada mejor. Pero la industria mediática, como muchas otras industrias, se ha transformado dramáticamente en los últimos años. Gestionar esa transición para convertirnos gradualmente en una organización del siglo XXI ha sido todo un reto. El otro desafío, que ha sido realmente el más emocionante, fue la transformación intelectual de los últimos seis años. Cuando me convertí en editora, en el año 2015, lo hice en un mundo en que aún no existía el Brexit, la presidencia de Donald Trump y la covid-19. Y creo que muchas de las cosas que The Economist ha defendido tradicionalmente, como el libre mercado y las sociedades liberales, están siendo amenazadas como nunca antes lo habían sido, al menos durante mi vida adulta. Así que ese ha sido, y sigue siendo, realmente, el mayor desafío: cómo reinventar ese liberalismo y defender esos valores en un mundo donde ya no están en ascenso.
¿Cuál ha sido la principal sorpresa que has tenido?
Creo que mi mayor sorpresa ha sido lo mucho que el mundo ha cambiado intelectualmente. Mi primer trabajo después de mi posgrado fue en Polonia en 1989: trabajé como ayudante del profesor Jeffrey Sachs asesorando al primer gobierno no comunista de Polonia, liderado por el movimiento de oposición Solidaridad. Así que comencé mi vida adulta, literalmente, justo después de la caída del muro de Berlín. Esa transición del comunismo al capitalismo fue mi primera experiencia profesional. Creo que eso moldeó mi creencia en el libre mercado y en la importancia de la integración en la economía global. Ahora todo ese paradigma está siendo repensado, y la velocidad a la que eso está sucediendo en todo el mundo –en Europa, en América Latina y en Asia– creo que eso ha sido una sorpresa muy, muy grande.
Tanto en la práctica del periodismo como en la batalla por las ideas ha aparecido ahora un nuevo factor que, si bien siempre estuvo ahí, ahora ha requerido una potencia muy grande. Es la mentira y, sobre todo, la posibilidad de decir mentiras sin que haya consecuencias. ¿Es un fenómeno que va a ir decayendo o que, por el contrario, está aquí para quedarse y vamos a tener que vivir con eso de que en adelante?
La polarización en Estados Unidos no se trata simplemente de un resultado de las redes sociales: hay una división genuina y profunda
Tengo dos respuestas. Creo que la toxicidad de los medios, por decirlo de alguna manera, disminuirá. Las encuestas de opinión sugieren ya que las personas más jóvenes son mucho más escépticas respecto a las noticias que leen en redes sociales, por lo que creo que la gente aprenderá a usar estas plataformas. Lo que me preocupa es la polarización en ciertos países, particularmente en Estados Unidos, porque no se trata simplemente de un resultado de las redes sociales: hay una división genuina y profunda. Creo que es el legado de tener a muchas personas preocupadas por su futuro y por el futuro de sus hijos. Las encuestas muestran que una mayoría de las personas en muchos países, en particular en las economías avanzadas, piensan que sus hijos estarán peor que ellos, y creo que eso hace difícil mantener la fe en la democracia liberal y en el sistema político actual. Por tanto, necesitamos remodelar nuestra democracia y nuestro contrato social para que la mayoría de la gente vuelva a tener fe en el futuro. De lo contrario, creo que las cosas sí serán preocupantes.
¿Como directora de esta prestigiosa revista, cómo gestionas las relaciones con China? No cabe duda de que hay una censura evidente y que, además, se tolera muy poco a los periodistas que critican, llegando a expulsarlos.
Yo espero que incluso en un mundo de noticias falsas y polarización podamos destacarnos por la rigurosidad basada en los hechos. Esa es la meta. ¿Es algo que nos ganará siempre la simpatía de los políticos? No, y, por supuesto, hay muchos políticos que están molestos con nosotros. En China, por ejemplo, censuran nuestra publicación impresa y arrancan las páginas que no les gustan, pero nosotros no hacemos ninguna concesión en nuestro análisis. Como todo el mundo, hemos tenido dificultades durante la pandemia. El jefe de nuestras oficinas en Pekín no ha visto a su esposa en 18 meses porque si sale de China no puede volver a entrar. Pero tenemos, creo, una cobertura muy sólida. Hace unos años lanzamos una columna sobre China llamada Chaguan: creo que somos el único periódico global que tiene una columna sobre China. No estoy subestimando las potenciales dificultades pero, hasta ahora, estoy increíblemente orgullosa de lo que han hecho mis compañeros. Y espero que haya un reconocimiento, incluso en China, de que no es algo que sería una buena idea intentar detener.
Tengo una pregunta muy específica: ¿qué ha causado más daño, la elección de Donald Trump o el Brexit?
Si me hubieses preguntado hace tres o cuatro años habría dicho que el Brexit, pero ahora mismo estoy menos segura. Creo que la era de Donald Trump dejará cicatrices que perdurarán mucho más que su periodo presidencial, tal como demuestra lo que está sucediendo con el Partido Republicano. Me parece que Donald Trump ha afectado profundamente no solo a la confianza en la democracia estadounidense y su reputación, sino al funcionamiento de la democracia misma. Una de las claves es cuán profundo ha sido el daño y el cambio de la percepción de Estados Unidos a nivel internacional, particularmente en Asia, donde puede haber una sensación de que no se puede confiar en que Estados Unidos estará allí. El Brexit ha cambiado la relación del Reino Unido con Europa, y yo sigo creyendo que fue un error, pero creo que tendrá menos consecuencias profundas que Trump para el mundo en general.
¿Qué se piensa cuando se habla de América Latina? Esta no está alineada siempre con las tendencias que mencionas.
Donald Trump ha afectado no solo a la confianza en la democracia estadounidense y su reputación, sino al funcionamiento de la democracia misma
Uno de mis primeros trabajos en The Economist fue el de ser corresponsal para los mercados emergentes. Entonces escribí un reportaje especial sobre América Latina y el optimismo respecto a la globalización, la reforma económica y la gestión de la inflación. Luego recuerdo volver a la región en 2011 ó 2012: escribí otro reportaje sobre la desigualdad y sobre cómo Brasil era el ejemplo de un país que estaba plantándole frente e implementando un nuevo contrato social. Creo que era un artículo bastante positivo, pero claramente ahora está moviéndose en la dirección contraria; incluso antes de la pandemia. Creo que hace falta pensar mucho sobre la durabilidad de la reforma económica dada la experiencia. No me permito deprimirme demasiado con respecto a América Latina, pero espero que la región descifre cómo será la próxima etapa de una economía emergente exitosa.
Este contenido fue emitido en formato audiovisual por el programa de televisión ‘Efecto Naím’, una producción de Naím Media y NTN24. Forma parte de un acuerdo de colaboración de este programa con la revista Ethic.
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