Sociedad

Once pasos de gigante hacia una economía con conciencia

Once organizaciones se unen en España para crear el Fondo de Fundaciones de Impacto, una iniciativa que reconoce y premia aquellos proyectos –y empresas– capaces de provocar un impacto social positivo con sus actividades.

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Markus Spiske
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13
agosto
2021
Fridays for Future (2019)

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Markus Spiske

Como una marea, la pandemia ha erosionado la estructura social sin dar lugar al respiro. Sin ir más lejos, como demuestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la crisis económica provocada por el coronavirus disparó hasta el 7% el número de personas con carencia material severa, lo que se traduce en el doble de población afectada si se compara con periodos previos a la covid-19.

En este contexto, toda ayuda es esencial. Por ello, tras un año y medio de pandemia, once fundaciones –Fundación Altamar, Fundación Anesvad, Fundación Antonio Aranzábal, Fundación Ayuda en Acción, Fundación CODESPA, Fundación Creas, Fundación Daniel y Nina Carasso, Fundación EXIT, Fundación Hermanos Álvarez Quirós , Fundación Soñar Despierto y Open Value Foundation– se han unido con el objetivo de crear el Fondo de Fundaciones de Impacto, un vehículo de inversión para aunar los objetivos de rentabilidad financiera e impacto social con el que se pretende realizar una fuerte inversión en empresas y proyectos orientados a apoyar a los colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión en España.

En este proyecto, una iniciativa pionera en España, las organizaciones participantes pretenden poner en práctica lo aprendido en el marco del programa de formación sobre inversión de impacto y venture philanthropy (en español, filantropía de riesgo) impulsado por Fundación Anesvad y Open Value Foundation. También colabora la Fundación Ship2B, cuya preocupación por el impacto ambiental y social ha logrado, hasta ahora, movilizar más de 84 millones de euros.

Como explica Gorka Goikoetxea, responsable financiero y de patrimonio ISR (es decir, impuesto sobre la renta) en Fundación Anesvad: «Esta iniciativa es un ejemplo de colaboración y trabajo en equipo entre fundaciones de actividades muy diversas con un objetivo común: priorizar el impacto social. La generosidad de todas para llegar a acuerdos comunes ha sido muy destacable. El camino que se inicia ahora es un nuevo reto que afrontamos con muchísima ilusión». Un viaje donde el destino se encuentra en una promesa al entorno que nos rodea.

El fondo ha lanzado una convocatoria de inversión para empresas y proyectos activos que persigan con su actividad un impacto social

Las once fundaciones del fondo ya han lanzado la convocatoria de inversión. Una competición dirigida a empresas y proyectos activos que persigan con su actividad el impacto social y estén orientados, así, a apoyar a colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión. Tras el análisis realizado por un comité de expertos, las empresas o proyectos seleccionados recibirán una inversión de hasta 40.000 euros con flexibilidad en cuanto al instrumento financiero utilizado, así como en la retribución al inversor. Adicionalmente, las empresas seleccionadas accederán también a asesoramiento técnico, apoyo relacional y visibilidad. Esta convocatoria marca a las empresas, como límite, la fecha del 30 de septiembre de 2021 para presentar su candidatura.

Las empresas y proyectos interesados, no obstante, tendrán que cumplir con una serie de requisitos. Entre ellos, ser una empresa –o proyecto– orientado a apoyar a colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión, tener un modelo de negocio sostenible (o, al menos, con una proyección de rentabilidad a medio plazo), contar con un impacto social en nuestro país y también, con una empresa en fase temprana de crecimiento que tenga un producto en el mercado del que pueda mostrar las primeras métricas. A ello se suma una condición imprescindible: potencial de escalabilidad y, sobre todo, voluntad.

«Esta convocatoria es un vehículo para que las fundaciones encuentren su lugar en el ecosistema de la inversión de impacto en España, invirtiendo en iniciativas de alto impacto social y contribuyendo al desarrollo de la empresa social en nuestro país», asegura María Cruz-Conde, codirectora de Open Value Foundation. Al fin y al cabo, como defiende parte de su manifiesto, «nacemos de la alegría de dar, abriendo oportunidades para que todas las personas puedan desarrollar todo su potencial y elegir el lugar del mundo en el que quieren estar». Hasta ahora, la organización cuenta con casi un millón y medio de beneficiarios gracias a sus actividades en ámbitos tan distintos como la salud y el bienestar, el fortalecimiento organizacional, la sostenibilidad o la agricultura. Pero no es a través de los cauces tradicionales: la filantropía tradicional se cruza –y mezcla– con la inversión del impacto social; es decir, con la ambición de generar repercusiones positivas para todos.

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