Cambio Climático
La temperatura en el círculo polar ártico alcanza máximos históricos
El sábado, los termómetros de la ciudad siberiana de Verkhoyansk alcanzaban los 38ºC por primera vez desde que hay registros: los últimos seis meses podrían haber sido los más cálidos desde 1880.
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El verano parece haber llegado también al hemisferio norte y el mensaje que lanza no podría ser más claro: el calentamiento global es real e imparable. Las temperaturas suben y suben delante de nuestros ojos hasta alcanzar récords jamás vistos, como ha ocurrido este fin de semana en el círculo polar ártico. Una señal de alarma que, por desgracia, se está convirtiendo en la norma y que derrite con rapidez las capas de hielo y nieve que rodean al polo norte.
38 grados centígrados. Desde que hay datos, nunca se había registrado una temperatura tan alta en Verkhoyansk, una ciudad de 1.300 habitantes en el noroeste de Siberia y a casi cinco mil kilómetros de Moscú, y eso que se guardan registros desde 1885. El solsticio de verano trajo de la mano la más vívida representación del cambio climático: un municipio en el que no se deberían superar los 20 grados en esta época alcanza temperaturas más propias del estío en el interior de la meseta española. Según el Washington Post, el resultado aún no está contrastado todavía pero, de confirmarse, nos encontraríamos ante el dato más alto jamás registrado en un lugar tan al norte del planeta.
Nunca se había registrado una temperatura tan alta en Verkhoyansk
Pero si el sábado se alcanzaba una temperatura 18 grados superior a lo habitual en uno de los lugares más fríos del planeta –en invierno los termómetros caen por debajo de los 50 grados bajo cero–, el domingo se confirmaba esta nueva tendencia al llegar a los 35,2 grados. Esta no es la única señal de alarma que los últimos meses nos llega desde el Ártico. A poco más de 1.100 kilómetros al noreste de Verkhoyansk se encuentra Chersky, que la semana pasada también alcanzaba unos inusuales 30 grados. Todo por culpa de una masa de aire caliente que lleva alojada sobre ella varios días.
En lo que llevamos de 2020, Siberia ha destacado por unas temperaturas más extremas de lo normal. El calor que se está experimentando provoca que se acelere el deshielo y la desaparición del permafrost. Por si esto no fuera ya señal suficiente de alarma, los fuertes vientos el pasado 29 de mayo provocaron un vertido de petróleo en la ciudad rusa de Norilsk, que precipitó la llegada de la temporada de incendios: las 20.000 toneladas de gasóleo que se han filtrado en el río Ambarnaya se consideran ya el peor vertido sufrido en el Ártico ruso en la historia.
Siberia destaca por unas temperaturas más extremas de lo normal en lo que llevamos de 2020
La de esta semana no es la primera noticia preocupante acerca del impacto del calentamiento global en la zona en lo que llevamos de año. El Servicio de Monitoreo Atmosférico europeo Copérnico registró durante toda la primavera zonas de alta presión constantes en Siberia, con temperaturas casi 10 grados por encima de lo normal. Así, se considera mayo de 2020 como el mes de mayo más caluroso del que haya registro en la historia, especialmente en la zona ártica más occidental, confirmación de una preocupante tendencia anual: los registros de diciembre a mayo demuestran que hemos vivido el periodo más caluroso desde, al menos, 1979. Aunque los científicos de Copérnico aseguran que, tras contrastar los datos con los registros de la NASA, los últimos seis meses podrían haber sido los más cálidos desde 1880, primer año del que la agencia espacial estadounidense tiene registro.
La persistencia de anomalías en las temperaturas siberianas llama cada vez más la atención de los expertos. Además, los modelos computacionales vaticinan que estas temperaturas altas continúen en Siberia e, incluso, en Escandinavia y Canadá los próximos días. El termómetro del Ártico está aumentando al doble de velocidad que el resto del planeta, y tan solo es el preaviso de lo que queda por venir si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones.
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