Protegerte del coronavirus sin dañar el planeta

A finales del mes de enero, la revista Vogue hablaba de algunos de los complementos que más veríamos en las calles durante la primavera y el verano. En la lista, que incluía los bolsos de flecos, los mocasines bicolores o los zapatos con pulsera al tobillo, aún no figuraba el accesorio que, tras la confusión de las primeras semanas, se iba a convertir en el protagonista indiscutible del año y de la tristemente famosa nueva normalidad: según el coronavirus se iba adueñando de nuestros días, las mascarillas se convertían en un elemento más que llevar siempre contigo al salir de casa, igual que las llaves o la cartera.

Sin embargo, con su obligatoriedad quedaba sobre la mesa un dilema extra: en un contexto de emergencia climática como el que atraviesa hoy el planeta, la irrupción de las mascarillas desechables es, además de un gasto extra para las familias, un reto medioambiental: millones de ellas se acumulan ya en el fondo de los océanos, ya sobrepoblados de plástico antes de que llegase una pandemia que ha empeorado aún más el problema. Para combatirlo, desde instituciones como el Ministerio para la Transición Ecológica pedían a los ciudadanos que, en la medida de lo posible, optasen por mascarillas reutilizables y homologadas que, correctamente desinfectadas, pudieran tener una vida útil que se alargase más de un puñado de horas.

Las mascarillas están confeccionadas con una doble capa de algodón 100% orgánico

Con esta premisa y compromiso con el planeta se puso en marcha lamasQ, según sus creadores, «la mascarilla para un mundo que respira mejor cada día». Además de un cuidado diseño, está confeccionada 100% con algodón orgánico, con una doble capa de tejido dotada con tratamiento hidrófugo y antibacteriano que cumple rigurosamente con las homologaciones sanitarias europeas. «No entendíamos que no hubiera una mascarilla en el mercado que cuidara todo lo que nos importa: que no le importara las toneladas de plástico que se iban a tirar a la basura cada día; ni de qué estaba hecho algo que íbamos a tener pegado a la nariz y a la boca durante horas, días o semanas; ni dónde estaba fabricado y si ayudaba o no a la economía de nuestro país o a la de nuestros hogares», explican sus creadores, un grupo de emprendedores que ha decidido apostar por este tipo de mascarillas higiénicas y sostenibles fabricadas en España.

Las mascarillas –disponibles en dos colores y en varias tallas, para adultos y niños– pueden utilizarse hasta en cuarenta ocasiones, y vienen con un envase para guardarla cuando no se esté utilizando, una manera de evitar contaminar otras superficies y de proteger la higiene de los demás. «Si quieres decir basta de plásticos, si quieres decir quiero respirar, si quieres decir vamos a levantar esto… lo decimos contigo y lo gritamos por ti», concluyen sus fundadores. Por si fuera poco, además de proteger la salud del planeta y reducir la generación de residuos, también protegen a aquellos ciudadanos más vulnerables: el 10% de las mascarillas irán destinadas a las familias del Banco Español de Alimentos.

Más información en la página web de lamasQ.