Contaminación

Pajitas, ¿sí o no?

Cuando se produjo el ‘boom’ de las pajitas en los años 60, estas eran de plástico y venían a sustituir a las de cartón por ser más baratas y duraderas. Poco se sabía entonces del daño irreversible que causarían al medio ambiente.

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07
noviembre
2018

Según cuentan los historiadores, fueron los egipcios los primeros en usar pajitas para beber las cervezas de la época y evitar así tragarse los residuos de la levadura. Pajitas de metal para la realeza y de caña o centeno para los plebeyos. Fue muchos siglos después, usando una de esas pajitas de centeno, cuando un fabricante de cigarros de Washington dio un giro a este inconveniente tubito y marcó un hito en la historia de las pajitas.

Marvin Stone acostumbraba a beber whiskey con menta y hielo en los calurosos meses de verano con una caña de centeno. Pero como el sabor le desagradaba, y la cañita al final se deshacía, ideó un artefacto cuyo diseño estaba en línea con los pitillos que comercializaba: forró un lápiz con papel, retiró el lápiz, pegó el cilindro de papel hueco con pegamento y, voilá! Inventó la pajita y la patentó en 1888.

Según ‘Science’, más de ocho mil millones de pajitas contaminan las playas de todo el mundo

Pero el siguiente paso, que terminó de revolucionar la historia de este invento y lo comercializó hasta el infinito, fue su cuello flexible. Joseph Friedman estaba un día en una cafetería de San Francisco con su hija cuando vio la dificultad que esta tenía para beber su batido. Entonces pensó cuán grandioso sería poder doblar la punta de la pajita para facilitarle la tarea. Dicho y hecho. Insertó un tornillo en la parte superior, la giró, retiró el tornillo y creó la pajita flexible. Patentó después el invento en 1937.

Estas pajitas eran de cartón y cubiertas con parafina, que resistían mejor los líquidos pero que seguían teniendo una corta vida: usar y tirar. En los años 60 salieron al mercado las pajitas de plástico cuya duración era más larga. Mucho más larga. Tan larga, que hoy se han convertido en el símbolo de la contaminación plástica. Miles de palos de plástico que inundan nuestros océanos y playas, y cuya degradación requiere años y años. Un estudio publicado en la revista Science pone de manifiesto que 8,3 mil millones de pajitas contaminan hoy las playas de todo el mundo.

Empresas como Starbucks han anunciado que para 2020 retirarán todas las pajitas de plástico de sus establecimientos

Probablemente, lo que ha terminado de vilipendiar este invento ha sido la famosa imagen de una tortuga marina con una pajita de plástico incrustada en la nariz. Si la lucha contra las mareas de plástico ya estaba en marcha, este hecho ha acelerado la guerra contra las pajitas, poniendo en marcha una espectacular campaña contra su uso y fabricación.

De hecho, varios municipios y ciudades (como Seattle, EE.UU., en julio de 2018) han prohibido el uso de pajitas y utensilios de plástico. Y empresas como Starbucks han anunciado que para 2020 retirarán todas las pajitas de plástico de sus establecimientos. La alternativa que se perfila es la pajita de cartón o metal para uso personal, pero esto supone un coste que los establecimientos no pueden asumir sin aumentar considerablemente el precio de sus productos. Incluso las de cartón incrementarían el coste de las bebidas.

Pero ahora surge una nueva cuestión: ¿qué pasa con aquellas personas que de verdad necesitan una pajita para beber? ¿Deberían estar solo disponibles en establecimientos para aquellos que las pidan por necesidad? ¿Deberían entonces cobrarlas? Continúa el debate de las pajitas.

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