Salud

Comer entre horas, una práctica sostenible

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10
julio
2018

Los snacks –o aperitivos– forman parte de la rutina habitual de alimentación de buena parte de la población mundial. Las largas jornadas de trabajo que obligan a comer fuera de casa y los maratonianos horarios llenos de actividades extraescolares de los más pequeños, son algunas de las causas que han provocado el aumento de ventas de alimentos envasados que, o bien sirven para matar ‘el gusanillo’ entre horas o, directamente pueden sustituir a alguna comida en casos puntuales. Los alimentos que se conservan a temperatura ambiente sin necesidad de refrigeración supusieron en 2017 una facturación de 96.000 millones de euros en los seis países más grandes de Europa –Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y Holanda–, según un estudio compañía especializada en big data y estudios predictivos sobre gran consumo, IRI.

La Encuesta Global de Nielsen sobre el Consumo de Snacks, calculó que en 2014 los consumidores se gastaron 347 mil millones de dólares en este tipo de productos. Dos años más tarde, solo en España este sector de la industria alimentaria facturó 2.190 millones de dólares, experimentado una subida de las ventas del 4,3% por séptimo año consecutivo. No solo ha aumentado el peso económico del sector, sino que, de manera lógica, ha tenido que incrementar su producción para satisfacer la creciente demanda. Una producción que conlleva explotación agrícola y emisión de gases de efecto invernadero por el uso de energía en las diferentes etapas de proceso de los ingredientes, empaquetado y transporte.

Dirk Van de Put: «Estamos produciendo snacks de forma más sostenible, utilizando menos energía y agua»

Conscientes del perjuicio para el medio ambiente que supone la fabricación de los productos, Mondelēz International, empresa de alimentación con presencia en 165 países, ha desarrollado la estrategia de sostenibilidad Impact For Growth que actúa en aquellas áreas en las que la compañía, dada su actividad, puede tener mayor impacto, tales como, sostenibilidad, snacking saludable, seguridad y comunidad. «Tener un impacto positivo en nuestro planeta y las comunidades en las que operamos es fundamental para nosotros como empresa», comenta Dirk Van de Put, presidente y director ejecutivo de Mondelēz International.

«Estamos produciendo snacks de forma más sostenible, utilizando menos energía y agua y generando menos residuos, y obteniendo nuestros ingredientes clave de forma que reducimos la deforestación en nuestra cadena de suministro», señala Van de Put. Según un reciente informe de la compañía, Mondelēz International ha conseguido reducir un 10% las emisiones absolutas de CO2 en los procesos de fabricación y ha disminuido un 25% el consumo de agua «en lugares donde ésta es más escasa». Además, han conseguido eliminar 53.500 toneladas métricas de material de embalaje, «logrando el 80% de nuestro objetivo para 2020», explican desde la compañía.

Los consumidores actuales cada vez demandan productos más saludables

Por su parte, el programa de abastecimiento sostenible de cacao, Cocoa Life, ha alcanzado a un 31% más de agricultores respecto al año pasado, con un total de 120.500, y a un 26% más de comunidades en todo el mundo, sumando ya 1.085. Además, a través de su programa de cultivo sostenible, Harmony, han logrado reducir un 20% el uso de pesticidas en la producción de trigo en Europa.

Los consumidores actuales cada vez demandan productos más saludables para picar entre horas. Por eso, Mondelēz International ha experimentado un «crecimiento de las marcas de bienestar a un ritmo dos veces mayor del objetivo inicial» y casi el 13% de sus ventas provienen de productos con envases individuales que controlan las porciones y tienen menos de 200 calorías. Además, ya han cumplido el objetivo fijado para 2020 de que el aceite de palma que usan sea 100% RSPO, es decir, que cumpla los criterios de la Mesa Redonda sobre el aceite de palma sostenible.

Además de los objetivos marcados, algunos de los cuales ya se han cumplido, el gigante de la alimentación se ha propuesto desarrollar programas que fomenten estilos de vida saludables en siete países, proporcionando educación nutricional, actividades físicas y acceso a alimentos frescos a niños y a sus familias.

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