Agua

I+D+i para producir cerveza… y ahorrar agua

Cultivar cebada en olivares de calle ancha, una medida impulsada por Heineken en Andalucía para reducir el consumo hídrico en la producción cervecera.

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20
junio
2018

La agricultura es uno de los principales consumidores de agua en España: alrededor del 80% de los recursos hídricos se destinan al regadío de los campos. Invertir en proyectos de investigación que reduzcan ese porcentaje es clave para no malgastar uno de los recursos más escasos del planeta.

La producción de cerveza –formada por agua en más del 95%, más la invertida en su proceso de fabricación– tiene mucho que decir en el ahorro del líquido elemento. Así, nació una medida impulsada en 2016 por Heineken España, compañía a la que pertenece la marca Cruzcampo, junto con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA), dependiente de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía: cultivar cebada cervecera entre olivos para ahorrar agua.

Solo en Andalucía, existen 60.000 hectáreas de olivar donde podría implantarse este tipo de cultivo

Se trata de una técnica que consiste en plantar el cereal en olivares de calle ancha que permitan la siega. Es una investigación pionera a nivel mundial en sostenibilidad y conservación del medioambiente, a través de la experimentación, la innovación, la transferencia de la tecnología y la formación de agricultores, técnicos y trabajadores del campo. El caso de los olivares de Huelma (Jaén), donde se ha producido la recogida de la segunda siembra hace unos días, se ha obtenido «el doble de cebada, medida sobre la misma superficie, que el año anterior, lo que demuestra el éxito de la adaptación del cereal a este tipo de entorno» según explica el director de Responsabilidad Social Corporativa de HEINEKEN España, Mauricio Domínguez-Adame.

El proyecto –a cuatro años y con una inversión inicial de 150.000 euros–, además de suponer ahorro hídrico, contribuye a la mejora del paisaje, a minimizar la erosión, a la mejora de la biodiversidad, a la lucha contra el cambio climático. En términos económicos, los análisis indican que se trata de una iniciativa rentable para los agricultores y clave en el impulso de la economía local, que se reactiva mientras produce cebada de gran calidad para la industria cervecera.

El caso de Huelma es solo un ejemplo de lo que podría ser un cultivo de futuro. Solo en Andalucía, existen aproximadamente más de 60.000 hectáreas de olivar de calle ancha donde podrían convivir ambos cultivos. Según los cálculos iniciales de la investigación, si se adoptase esta práctica solo en el 3% de esta superficie (2.000 hectáreas) se podrían compensar más de 700 millones de litros de agua.

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