Agua

Cerveza 0,0% en desperdicio de agua

Fabricar una cerveza supone el consumo de una gran cantidad de agua. Heineken, con los programas de compensación, ha logrado ahorrar 1.000 millones de litros de este recurso.

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12
marzo
2018

Un domingo por la mañana, las sillas de las terrazas ocupadas por grupos de amigos o por familias, pero con algo en común: en las mesas reposan cañas y botellines de cerveza bien fría. Esta escena puede ser una radiografía de la Calle Larios de Málaga, de las madrileñas Cavas o del Casco Antiguo de Pontevedra. O de cualquier punto de la geografía española en la que haya hueco para montar una mesa y un par de sillas. Nos gusta la cerveza, y nos gusta disfrutarla en compañía y con aperitivos entre trago y trago. Así lo resume la última memoria de los cerveceros españoles: «El patrón de consumo de cerveza en España es moderado y responsable, en un entorno social y con algo de comer, propio de nuestra cultura mediterránea».

El objetivo final de Heineken es lograr un balance neutro, e incluso positivo, en 2020

Aunque el consumo cervecero español (48,3 litros por persona), está bastante por debajo de la media europea, que se sitúa en 70 litros, su producción supone un gran uso de recursos hídricos desde la primera hasta la última fase de su producción. Para hacernos una idea, la bebida final que se consume está compuesta por un 95% de agua. Si a esto, se suman el hecho de que el 90% de la cerveza que se consume es de fabricación nacional y la (alarmante) realidad de que España es el país de Europa con más estrés hídrico, según el informe Europa tiene que hacer un uso más eficiente el agua de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), se vuelve imprescindible tomar medidas que disminuyan el consumo de este recurso.

Heineken España es un gran conocedor de la necesidad de proteger los recursos hídricos, no obstante sus cuatro fábricas se nutren de tres de los ríos más importantes: el Guadalquivir en su paso por Sevilla y Jaén, el Júcar en Valencia y el Jarama en Madrid. «La protección de las fuentes de agua es un área de actuación prioritaria dentro de la estrategia de sostenibilidad», explican desde Heineken.

Compensación hídrica

El compromiso de la compañía cervecera se materializa a través del proyecto Every Drop, un programa global de gestión del agua que, entre otras iniciativas, promueve proyectos de compensación hídrica y una mayor eficiencia y ahorro en el consumo de agua de sus centros de producción. El objetivo final es lograr un balance neutro, e incluso positivo, en 2020. Es decir, restituir a su origen toda el agua que consume en el proceso de elaboración de sus cervezas. A dos años vista, desde Heineken ya han conseguido ahorrar 1.000 millones de litros de agua, «prácticamente el doble del agua consumida en la fábrica de Sevilla durante todo un año».

«Los proyectos de compensación de agua aportan una nueva dimensión a la responsabilidad social adquirida por la empresa, pues transforman el compromiso de reducir la huella hídrica en una apuesta revolucionaria: conseguir que los procesos productivos de Heineken no tengan impacto en el ciclo del agua e, incluso, que comporten una mejora para las cuencas de los ríos que nutren a sus fábricas. Una cuestión clave para una empresa como la nuestra», explica Mauricio Rodríguez-Adame, director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken España.

En 2017 ha conseguido ahorrar 1.000 millones de litros de agua

Los proyectos de compensación de agua tienen en cuenta aquellos litros que no se pueden ni depurar ni devolver al entorno. Estos son los contenidos en cada envase de cerveza y los que se evaporan en el proceso de elaboración. Para tratar de equilibrar los ecosistemas en los que se produce la cerveza, en 2016 se pusieron en marcha tres proyectos que ya han empezado a dar resultados: Doñana, Olivo y Cañaveral.

El Proyecto Doñana, desarrollado con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, ha permitido la restauración ecológica de los humedales de las lagunas de La Dehesa de Abajo, Las Pardillas y San Lázaro, además de la creación de la Laguna del Lince en el degradado espacio del Barrero del Arrayán. Las actuaciones, que están a punto de finalizar, han permitido la compensación de 1.000 millones de litros de agua en 2017.

Por su parte, el Proyecto Olivo contempla cuatro años de investigación e implementación de cultivos integrados de cebada en plantaciones de olivos con suelos degradados y pretende ahorrar cerca de 700 millones de litros de agua al año. El Proyecto Cañaveral, tienen como objetivo devolver al medio 348 millones de litros de agua mediante la restauración ecológica y la rehabilitación hídrica de uno de los principales afluentes de la Albufera de Valencia, una zona con gran valor ecológico que fue reconocida como Espacio Natural Protegido hace más de 30 años.

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