Siglo XXI

Siglo XXI: la apuesta por el valor compartido

Tres de cada cuatro personas dependen de la agricultura para su supervivencia. La cooperación es la forma más efectiva para impulsar el desarrollo.

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15
junio
2014

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En los países más empobrecidos y menos industrializados, tres de cada cuatro personas dependen directa o indirectamente de la agricultura para su supervivencia. Según el Banco Mundial, la cooperación con pequeños agricultores es la forma más efectiva para impulsar el desarrollo y reducir la pobreza.

¿Puede jugar el sector privado un papel importante para transformar realidades como ésta? «No sólo puede, si no que debe. Muchas compañías están desarrollando políticas de valor compartido en las que la sostenibilidad juega un papel muy importante y se ha convertido en un factor clave que impulsa sus negocios al mismo tiempo que les ayuda a proyectarse en el largo plazo», señala el director de la Cátedra de Ética Empresarial de la Universidad de Comillas, José Luis Fernández.

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Esta es la estrategia por la que están apostando organizaciones como Unilever, que se ha puesto como objetivo de cara a 2020 obtener el 100% de sus materias primas agrícolas de forma sostenible y mejorar los medios de vida de millones de personas que viven de este sector. Según los datos de la compañía, el 48% de la materia agrícola utilizada por Unilever en 2013 se obtuvo de manera sostenible, lo que supone un incremento de 34 puntos en los últimos tres años pues en 2010 el porcentaje era del 14%.

La compañía trabaja con cientos de miles de pequeños negocios por todo el mundo. Algunos de ellos son agricultores, otros son microemprendedores que venden o distribuyen los productos de la empresa. Entre los objetivos que se ha marcado destaca la integración de 500.000 agricultores en su cadena de suministro, impulsando una mejor calidad de su trabajo y facilitando el abastecimiento a mercados internacionales con precios competitivos.

Los resultados ya son tangibles, por ejemplo, en integración de mujeres emprendedoras. «La compañía ha contratado y formado a 56.000 mujeres de India cuya tarea es vender productos puerta a puerta, teniendo en cuenta que una gran parte de la población reside en aldeas muy alejadas de las zonas comerciales. Se ha conseguido así que 45.000 mujeres lleguen a 3 millones de personas de unas 100.000 aldeas. Se desarrollan programas similares en Bangladesh, Sri Lanka y Vietnam», nos explica Ana Palencia, la directiva española que lidera la comunicación europea en sostenibilidad de Unilever.

Cambio climático

Dentro de su estrategia de valor compartido, la compañía también pone en el foco en el medio ambiente, donde la innovación es, hoy día, una pieza clave del engranaje. A través de su inversión en I+D, las emisiones de CO2 en los procesos de producción se situaron en 2013 un 32% por debajo de los niveles de 2008. Además, la compañía ha conseguido disminuir el uso del plástico hasta un 79% en algunos de sus formatos y través del proyecto Agraz, una iniciativa de cultivo sostenible de tomates, se han ahorrar 1,5 millones litros de agua.

turtle-plastico-azul1 Y en el proceso de transporte de sus productos, ha reducido en un 15% las emisiones de C02 gracias, entre otros, al proyecto Doble Temperatura, que se basa en la optimización de las cargas en los vehículos de transporte mediante una pared flexible que permite separar los productos que necesitan diferentes tipos de conservación (refrigerado o ambiente).

Apuesta por lo local

Con el proyecto Unilever Comparte la compañía ha llevado a cabo una serie de acciones que ponen de manifiesto la aportación que puede hacer el sector privado a nivel local. A través de talleres de alimentación, higiene bucal o autoestima se ha formado a cerca de 3.000 estudiantes.

En un contexto en el que la crisis económica hace estragos, la compañía también ha lanzado programas de ayuda que han beneficiado a cientos de familias de Viladecans (Barcelona) que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. «Se trata, sencillamente, de ser buenos vecinos», señala Palencia.

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