Gadafi: el monstruo que todos hemos creado

La terrible sangría de Libia ha suscitado la indignación de todos los países del primer mundo, que parecen darse cuenta ahora de quién es el dictador Muammar Al-Gadafi. Como si el mundo padeciese una gran amnesia colectiva, llueven las condenas contra uno de los cleptócratas más mimados y consentidos por Occidente. El tenía el petróleo. Y los derechos humanos no eran tan importantes.

Todos mirábamos hacia otro lado hasta que en su pueblo se encendió la mecha de la revolución. Os invitamos a leer la reflexión que hace Juantxo López de Uralde, fundador de Equo y consejero editorial de Ethic.  «Durante estos años, las corporaciones han operado en Libia, al igual que lo siguen haciendo en muchas otras dictaduras que se extienden por el mundo, y que no es necesario ni mencionar. Por eso uno se pregunta si no estaremos entonces ante una enorme mentira con tanta historia de RSE, y tantas páginas y sesudos estudios dedicados al asunto. ¿Puede hablar de responsabilidad social una empresa que opera y obtiene beneficios en un régimen como el de Libia? ¿Debemos aceptarlo con normalidad? Pienso que no. Que esta situación que vivimos estos días expone en toda su magnitud el cinismo del sistema, y el doble lenguaje de las grandes corporaciones».

Más allá de las empresas, y centrándonos en los poderes públicos,  hemos encontrado en las hemerotecas algunas muy ilustrativas imágenes que reflejan las buenas relaciones que mantenía el sátrapa con nuestros líderes: Gaddfi y Obama se estrechan la mano durante la Cumbre del G-8 celebrada en L´Aquila, Italia, en julio de 2009. Silvio Berlusconi y Gadafi durante el aniversario de la Jamahiriya, el sistema político de su invención, en Sirte, Libia, en marzo de 2009. Zapatero recibe Gadafi en el Palacio de la Moncloa en la primera visita oficial a España del dictador libio, en diciembre de 2007. Sarkozy recibió en los Palacios Elíseos a Gadafi, en octubre de 2007, una visita de una semana para estrechar lazos comerciales.