Pensamiento

Los libros clave del estoicismo

Desde sus orígenes en el siglo III a.C. hasta hoy, distintos filósofos estoicos nos han legado ensayos cuya lectura ofrece una guía para afrontar los reveses de la vida.

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21
enero
2025

El estoicismo fue fundado por Zenón de Citio y potenciado por Crisipo de Solos que, al no contar con capital suficiente para adquirir un edificio en que impartir su doctrina, comenzó a hacerlo a la sombra de un pórtico en la ciudad de Atenas. Corría el año 232 a.C, y dicha escuela sin techo alcanzó tal relevancia que llegó a superar a la Academia de Platón y al Liceo de Aristóteles.

El pensamiento estoico puede resumirse en el empleo de la razón para controlar no lo que ocurre a nuestro alrededor, sino lo que pensamos de ello. Solo de esta manera, aseguraban, el ser humano puede alcanzar la felicidad. Y, para conocer en profundidad la filosofía estoica, aún podemos recurrir a las obras legadas por sus máximos representantes, como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio.

Lucio Anneo Séneca nació en Córdoba en el año 4 a.C., aunque creció y vivió en Roma hasta su muerte (65 d.C.). Es considerado uno de los pilares del estoicismo, de cuya ética dejó amplia explicación en tres libros fundamentales. En Cartas a Lucilio, Séneca recomienda a uno de sus discípulos la manera de enfrentar la vida con esfuerzo, racionalidad y ética. Con Sobre la felicidad, el filósofo logró plantear, desde la mirada estoica, cuestiones éticas de gran calado como la relación del placer con la felicidad o la influencia en el hombre de la naturaleza. Por último, en La brevedad de la vida, elabora todo un manual para combatir el temido paso del tiempo a través de la valoración del pasado, la intensa percepción del presente y la carencia de miedo al futuro. El filósofo cordobés fue muy prolífico y dejó más ensayos que ampliaban el concepto del estoicismo, así como numerosas tragedias que son aún consideradas como obras literarias capitales de su tiempo.

La escuela estoica alcanzó tal relevancia que llegó a superar a la Academia de Platón y al Liceo de Aristóteles

Otro de los maestros fundamentales del estoicismo fue Epicteto, nacido en el año 55. Vivió como esclavo en Roma gran parte de su vida, y no dejó obra escrita. Sus enseñanzas fueron recogidas por el senador, historiador y filósofo Flavio Arriano, uno de sus discípulos. Como epítome del pensamiento estoico ha pasado a la historia su Manual de vida. Con ejemplos de la vida cotidiana, el filósofo invita al profundo ejercicio contemplativo y de reflexión para alcanzar el conocimiento necesario que conduzca a la paz de espíritu y, por tanto, a la felicidad.

Posterior a Epicteto fue Marco Aurelio, emperador del Imperio romano entre los años 161 y 180. Marco Aurelio fue, además, uno de los principales filósofos estoicos. Sus Meditaciones, una obra en 12 volúmenes en la que el emperador expresa sus más profundas reflexiones acerca de la vida, la muerte, el universo, la moralidad y los valores propios, es considerada, además de obra capital del pensamiento estoico, una irrefutable guía para el gobierno perfecto. La importancia del autocontrol y el uso de la razón para enfrentar las adversidades, la necesidad de evitar las quejas para poder alcanzar la felicidad y el empleo de la lógica para que las emociones aniquilen el razonamiento son solo algunas de las múltiples enseñanzas que pueden encontrarse en sus textos.

Después de Marco Aurelio, el estoicismo como doctrina filosófica sufrió un declive propiciado por el auge del cristianismo, pero comenzó a resurgir en la década de 1970, y autores como Massimo Pigliucci, Ryan Holiday y William B. Irvine han actualizado sus principios para adaptarlos a nuestros tiempos.

Entre las obras del filósofo norteamericano William B. Irvine destaca El arte de la buena vida, en la que, combinando de manera magistral las ideas legadas por Marco Aurelio, Epicteto y Séneca ofrece una guía para hallar la felicidad en un mundo dominado por la competitividad, el ego y estrés.

Por su parte, Massimo Pigliucci, biólogo y filósofo italiano, establece una imaginaria conversación con Epicteto en Cómo ser un estoico, que convierte en guía práctica, incluyendo ejercicios de meditación para aplicar el estoicismo en el día a día.

Finalmente, el estadounidense Ryan Holiday, que a los 25 años ya era director de marketing de una gran empresa, utilizó su experiencia en el mundo de las finanzas para escribir El obstáculo es el camino, el primero de una serie de libros que adaptan las enseñanzas estoicas al desenfrenado ritmo vital de la actualidad.

No podemos cambiar lo que ocurre a nuestro alrededor, pero sí la manera de pensar en ello. En tiempos convulsos como los que vivimos, esta máxima alrededor de la cual edificaron toda una corriente de pensamiento los antiguos estoicos, no deja de ser una palanca para el cambio hacia una vida más plena.

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