Medio Ambiente

Glaciares rosas, un nuevo signo del cambio climático

Un grupo de científicos alerta de la presencia de una planta, también presente en algunos glaciares de Groenlandia, que tiñe de rosa el hielo de los Alpes y acelera su derretimiento.

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07
julio
2020

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Son muchos los efectos ya visibles del cambio climático, pero uno de los más notables (o al menos impactantes visualmente) de los últimos años ha sido quizá la profunda transformación de las algas marinas. El aumento de las temperaturas de mares y océanos –y también la contaminación– ha afectado al crecimiento de estos organismos poniendo en peligro los ecosistemas marinos. Solo hace falta volver la vista atrás y recordar como cada verano aparecen en la costa mediterránea oleadas de algas invasoras procedentes del Atlántico.

Sin ir más lejos, el pasado agosto, las paradisíacas playas de arena blanca y agua turquesa del Caribe quedaron cubiertas por un manto de sargazo, una macroalga marina tóxica de color rojizo y de olor nauseabundo que llegó incluso a costas gaditanas. Uno de los más recientes desequilibrios naturales provocados por la presencia de algas ha sido registrado en los Alpes italianos donde, hace apenas unos días, los científicos alertaron de la misteriosa aparición de hielo rosa.

Las algas que provocan esta coloración aceleran el derretimiento de los glaciares

Según las primeras investigaciones publicadas en la revista Nature, este fenómeno estaría provocado por la presencia de Ancylonema nordenski oeldii, una planta también presente en algunos glaciares de Groenlandia. Aunque no existen datos concluyentes sobre el origen y naturaleza de estas algas Biagio Di Mauro, investigador del Consejo Nacional de Investigación de Italia, ha explicado al rotativo italiano Il Corriere della Sera que estas algas no son peligrosas; consiguen vivir en condiciones extremas de la superficie de los glaciares y, durante el verano, utilizan el agua derretida de la superficie para expandirse.

Más allá de su impacto visual –que puede comprobarse en las fotos publicadas por The Guardian–, la presencia de estas algas supone también un problema medioambiental. Según ha detallado Di Mauro, las plantas oscurecen el hielo y este, en vez de reflejar la radiación solar, la absorbe aumentando la temperatura del agua y acelerando el derretimiento. En este sentido, según han alertado los expertos, las consecuencias podrían ser muy graves, ya que podrían acelerar todavía más la fusión de unos glaciares que desaparecen ya a gran velocidad debido al aumento de la temperatura del planeta: a principios de año, la Antártida superaba los 20ºC por primera vez en desde que existen registros y, hace apenas un par de semanas, en el Ártico se vivía una situación similar después de que los termómetros de la ciudad siberiana de Verkhoyansk alcanzasen unos preocupantes 38ºC .

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