Cómo cosechar más (y mejor) con menos

Artículo

Ramón Oliver

@mondieta

Desde que hace alrededor de 12.000 años los habitantes del Neolítico comenzaron a cultivar la tierra como un medio de subsistencia alternativo a la caza, la agricultura ha sido un sector esencial y la principal fuente de suministro de alimento para la humanidad. Y lo sigue siendo hoy, aunque prácticamente todo lo demás haya cambiado. Hoy vivimos en un mundo y un momento particular, donde las tecnologías digitales en el que las tecnologías digitales atraviesan nuestras sociedades y formas de producir, mientras se superponen desafíos como el cambio climático, la escasez de recursos naturales, las tensiones geopolíticas, el crecimiento demográfico o el éxodo hacia las ciudades. Un contexto que afecta al campo –erosión del suelo, falta de relevo generacional…–, pero que quizá podría esconder la oportunidad de una nueva era definida por una mayor eficiencia, competitividad y sostenibilidad. 

Para hablar de esta nueva revolución agrícola y sus desafíos, la revista Ethic, en colaboración con AWS, reunió a expertos en innovación tecnológica, eficiencia y sostenibilidad en la jornada Hacia la agricultura 4.0. Tecnologías para cosechar más (y mejor) con menos. En el encuentro, moderado por la periodista Raquel Roca, se resaltó la importancia social y económica del campo y se identificaron los retos y las oportunidades que implica aplicar las grandes innovaciones digitales al campo español. 

Robert Kowalik, vicepresidente de Net Zero Operations & Nature en Amazon, fue el encargado de abrir el acto. «El agua es esencial para la vida, y en Amazon estamos comprometidos a ser parte de la solución a los desafíos globales actuales. Nos enorgullece contar que estamos a más de la mitad del camino de nuestra meta de lograr la positividad hídrica para 2030, devolviendo más agua a las comunidades de la que usamos en nuestras operaciones. Al combinar tecnología de vanguardia con soluciones basadas en la naturaleza, demostramos que la sostenibilidad no es solo lo correcto, sino una oportunidad de innovación que beneficia tanto a las empresas como a las comunidades», dijo. En su intervención, Kowalik también desgranó algunas de las iniciativas que AWS está desarrollando en España para ayudar a impulsar el sector agrícola. Proyectos como el de Agrow Analytics, que ayuda a 430 agricultores locales en Aragón a optimizar el riego mediante la infraestructura cloud de AWS, ahorrando 200 millones de litros de agua anualmente. 

Desafíos que nos impiden crecer

Durante el debate posterior, Mónica Martínez Castañeda, directora-gerente del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), subrayó el peso específico de la agricultura y todo lo que conlleva para la economía española. «Se suele olvidar que la agroindustria es el principal sector industrial en España», dijo. Sin embargo, aunque la tecnología existente ya está en disposición de marcar la diferencia en este sector, hay factores que están dificultando y retrasando su aplicación. «Hay barreras regulatorias, que impiden, por ejemplo, usar drones autopilotados o que se realicen determinados ensayos genéticos. Hay barreras en infraestructuras, donde hay carencias y falta de inversiones. Y también existe una clara necesidad de relevo generacional en un sector profesional cuya media de edad se sitúa en 61 años y que es difícil que decida invertir para modernizar sus cultivos», señaló.

También José Luis Molina Zamora, CEO de Hispatec y miembro del Consejo Asesor de Fenacore, reivindicó el valor del campo. «La agricultura de regadío no es una opción, es la única opción. Aporta el 70% del valor añadido bruto en España con el 20% de superficie», aseguró.  Este experto instaba a dejar de «demonizar» a un sector que en los últimos años «ha crecido casi en un millón de hectáreas, pero sigue consumiendo la misma cantidad de agua».

Cultivar juntos

La necesidad de una estrecha colaboración entre los diferentes actores implicados en esta nueva revolución agrícola ha sido otro de los puntos abordados durante el encuentro. En ese sentido, Laura López-Cortijo, Agricultural Transition Programme Manager de EIT Food, cree que el diálogo entre empresas y agricultores es esencial para fomentar la transparencia y el conocimiento mutuo. ¿Su fórmula para empoderar a los agricultores en esta transformación? «Formación, tecnología, información y mucha colaboración para conseguir soluciones integrales y no aisladas». 

Leonor Rodríguez Sinobas, coordinadora de la comunidad UPMWater, indicó que, para ser viable, la agricultura necesita mucho más que tecnología. «Hay que empezar por preguntarse: ¿quién se va a quedar en el campo? Lo que quiere un agricultor es la posibilidad de vivir dignamente en su zona. Y para que eso sea posible se necesita que haya sanidad, comunicaciones, servicios…». Para dotar a los profesionales de todos esos elementos, esta experta instó a los diferentes organismos y administraciones públicas a «crear un marco común, trabajando conjuntamente y en colaboración con las comunidades de regantes».

Simplificar la tecnología

Los ponentes coincidieron en señalar que la tecnología diferencial que puede hacer la vida más fácil a los profesionales del campo ya existe. Sensores para medir y optimizar el uso del agua, drones para mapear los cultivos, sistemas predictivos de inteligencia artificial que ayuden a anticipar de forma precisa la siembra y cosecha… «España es líder mundial en la gestión del agua para agricultura», recordó, a modo de ejemplo, Jesús Ibáñez, CEO y fundador de Spherag. ¿Qué frena su expansión entonces? «Hay muchas tecnologías, muchas plataformas, y es necesario hacer un ejercicio de integración, interoperabilidad y simplificación. Especialmente en un sector que es algo más conservador que otros y en el que la transformación está siendo más lenta».

Kowalik: «La sostenibilidad no es solo lo correcto, sino una oportunidad de innovación que beneficia tanto a las empresas como a las comunidades»

Antonella Maggioni, CEO de Agrow Analytics, expuso el que, en su opinión, es el gran desafío de la innovación tecnológica aplicada a la producción agrícola: «Cómo integramos esa tecnología para mejorar la productividad del agricultor». También Laura López-Cortijo piensa que la gran dificultad está en lograr que toda esta innovación que se está generando «se aterrice y se use para cubrir las verdaderas necesidades de los agricultores y adaptarse a su realidad, con grandes desafíos por resolver como son la escasez de agua o la necesidad de regenerar los suelos».

Sobre quién debe liderar la transformación digital del campo, José Luis Molina Zamora subrayó la importancia de abordar el cambio desde la especialización. «Cuando se habla de la transformación digital del campo es fundamental entender muy bien cuáles son los retos del sector agroalimentario. Y al agricultor le estamos pidiendo demasiadas cosas. Le pedimos que sea químico, biólogo, economista, especialista en maquinaria… Y ahora le exigimos también que entienda de tecnología». ¿Cómo enfocar entonces ese desafío? La propuesta del representante de Fenacore pasa por «la creación de ecosistemas organizativos, como cooperativas o empresas agroalimentarias, que integren a esos técnicos agrícolas y aceleren la transformación del sector».

¿Quién va a plantar la semilla?

La falta de relevo generacional es una de las grandes preocupaciones del entorno rural. Sobre todo si se quiere avanzar por la senda de la innovación. Y es que, como apuntaba Leonor Rodríguez Sinobas, «la agricultura del siglo XXI hay que hacerla con tecnologías del siglo XXI». Para la coordinadora de la comunidad UPMWater, la cuestión de la propiedad de las explotaciones agrícolas supone un problema adicional en ese sentido. «Los jóvenes querrían innovar más, pero se encuentran con que la propiedad es de sus padres y no pueden».

Agrow Analytics ayuda a 430 agricultores locales en Aragón a optimizar el riego mediante la infraestructura cloud de AWS, ahorrando 200 millones de litros de agua anualmente

¿Cómo lograr que el trabajo en el campo sea más atractivo para las nuevas generaciones? Antonella Maggioni cree que un aspecto determinante está en «saber contar el propósito». José Luis Molina Zamora coincide: «El agrícola es un sector en auge que alimenta al mundo con productos cada vez mejores, que lucha contra el desperdicio alimentario, optimiza los recursos y minimiza los impactos ambientales. Y que lo hace, además, con innovación, mejorando las cosas para que se hagan de una manera distinta. Y eso es algo de lo que hay que sentirse muy orgullosos». 

Mónica Martínez Castañeda recalcó la necesidad de acabar con esa dicotomía entre campo-ciudad que traza fronteras donde no debería haberlas. «No debemos pensar que lo rural no forma parte de lo urbano». Educación «para enseñar a los niños y jóvenes lo que es producir alimentos» y «visibilizar más referentes de jóvenes emprendedores en el sector agrícola» fueron otras de sus recomendaciones.

En el cierre de la jornada Pablo Blázquez, editor y fundador de Ethic, resaltó que «sostenibilidad y competitividad empresarial deben caminar juntas», y recordó que la primera «no es solo buena para el planeta, sino también para impulsar la riqueza y el crecimiento económico», que son, afirmó, «las palancas más poderosas que existen para generar bienestar para las personas».