Sociedad
Breve historia de los tacones
Los tacones son uno de los elementos más icónicos del calzado, un símbolo de moda que ha trascendido siglos y culturas. Desde su origen hasta su evolución contemporánea, han jugado un papel importante en la identidad de quien los usa.
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Como se puede observar en ilustraciones milenarias en las que se representan hombres y mujeres sobre zapatos elevados, ya en el antiguo Egipto podrían haber existido los ancestros de los tacones. Pero no sería hasta varios siglos más tarde cuando conoceríamos al predecesor más directo. Los historiadores consideran que su origen se remonta a las antiguas civilizaciones de Oriente Medio, especialmente a Persia, durante el siglo XVI. Los soldados persas usaban botas con un pequeño tacón, no por razones estéticas, sino funcionales. Este diseño ayudaba a los jinetes a asegurar sus pies en los estribos mientras cabalgaban, brindándoles mayor estabilidad y control durante la batalla. De hecho, Leonardo Da Vinci tiene ilustraciones de zapatos de tacón alto relacionados con el manejo de caballos.
Y su uso fue posteriormente adoptado por los europeos. A finales del siglo XVI, los emisarios persas que visitaban el Viejo Continente llevaban consigo ese particular estilo de calzado, lo que capturó rápidamente la atención de la aristocracia europea. Así, los tacones comenzaron a ser vistos como un símbolo de estatus, asociados con el poder y la masculinidad.
Sin lugar a dudas, el «influencer» que más ayudo a este reconocimiento fue Luis XIV de Francia. En su corte, el tacón rojo se convirtió en un símbolo distintivo de la realeza y la nobleza. El Rey Sol, conocido por su amor por la moda y la opulencia, decretó que solo los miembros de la corte podían usarlos, lo que consolidó su asociación con el poder absoluto y la jerarquía social.
En este período, estos zapatos no eran exclusivos de los hombres. Las mujeres también comenzaron a adoptarlos, aunque con fines diferentes. Mientras que en ellos estaba relacionado con la autoridad, para las ellas, su uso estaba más ligado a la estética y la moda. Sin embargo, estos zapatos femeninos no estaban exentos del simbolismo del poder. Una mujer que usaba tacones elevados demostraba su estatus social y su elegancia, separándose de la clase trabajadora, que dependía de un calzado plano y práctico.
En la Europa de los siglos XVI y XVII, los tacones eran vistos como un símbolo de estatus, asociados con el poder y la masculinidad
Pero, a finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa marcó un cambio drástico. Con la caída de la monarquía, el uso de los tacones, especialmente los exageradamente altos, cayó en desgracia. La nueva ideología republicana promovía la igualdad y la simplicidad, y los tacones, vistos como un símbolo del antiguo régimen, fueron en gran parte abandonados.
Sin embargo, no fue su fin. A mediados del siglo XIX, durante la era victoriana, experimentaron un resurgimiento, pero esta vez con un enfoque casi exclusivo para el público femenino. La silueta femenina comenzó a enfatizarse en la moda y este tipo de zapato pasó a ser un elemento clave para resaltar las curvas y la postura. En este contexto, surgieron los primeros tacones de aguja, aunque rudimentarios, que ayudaban a estilizar la figura.
Y el siglo XX fue testigo de una revolución en la moda que también afectó su diseño. A principios de siglo, estos zapatos continuaban siendo un símbolo de feminidad y estatus social. Sin embargo, la llegada de la conciencia feminista en los años 20 y los estilos de vida más frenéticos requirieron un calzado más cómodo. Aun así, los tacones no desaparecieron; en lugar de eso, se diversificaron en estilo y altura.
Durante las décadas, continuaron evolucionando, adaptándose a las tendencias de cada época. Los años 70 vieron la popularización de las plataformas, un estilo más audaz y a menudo asociado con la cultura disco. En contraste, los años 80 y 90 se caracterizaron por la experimentación con formas y alturas, desde tacones de aguja extremos hasta diseños más robustos e innovadores.
Ahora, en el siglo XXI, han adquirido un significado aún más polifacético. Lejos de ser un accesorio exclusivo para mujeres, han sido reivindicados por diferentes colectivos y géneros. Hoy en día, vemos tacones usados por drag queens, artistas, y hombres que desafían las normas tradicionales de género.
Significado cultural de los tacones
A lo largo de la historia, diversas culturas los han adoptado –y adaptado– según sus contextos sociales. Por ejemplo, en China, durante la dinastía Qing (1644-1912), las mujeres de la alta sociedad utilizaban zapatos de plataforma llamados chopines que podían alcanzar hasta 20 centímetros de altura, para destacar su estatus y lejanía del trabajo físico.
También han tenido gran importancia en Japón, donde las geishas han utilizado durante siglos el okobo o geta, una especie de sandalia de plataforma que eleva considerablemente la estatura. Aunque no son exactamente tacones en el sentido occidental, este calzado cumple una función similar en términos de diferenciación social y estética.
Por último, en el mundo islámico, este tipo de zapato también tiene su lugar. En algunos países del Golfo, las mujeres los utilizan como una declaración de moda y feminidad, adaptando estilos occidentales a sus propias tradiciones y modas locales.
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