TENDENCIAS
Siglo XXI

Método Fabrika

Método Fabrika, o cómo remar todos a una

Esta metodología ayuda a las organizaciones a optimizar su cultura, haciéndola más adaptativa e innovadora para afrontar mejor sus retos.

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA

Artículo

Lejos quedan los tiempos en los que las traineras de pescadores reinaban en la costa cantábrica. Estas embarcaciones alargadas, cuya estructura permitía adentrarse en los caladeros en busca de peces, requerían de individuos capaces de remar durante horas, recoger la pesca y regresar lo más pronto a puerto para subastarla antes de que llegaran el resto de regatas con su botín. Con el transcurso del tiempo, esta rivalidad entre locales dio lugar al deporte que conocemos en la actualidad. Inspirándose en esta idea de remar todos juntos para alcanzar una meta común, José Miguel Ayerza, José Luis (Uli) Escorihuela y Juan Mancisidor crearon el Método Fabrika, que más tarde dio lugar al libro homónimo. 

Recientemente los tres autores presentaron su obra en Madrid, en el hemiciclo de la CEOE, una organización que, además de tener un vínculo claro con la temática del libro –la cultura empresarial–, también ha experimentado de primera mano el método Fabrika. El director general de ADEGI y CEO de Fabrika, Jose Miguel Ayerza, explicó que este sistema nace de la identificación de una necesidad: «Desde las empresas nos trasladaban ese ambiente de crispación, esa conflictividad, esa confrontación entre la empresa y los trabajadores, que era insostenible. Entonces empezamos a pensar en cómo cambiar esa forma de hacer las cosas en las organizaciones». 

A partir de ahí se concibe, con el objetivo de construir un espacio seguro en las empresas donde se pusiera el equipo en el centro, el método Fabrika. Una iniciativa que, más tarde, dio nombre a un edificio-escuela. «Quisimos tangibilizar lo que estábamos haciendo, para que no fuera algo de carácter exclusivamente teórico, y decidimos construir un edificio donde desarrollar nuestra actividad de manera exclusiva, para que la gente pudiera tocar el producto», detalló Ayerza.

Ladrillo sobre ladrillo, se erigió Fabrika, ubicado en un entorno de Donostia-San Sebastián. «Al final, una fábrica es un lugar donde se fabrica algo. Y las personas que acuden a nuestras distintas dinámicas se dan cuenta que están construyendo algo nuevo», explicó el CEO de Fabrika. «Y la K es el toque vasco», añadió entre risas. Pero, ¿en qué consiste exactamente este método? Se compone de la combinación de cuatro elementos superpuestos y correlacionados. 

Juan Mancisidor (CEO de Fabrika): «El método es aplicable allá donde haya personas que tienen que colaborar para hacer algo juntas. Es decir, en cualquier organización»

El primero es el modelo de efectividad, siendo este definido como la capacidad de un equipo u organización para, simultáneamente, conseguir resultados alineados con un propósito de valor, revisar las reglas con las que llevan a cabo sus procesos para mejorar su gestión y cuidar de las personas, ayudándolas a satisfacer sus necesidades y acompañándolas en sus procesos de cambio y desarrollo.

En segundo lugar se encuentran los ocho principios de la nueva cultura: propósito inspirador, confianza, valores compartidos, bienestar de las personas, liderazgo facilitador transformador, comunicación efectiva, participación y adaptabilidad. Según el director de I+D de Fabrika, Uli Escorihuela, esta visión debe ser «humanista»: «Nos importan las personas y tenemos que hacer lo posible para que en cualquier organización, todas las personas —propietarios, directores, trabajadores, clientes…– sientan que aportan valor y respeto».

El tercer componente son los niveles de cambio, donde el equipo juega un papel base en los procesos de transformación cultural que impacta de forma directa en las personas, la organización y la comunidad. Para conseguir cambios duraderos es necesario hacer del equipo un espacio de seguridad y confianza en el que las personas puedan traer sus diferentes propuestas sin temor a represalias o castigos, un espacio en el que estas diferencias puedan ser escuchadas con respeto e integradas en marcos mayores que aporten valor y sentido. Esto implica poner el equipo en el centro, asegurarse de que todas las personas forman parte de algún equipo, idealmente de no más de 20-25 personas, y que estos equipos se reúnan regularmente, aunque solo sea media hora a la semana.

Y, por último, las fases del proceso: concienciación, capacitación, transformación e integración. Estas son diseñadas para garantizar el éxito del cambio, incluyendo en el propio diseño a personas de todos los niveles y ámbitos de la empresa.

«El método es aplicable allá donde haya personas que tienen que colaborar para hacer algo juntas, donde aparece la cultura y el liderazgo. Es decir, en cualquier organización, en cualquier actividad, en cualquier lugar del mundo», enfatizó el director de Fabrika, Juan Mancisidor. 

Para ello, la comunicación por parte de las empresas es fundamental. Deben definir qué objetivo tienen, quiénes participarán, a quiénes afectará aquello que se busca resolver y con cuánta disponibilidad cuentan. A partir de ahí, desde Fabrika se diseña un programa para abordar esos retos.

La ciencia, base de todo

El método, a diferencia de algunas otras teorías sobre cultura empresarial, aspira a contar con una sólida base científica. Se fundamenta en la teoría de los sistemas vivos, entendidos estos como sistemas dinámicos abiertos, autoorganizados y autónomos, cuyo propósito claro es seguir vivos y, si es posible, mejorar su autonomía y bienestar. 

El método, a diferencia de algunas otras teorías sobre cultura empresarial, aspira a tener una base científica en la teoría de sistemas vivos

Algo que Escorihuela detalló en la presentación del libro: «Cuando hablamos del Método Fabrika hablamos de conseguir que las personas cambien, no en su manera de ser, sino en su manera de hacer y mostrarse en un entorno laboral concreto. Hablamos de cambiar algunas de las estrategias que las personas utilizan para intentar satisfacer sus necesidades que restan efectividad a sus relaciones y a los equipos de los que son parte. Sea como sea, para que estos cambios sean efectivos se han de hacer no solo a nivel cognitivo, sino también emocional y comportamental. Los avances en psicología social y organizacional basados en teoría de sistemas nos aportan los conocimientos necesarios para intervenir en un sistema humano con dinámicas y herramientas adecuadas para conseguir esos cambios.».

Sin embargo, la gente tiende a resistirse a los cambios impuestos, ya sea por miedo a lo desconocido, por sentir amenazada su zona de confort o por temor al fracaso. «Por eso el método Fabrika se basa en la voluntariedad de cambiar a partir de la construcción de un espacio seguro en el equipo que invita –y donde se puede– arriesgar».

Desconectar para conectar

Esta experiencia ha sido vivida de cerca por el equipo de la CEOE, que participó en la formación de Fabrika en dos grupos diferentes: por un lado, el equipo directivo, y por otro, los jefes de área. «Venimos impactados, emocionados y entusiasmados, porque es muy difícil hacer programas transformadores, donde realmente las personas sientan, piensen y actúen de manera diferente al acabarlos», relató la directora general de CEOE Campus, María Teresa Gómez.

Gracias a esta experiencia de retiro en la escuela de San Sebastián –un formato que desde este febrero también está disponible en Madrid–, el equipo de la CEOE pudo parar, reflexionar y trabajar la relación entre sus empleados, reconociendo su esfuerzo y cohesionando el grupo. «El método Fabrika nos retó a ser nosotros mismos. No te dan respuestas, te dan preguntas y tú buscas las respuestas. Participamos en juegos muy divertidos, dinámicas súper interesantes y algunas experiencias muy emocionantes», concluyó Gómez.

Un testimonio que refleja el doble objetivo de Fabrika: conseguir que las personas se sientan mejor y hacer que trabajen con mayor efectividad a través de la creación de una nueva cultura de las organizaciones y la implementación de un liderazgo facilitador. Y que demuestra que, al igual que en una trainera, cada miembro del equipo es fundamental y debe coordinarse con el resto para llegar a buen puerto.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

La fiebre de la colaboración

Carlos Buhigas Schubert

Colaborar de manera eficaz exige, antes de nada, la voluntad de trascender la moda e integrar una lógica particular.

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME