El nacimiento de la filosofía según Giorgio Colli
En su libro ‘El nacimiento de la filosofía’ (1975), el filósofo e historiador italiano Giorgio Colli explica los inicios del pensamiento occidental.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2024
Artículo
Giorgio Colli fue un filósofo, filólogo e historiador italiano que impartió Filosofía Antigua en la Universidad de Pisa durante 30 años. Entre otros trabajos, editó y tradujo el Órganon, de Aristóteles, y La crítica de la razón pura, de Kant. Escribió, también, una obra sobre los orígenes de la filosofía griega: El nacimiento de la filosofía. En ella trata de explicar los inicios del pensamiento occidental entre los llamados presocráticos (término que él rechaza), analizando la realidad intelectual griega de los siglos VII, VI y V a.C.
Los presocráticos fueron aquellos filósofos que pensaron por primera vez sobre el origen del mundo y su realidad desde parámetros racionales. Entre estos destacan nombres como Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Parménides, Heráclito y muchos otros. Para comprender el nacimiento de la filosofía, Colli emplea una interpretación nietzscheana. El autor italiano afirma que la filosofía tal y como la conocemos no pertenece a ese mundo presocrático, sino que es con Platón cuando inicia su andadura. Es este quien habla de «filosofía» propiamente como «amor a la sabiduría». La sabiduría de los autores presocráticos tendría su origen, según Colli, en la poesía de Homero y Hesíodo y en el pensamiento religioso griego.
Partiendo de la filosofía de Nietzsche, quien establece una polaridad entre lo apolíneo y dionisíaco, Colli afirma que el dios propiamente filosófico sería Apolo. Por algo estaba inscrito en el pronaos del templo de Apolo en Delfos el aforismo «Conócete a ti mismo». No obstante, Apolo no es para Colli un dios de la mesura, como decía Nietzsche muy unilateralmente, sino de la locura, de la manía y de la adivinación. Y es la locura la matriz a partir de la cual surgirá la filosofía o el amor a la sabiduría.
Para Colli, Platón es el primer autor propiamente filosófico
Según Colli, la filosofía vendría a surgir con el pensamiento escrito, encarnado en Platón y sus célebres diálogos socráticos. Es la literatura filosófica la que reestructura los modos de pensar y genera una tradición verdaderamente filosófica transmisible de generación en generación. Es con la generalización gradual de la escritura que el propio logos o razón comienza a modelar las estructuras mentales humanas y es Platón el primer autor propiamente filosófico, pues es el primero en hablar explícitamente de su tarea como tal. Platón inventa el diálogo como literatura y, además, proporciona a este un valor y tarea filosóficos.
Se trata de una forma concreta de dialéctica y retórica escrita, que está, además, al alcance de cualquiera, puesto que no hay nada críptico o difícil de entender en su mensaje (algo poco común en el ámbito filosófico). Los diálogos platónicos pueden ser leídos y entendidos hasta por un niño, algo que no ocurre en el caso de su discípulo Aristóteles, algunos de cuyos textos son sumamente difíciles (pensemos en su Física o Metafísica). Estos textos escritos son lo que Platón llama filosofía, modelo que continuará en el futuro, solo que bajo la forma de tratado o ensayo (en lugar de diálogo).
Platón caracteriza a los llamados presocráticos como sabios y se posiciona a sí mismo como filósofo o amante de la sabiduría. Esta es una herencia de Sócrates, quien dijo de sí mismo «solo sé que nada sé». Los sabios son aquellos que poseen la sabiduría, el filósofo es el amante de la misma, aunque no la posea. De este modo, se inaugura la actitud propiamente filosófica, sustentada en una duda radical. Quien cree poseer la verdad es, generalmente, un fanático, quien duda de ella, un escéptico, y es un escepticismo sano la base de toda filosofía, de todo descubrimiento intelectual.
Esto se manifiesta en la historia posterior de la Ciencia, una rama de la Filosofía, en la que la duda radical sirve de combustible a toda potencial certeza. Solo desde la duda podemos iniciar un periplo filosófico y cuestionar los prejuicios, creencias y supuestas verdades que conforman nuestra realidad. De hecho, es la actitud filosófica y científica radical, la dominancia del logos antes mencionado, lo que hace de nuestra propia época, la actual, la era de la muerte de Dios, del fin de los valores absolutos y del surgimiento del relativismo radical. Habitamos el fin de una gran era, que inicia su andadura, principalmente, con la obra de Platón.
COMENTARIOS