Educación
Profes que marcan
¿Estás comenzando tu camino como profesor y deseas hacerlo con solidez desde el principio? ¿Quieres sacar el máximo provecho a tu actividad educativa en internet? Son algunas de las preguntas a las que busca dar respuesta Miquel Rossy en ‘Profes que marcan’ (LID Editorial, 2024), un libro en el que analiza la importancia de la marca personal y el liderazgo en la educación.
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La reunión se celebraba en el salón de actos de una de las escuelas del grupo escolar. Había personas de la dirección y responsables de marketing de cada uno de sus colegios. En total debían de ser una treintena de personas. Me invitaron para dar una charla. Antes de mí, hubo otras dos intervenciones. Se veía en los rostros de la gente que empezaban a estar saturados. Necesitaba dar un golpe de efecto si quería captar su la atención. Cuando me tocó hablar a mí empecé así:
—Hoy estamos aquí hablando del marketing educativo de vuestros colegios. Pero los que hacen el marketing no están aquí, nadie les ha invitado. Aquí os encontráis los responsables de marketing. Estáis los que planificáis el marketing, pero no quien lo hace.
La cara de perplejidad en la gente no se hizo esperar. Todo el mundo miraba asombrado. Hice una breve pausa y proseguí:
—Quienes hacen de verdad el marketing en estos momentos están en clase, con el alumnado.
Lo dije señalando hacia las aulas de la escuela donde estábamos.
—Es como si vosotros fuerais los responsables de marketing del Barça. Ya podríais prever grandes campañas, diseñar contenidos muy atractivos para Instagram, hacer una web chulísima. Pero si Lewandowski y Pedri no marcan goles o si Ter Stegen no los para, no tendríais nada que hacer. No venderíais ni una miserable camiseta. Si no hay títulos, no conseguiréis que haya más socios. Todo depende de ellos.
Puse el ejemplo del Barça porque estábamos en Barcelona y porque efectivamente soy del Barça. Pero si hubiéramos estado en Sevilla habría hablado del Sevilla… o del Betis, ¡qué problema! Quizá hubiera hablado igualmente del Barça. Da igual, pon tu equipo de fútbol. Si no existen resultados, no hay ventas, no se llena el campo. Si en la escuela no hay buenos resultados, tampoco se llena.
Seguro que te parece lógico lo que estoy diciendo. Para mí, no solo es lógico, sino que está demostrado: más del 80% de las familias nuevas de una escuela llegan por la satisfacción de las que ya están allí. Dicho con otras palabras, para que te lo puedas aplicar cada día: el 80% de las familias nuevas de tu escuela dependen de cómo tú hagas tu trabajo. Tú y tus compañeros, claro, porque esto, como el fútbol, es un deporte de equipo.
Más del 80% de las familias nuevas de una escuela llegan por la satisfacción de las que ya están allí
Suelo comparar una escuela formada por profesores y profesoras excelentes con un equipo de fútbol que tiene once jugadores titulares estelares y un joven banquillo con proyección. Es un equipo lleno de ilusión. Obtendrá sin duda grandes resultados al final de la temporada. Ganará la liga o la copa, o se clasificará para los torneos continentales. Al mismo tiempo, los futbolistas serán muy apreciados entre los seguidores del equipo. Y seguramente, gracias a las victorias, estos seguidores serán más tolerantes con cualquier error que cometan.
Todo esto son metáforas. En realidad, los goles son aquellas experiencias que el alumnado y las familias tienen en tu colegio que no esperaban y les lleva a exclamar un «¡guau!». Las paradas en la portería son aquellas veces en que ha habido un motivo de insatisfacción, algún error que hemos cometido, como abroncar a una niña equivocadamente. O quizás no ha sido nuestro error, sino una circunstancia, como el malestar que se ha provocado cuando han escondido la cartera a un alumno en clase, y el alivio cuando conseguimos que la mala broma se corrija.
¿Y qué ocurre si un día pierden o si, incluso, lo hacen por goleada? No pasará nada por un solo partido malo. El público tendrá paciencia si se esfuerzan en corregir rápidamente los errores. En cambio, suelen abuchear mucho los errores cuando los jugadores ya han perdido el crédito. No se les deja pasar ni una, como a los profesores con mala reputación, ¿verdad? Por ejemplo, si uno de ellos se equivoca en la corrección de un ejercicio en clase, todos los niños rápidamente susurran que no sabe. El mismo error, dependiendo de quién lo hubiera cometido, se habría valorado de forma muy distinta.
Para tener un gran equipo, hay que contar con algunos cracks, aquellos que saben llevar al equipo a sus espaldas cuando la cosa se pone difícil. Igualmente, bastará con que haya varios docentes con liderazgo para conseguir que todos jueguen bien. ¡Incluso el más lento parece un buen lateral! Qué importante es que los jóvenes se sientan acompañados por los más experimentados.
Necesitamos un gran equipo para tener una gran escuela. Pero no estoy hablando de hacer fichajes: para la escuela será más fácil que el profesorado cambie, que cambiar de profesorado. Es más eficaz y justo. Es un deber de la escuela ayudar a mejorar profesionalmente a la gente que trabaja en ella. Y a todos nos conviene ayudarnos unos a otros.
Es un deber de la escuela ayudar a mejorar profesionalmente a la gente que trabaja en ella
Hace unos años me llamó un antiguo alumno de mucho tiempo atrás. También di clase a un hijo suyo. Fue el único caso, porque yo cambié de ciudad y coincidió que ellos también lo hicieron. Cuando descolgué el teléfono, me dijo que acababa de comprar el libro El secreto del ‘marketing’ educativo. Déjame que te diga que lo hizo exclusivamente por amistad, porque él tiene gasolineras. Ya me dirás de qué le sirve un libro de marketing educativo. Esto es lo que me dijo:
—Eh, Miquel, la verdad, ¡no entiendo cómo te han publicado este libro! Si es que es evidente. La escuela que tiene buenos profesores va bien, y la que no, no.
Ya ves… A él, que tiene mucho sentido común, le parece evidente. Y a ti, que vives el día a día de una escuela desde dentro, seguramente también. Pero muchos responsables de marketing se olvidan de esto y priorizan tener una buena web y unas redes sociales muy activas, lo cual también cuenta, pero jamás contará tanto como lo que tú hagas cada día en clase. Tenlo presente, porque se trata de ganar la liga.
Es evidente que la suma de grandes marcas personales dará una mejor marca colectiva. Pero es que, además, el camino más rápido para hacer efectiva la participación del profesorado en la marca de la escuela es justamente la potenciación de su marca personal; porque quien hace de sí mismo una marca es quien más capacitado estará para valorar y sostener la de la escuela. El trabajo en equipo bien entendido potencia cada individualidad.
Me gusta el neologismo «teamdividualism» para nombrar grandes individualidades comprometidas con el valor que añade un proyecto en equipo. Esto solo será real cuando, a la vez que crece la marca corporativa, lo haga la de cada persona.
Este texto es un fragmento de ‘Profes que marcan’ (LID Editorial, 2024), de Miquel Rossy.
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