Seis grandes avances de la historia de la humanidad que hicieron el mundo más amplio

La creatividad es una característica inherente al ser humano. Si nuestros ancestros prehistóricos, hace miles de años, no hubieran inventado algunas herramientas, no se hubieran fijado en que frotando mucho una piedra podían hacer fuego a su antojo, o no hubieran pensado en cultivar sus propias hortalizas, quizá hoy seguiríamos siendo algo parecido a animales. Desde entonces, la historia de la humanidad es una sucesión desordenada de ideas, inventos y avances.

No es posible hacer un escalafón de cuáles fueron los más importantes, pero no hay duda de que estos seis descubrimientos transformaron por completo el universo conocido, modelando nuestra historia.

El uso del fuego

Está claro que el fuego no es una invención humana, pero aprender a crearlo y a usarlo supuso una revolución en la vida de los homínidos de hace más de un millón de años. No se sabe a ciencia cierta cuándo se «descubrió», pero hay evidencias de que en Sudáfrica, el Homo erectus de hace 2 millones de años ya usaba el fuego de forma controlada.

Este dominio permitió a los primeros homínidos calentarse, iluminar, cocinar alimentos y protegerse de los depredadores. A su vez, esto posibilitó importantes avances en el estilo de vida y en la propia anatomía humana, ya que la digestión de comida cocinada es más sencilla, por lo que los intestinos y los dientes pudieron disminuir su tamaño, a medida que el cerebro aumentó el suyo. Al fin y al cabo, toda esa energía que antes se destinaba a masticar, ahora podía dedicarse a otras cosas. Además, el uso del fuego también pudo favorecer la adaptación y la expansión por latitudes más frías, lo que permitió a los seres humanos llegar cada vez más lejos.

La rueda

La rueda suele considerarse como el invento más revolucionario de la historia de la humanidad. La primera evidencia de su uso se remonta a la Mesopotamia de hace 6.000 años, pero no formando parte de un carro, sino del torno de un alfarero. El rodillo ya se empleaba para mover objetos pesados desde mucho antes, pero fue entonces cuando se creó el eje. Aún tuvieron que pasar unos 600 años para que la rueda se convirtiera en un juego de ruedas completo bajo una carreta, pero en cuanto se creó el carro se expandió con rapidez (los arqueólogos comprobaron que se usaba en toda la zona comprendida entre Irak y Alemania, más o menos durante la misma época).

La rueda y el carro transformaron por completo el modo de vida de los seres humanos, haciendo el transporte de personas y cosas mucho más rápido y contribuyendo a la mecanización de la agricultura y al nacimiento de la industria, así como a la expansión del comercio.

La brújula

La historia de la brújula se remonta al siglo II a.C. En China, durante la dinastía Han, se creó un dispositivo con un cucharón hecho de imán, que se utilizaba esencialmente para esotéricas tareas de «adivinación». Hizo falta perfeccionarlo a lo largo de 12 siglos para comenzar a usarlo en el campo de la navegación. Se cree que los marineros chinos podrían haber usado ya la brújula a finales del siglo XI, y hay evidencia de su uso por los navegantes europeos a finales del siglo XII. En un principio, se utilizaban cuando no había sol ni estrellas a la vista que les pudieran guiar, pero a medida que las brújulas se fueron haciendo más fiables, se convirtieron en el recurso principal para guiarse en alta mar.

La brújula permitió así a los navegantes alejarse de la tierra de forma más segura, lo que favoreció el comercio y la exploración, dando paso a la Era de los Descubrimientos.

La imprenta

A mediados del siglo XV Johannes Gutemberg creó la imprenta mecanizada. Aunque muchas culturas antiguas ya utilizaban sellos en sus procesos burocráticos, y otros inventores ya habían ideado los tipos móviles de metal, él fue el primero en desarrollar una máquina para transferir la tinta de los tipos móviles al papel. Así, con esta nueva imprenta, fue posible hacer copias de libros a gran velocidad, lo que condujo a la difusión rápida y generalizada del conocimiento por primera vez en la historia. Hacia el año 1500 ya había talleres de imprenta en todas las ciudades importantes de Europa Occidental, y se habían impreso más de ocho millones de volúmenes.

La electricidad

Como ocurre con el fuego, no es exactamente una invención, sino un descubrimiento. Se comenzó a investigar sobre este tema de forma más certera en el siglo XVI y fueron muchos los científicos que contribuyeron a nuestra comprensión de estos fenómenos físicos. Entre ellos, el más famoso quizá sea Benjamin Franklin. Posteriormente, en 1821, Michel Faraday demostró cómo la energía eléctrica se podía aprovechar para generar energía mecánica, creando las bases para el motor eléctrico, que se utilizaría para mover las bobinas de todo tipo de maquinaria. Y en 1879, Edison consiguió generar luz eléctrica de forma consistente.

El uso de la electricidad transformó por completo la forma de vivir de las personas, haciendo las casas más cómodas y seguras y las fábricas más productivas, permitiendo la comunicación con lugares lejanos, y posibilitando viajar a velocidades antes inimaginables. Además, fue el punto de partida para toda la innovación tecnológica posterior que culminaría, a finales del siglo XX, con el invento siguiente.

Internet

Los orígenes de internet se remontan a los años 60 del s. XX, cuando el gobierno de los Estados Unidos, en plena guerra fría y ante el temor a un ataque nuclear, creó un sistema de comunicación descentralizado a través de una red de ordenadores que podían intercambiar información en múltiples ubicaciones. En los años siguientes esta red se fue expandiendo, conectando distintas instituciones, universidades y agencias gubernamentales. Pero fue en los 80 cuando el internet que todos conocemos empezó a tomar forma, a través del desarrollo de importantes infraestructuras como el Sistema de Nombre de Dominio o la World Wide Web, un sistema de documentos de hipertexto interconectado a los que se accede a través de internet, ideado por Tim Berners-Lee, un informático británico que trabajaba en el CERN, en 1989. El crecimiento de la World Wide Web a partir de los años 90 fue explosivo, volviéndose accesible para el público general rápidamente.

Con su capacidad para conectar personas, información y recursos de cualquier lugar del mundo de forma rápida y sencilla, internet ha cambiado totalmente nuestra forma de comunicarnos, trabajar, comprar o socializar; en definitiva, nuestra forma de vivir.