Opinión
La ONU que no ama a las mujeres
La ONU, que proclamó en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha aceptado la línea roja de los talibanes en su última reunión, el pasado mes de junio, en la que las mujeres fueron excluidas.
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COLABORA2024
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Cuando se creó la ONU, a finales de la Segunda Guerra Mundial, quizás entonces –ni siquiera me atrevo a asegurarlo– sus principios de paz y seguridad internacional, así como la voluntad de resolver conflictos internacionales, se los creyeron los 51 países firmantes de la Carta de las Naciones Unidas que redactaron entonces.
De los 193 estados soberanos que la integran hoy y, sobre todo, de los ciudadanos de esos estados, casi me atrevería a asegurar que son muchos los que no solo no se creen sus buenas intenciones, sino que incluso los tacharían de organización condicionada más por lo económico que por lo social, pendiente solo de beneficiar a aquellos países con poder.
Me explico y lo traigo a la actualidad.
Hace unos meses, publicaron un nuevo informe sobre los derechos reproductivos y sexuales en el que se constataba el aumento de las desigualdades, el racismo y el creciente abismo entre ricos y pobres. En él, se hacía hincapié en que esas desigualdades tenían un alarmante sesgo de género: «Hemos dejado atrás a las mujeres más marginadas y discriminadas», reconocía en una entrevista el director adjunto del Fondo de Población de Naciones Unidas, .
En el 40% de países de los que se tiene información, los derechos de las mujeres están retrocediendo, según la ONU
En el mismo informe, por dar algún dato más, se podía leer que más de 800 mujeres mueren cada día –sí, 800 cada día – dando a luz, y que llevan así desde 2016. Ese y otros datos hacen que la ONU reconozca que en el 40% de países de los que tienen información los derechos de las mujeres están retrocediendo. No olvidemos que estamos en 2024, por si a alguien se le había pasado por alto.
Claro que, y ha pasado en este mismo 2024, ¿cómo creer que a la ONU le importa, ni un poquito, lo que le pase a mujeres y niñas, por mucho que elaboren informes, si eligieron Arabia Saudí para presidir el foro sobre derechos de las mujeres? ¿De quién sería la brillante idea de hacerles presidir la comisión que debe promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres justamente a un país con un amplísimo historial de discriminaciones entre hombres y mujeres? Solo se me ocurre que a alguien que esté más pendiente del poder de los saudíes que de la vida de las mujeres y las niñas.
En ese momento, marzo de 2023, pensé que no se podía caer más bajo. Me equivoqué. Este junio ha habido una reunión en la sede de la ONU para hablar con los talibanes. En la reunión, los temas a tratar se centraban en el futuro y los problemas que enfrenta Afganistán. Varios, nadie lo pone en duda. Entre ellos la situación de práctica invisibilidad –social, política, económica… – y violencia en la que viven las mujeres.
Pues bien, la primera línea roja que pusieron los talibanes fue que no participaran mujeres en la reunión. Qué barbaridad, pensaría cualquier persona, como si dijeran que no quieren negros en la reunión, o catalanes, pongo por caso. Pues bien, me atrevo a asegurar que en los dos últimos ejemplos habría saltado a la yugular de los talibanes la comunidad internacional al completo. Pero… ah, que son mujeres, que no vengan, han pensado los responsables de la ONU, total, si en Afganistán no pintan nada, qué más da.
Y así ha sido, parece un chiste, parece una noticia inventada, pero no lo es. En uno de los países en los que más falta hace reivindicar la presencia de las mujeres, reclamar un trato igualitario, exigir una educación y acceso a la sanidad de las mujeres y niñas, parece que la ONU no considera relevante que sean tenidas en cuentas.
¿De qué sirve reivindicarse igualitarios o feministas en nuestros foros nacionales, si luego, en el mayor foro internacional, aceptamos que se proscriban las mujeres?
No olvidemos que la ONU son todos los Estados, somos todos, y ahora así somos cómplices en la desaparición de las mujeres. ¿De qué sirve reivindicarse igualitarios o feministas en nuestros foros nacionales, si luego, en el mayor foro internacional, aceptamos que se proscriban las mujeres?
Las mujeres son uno de los temas que está sobre la mesa, han asegurado algunos de los miembros de la ONU que han asistido a la reunión. Sí, seguramente, pero para ser apedreadas hasta morir, se me ocurre, recordando una de las prácticas más habituales en el emirato asiático. Total, ni sabemos el número de ellas porque no hay censo, se las entierra con el nombre del marido, ni podemos llamarlas por su nombre… Quita, que no, que al final ni siquiera se ha hablado de ellas, las mujeres han saltado de la agenda.
Pero claro, cómo criticar a la ONU, «no es la religión, es la cultura» hay que respetarlos y olvidarnos de que desde que entraron los talibanes en Afganistán las mujeres y las niñas se han enfrentado a una discriminación sistémica. Total, solo son mujeres…
No estaría mal que la ONU se revisara a sí misma y recordara que fue ella misma la que proclamó en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sí, universal, y ahora, en su reunión con los talibanes, se han cargado a la mitad del universo humano.
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