Dos décadas de avances en inclusión laboral de las personas con discapacidad

Contar con un empleo es clave para que una persona pueda desarrollar su propio proyecto de vida. Tanto es así, que el derecho al trabajo está recogido en la Constitución Española. Sin embargo, las personas con discapacidad no siempre han podido ejercer este derecho, ya que durante años fueron excluidas del mercado laboral. 

Conscientes de ello, Fundación Randstad nació en 2004 con la clara misión de lograr la verdadera igualdad de oportunidades laborales de las personas con discapacidad mediante un trabajo articulado a través de tres ejes: la sensibilización, la capacitación y la transición al empleo.

Y es que hace 20 años, la sociedad todavía no era tan consciente como lo es ahora de las necesidades de las personas con discapacidad. Sin embargo, a lo largo de estas dos décadas de camino, hemos sido testigos de cómo la discapacidad ha dejado de ser ignorada para pasar a formar parte de los temas de la agenda pública de manera más o menos recurrente.

Esto, sin duda, es una buena noticia para toda la sociedad en su conjunto. Porque sabemos a ciencia cierta que una comunidad es mejor cuando abraza la diversidad, la visibiliza y le da el valor que tiene. 

Pero, además, en los inicios de Fundación Randstad todavía no eran muchos quienes tenían claro a qué nos referíamos exactamente cuando hablábamos de inclusión laboral y qué es lo que esto implica tanto para las propias personas con discapacidad como a nivel organizacional. Pero todavía eran menos los que conocían los beneficios sociales y económicos que esta inclusión aporta a una organización. 

En 2022 la tasa de paro de las personas con discapacidad se situó en el 21,4%, lo que supone el registro más bajo desde 2014

No obstante, si hace 20 años la discapacidad era vista en el entorno laboral como un acto de beneficencia, e incluso una amenaza, hoy en día son muchas las entidades, empresas y personas que la ven como una oportunidad. Una oportunidad de contar con una plantilla más comprometida y que se sienta más identificada con los valores de la compañía, de tener en sus trabajadores sus mejores embajadores de marca y también de mejorar su propuesta de valor para los empleados, los clientes y la sociedad para avanzar en lo social y lo económico.

Pero debemos tener en cuenta que cuando hablamos de que una empresa o entidad es verdaderamente inclusiva no nos referimos únicamente a contar con personas con discapacidad entre sus empleados o a adoptar un determinado discurso de cara a la sociedad. Hacemos referencia a tenerlo en consideración en la estrategia de la empresa y en el desarrollo de los productos y servicios, de verlo como una oportunidad.

Así, todos estos avances de los que hemos sido testigos han tenido como resultado una clara mejora en los datos referentes al empleo de las personas con discapacidad. De hecho, según el informe Radiografía del mercado laboral de las personas con discapacidad, que elaboramos en Fundación Randstad junto a Randstad Research, en 2022 la tasa de paro de este colectivo se situó en el 21,4%, lo que supone el registro más bajo desde 2014. Y esto fue así gracias a que cada vez tenemos más presente que aunar esfuerzos entre las administraciones, las entidades y las empresas marca la diferencia a la hora de mejorar la formación y empleabilidad de este colectivo.

Por ello, en Fundación Randstad hemos ido tejiendo una red de colaboradores que actualmente está formada por 2.094 empresas que integran, 198 empresas colaboradoras, 180 entidades sociales colaboradoras y 1.033 personas voluntarias. 

Gracias a todos ellos, solo en 2023 atendimos a 5.214 personas y 3.730 recibieron formación. Pero, si echamos la vista atrás, las cifras alcanzan  más de 50.000 personas atendidas y más de 20.000 formadas en nuestros 20 años de trayectoria. 

Ahora, solo nos queda seguir trabajando para que llegue el día en el que la inclusión sea tan evidente que ni siquiera haga falta hablar de ella. 

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Por María Viver, directora de Fundación Randstad