El superpoder de la ciudadanía se escribe con B

Llenar la nevera, comprar ropa o contratar el servicio de internet forman parte de las pequeñas, pero importantes, decisiones diarias que, como ciudadanía, tomamos en nuestro día a día. Todas estas elecciones tienen un impacto en nuestra sociedad y en nuestro entorno. Y, cada vez más, las personas somos más exigentes a la hora de relacionarnos con las empresas y de elegir un producto o un servicio. ¿Realmente necesito comprar esto? ¿Qué origen tiene? ¿Qué impacto genera mi compra en el planeta? ¿Es ética y socialmente responsable la empresa a la que destino mi dinero? ¿El precio que estoy pagando es compatible con unas condiciones de trabajo dignas?

Afortunadamente, estas y muchas otras cuestiones están ganando peso en la sociedad y el cambio en nuestros hábitos de consumo así lo demuestra. Según el estudio ‘Sostenibilidad y Consumo 2023’ del Observatorio Cetelem, 3 de cada 10 consumidores sitúan el impacto ambiental como el principal criterio de elección al comprar un producto y un 50% reconoce que consume menos para preservar el planeta. En la misma línea, el informe ‘Consumidor español ante el reto de la sostenibilidad’ revela que 7 de cada 10 consumidores están dispuestos a pagar más por un producto sostenible. Sin lugar a duda, parece que vamos por el buen camino y la sostenibilidad se está convirtiendo en una prioridad e incluso necesidad para la sociedad.

7 de cada 10 consumidores están dispuestos a pagar más por un producto sostenible

Nuestras decisiones de compra y, en general, la incorporación de unos hábitos y criterios de compra más responsables, son clave para impulsar la transformación empresarial sostenible. Bajo esta premisa, desde el movimiento B Corp pusimos en marcha la segunda gran campaña nacional de concienciación ciudadana de la mano de todas las empresas B Corp. Bajo el lema «Se Escribe Con B», con esta iniciativa, no solo buscamos hacer reflexionar sobre el modo en el que producimos y consumimos, sino que también reivindicamos y promovemos las acciones individuales y colectivas en la construcción de un futuro más próspero para todos.

En esta misión, la ciudadanía, junto con el tejido empresarial y las instituciones públicas, tienen un rol fundamental y deben ir acompasados. En un contexto donde la desinformación está en auge y las prácticas de impactwashing cada vez son más comunes, la sociedad necesita contar con mecanismos y herramientas que aseguren que la contribución de las empresas en el planeta y en las personas es veraz. Las recientes normativas europeas para luchar contra el lavado verde y el lavado social suponen un gran avance. Sin embargo, sigue siendo necesario contar con una figura legal con reglamento que permita identificar aquellas compañías que generan un verdadero impacto positivo. Desde 2022 esta figura existe bajo el nombre de Sociedades de Beneficio e Interés Común. Ahora precisamos del reglamento que permita la aplicación efectiva de esta medida, dando respuesta a la necesidad de miles de compañías que ya son empresas con propósito y también a las que querrían adoptar este modelo empresarial para avanzar juntos hacia una mejor economía para todas las personas y el planeta.

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Belén Viloria es directora ejecutiva del movimiento B Corp en España.