«La colaboración, el compromiso y la digitalización pueden impulsar las finanzas sostenibles»

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Quizás sea un cliché decir que el mundo está cambiando: siempre ha estado en constante evolución. Sin embargo, actualmente presenciamos señales que evidencian el fin de una época y auguran un nuevo comienzo. Indicadores destapados por grandes desafíos, como el cambio climático o las crecientes desigualdades, pero que pueden abrir un inmenso abanico de oportunidades si se logra aprovechar el potencial de transformaciones históricas como la revolución digital. Ciudadanía, gobiernos y empresas exigen un mundo que respete el entorno natural, en el que entren todas las personas y que no abandone la senda del progreso. Una verdadera revolución que tiene en su seno al sector de las finanzas, clave para reconducir la inercia del sistema hacia destinos más sostenibles. Pero, ¿por dónde empezar? Ignacio Juliá, CEO de ING, explica, a través de la trayectoria, experiencia y evolución del banco, cómo la colaboración, el compromiso y las tecnología digitales pueden impulsar un futuro deseable.


 

¿Cómo puede el sector financiero responder a los grandes desafíos de nuestro tiempo?

Cuando miramos al mundo entendemos que tiene dos grandes problemas: el calentamiento global y las desigualdades sociales. Desde el sector financiero tenemos una responsabilidad para contribuir y ser un agente de cambio. Tenemos el compromiso y las herramientas necesarias para ayudar a las empresas y a los particulares a hacer esa transición. Con nuestra estrategia Empowering Your, Our Sustainability Journey ponemos en marcha 3 grandes ejes o ámbitos de actuación: La primera es liderar con el ejemplo, es decir, no sólo cumplir con la normativa sino incluirlo en el ADN de la organización. Todo lo que hacemos (productos, servicios o procesos) tienen la sostenibilidad en el eje con el objetivo de reducir la huella de carbono.

«La colaboración público-privada es fundamental. De esta manera conseguimos entender mucho mejor los problemas sociales»

El segundo gran eje de actuación es acompañar a nuestros clientes en la transición para ser más sostenibles. Para ello, en banca corporativa hemos hecho un verdadero esfuerzo para ser expertos en todos los sectores y poder colaborar en esa transición a través de la financiación. En el área de particulares queremos ayudarles a ser más eficientes a través de la educación financiera, desarrollando herramientas para que los clientes puedan entender y gestionar mejor sus finanzas.

Por último, el tercer gran eje de actuación es ser un gestor del cambio social, ya que debemos ayudar más a la sociedad en su conjunto. Es aquí donde trabajamos con organizaciones y con programas público-privados para poder llegar ahí donde la gente más lo necesita.

¿Qué relevancia cobra la colaboración en el éxito de la transición sostenible?

La colaboración público-privada es fundamental. De esta manera conseguimos entender mucho mejor los problemas sociales a través de las administraciones y juntar los recursos que tenemos (económicos, innovación…) con la regulación. La combinación de lo público y lo privado nos permite llegar más lejos. En ING tenemos ejemplos como el proyecto FARO, en colaboración con la Fundación Nantik Lum y el Ayuntamiento de Madrid, que permite formar a los trabajadores sociales de la capital que trabajan con familias necesitadas en temas de salud financiera. Gracias a este proyecto hemos ayudado a más de 1.300 familias, logrando un gran impacto y consiguiendo extender este proyecto a más ciudades del territorio nacional. Creemos mucho en la colaboración público-privada para reforzar el impacto.  

La revolución digital, ¿puede ayudar a que el sistema financiero sean más sostenible?

La tecnología es un acelerador que permite incrementar la experiencia de cliente. En ING llevamos 25 años siendo pioneros en usar la tecnología al servicio de los clientes. Empezamos como banco telefónico, pasamos a banco digital y nos convertimos en banco móvil. La clave está en el cómo se utiliza, y no en el qué.

«Hace falta ayudar y formar a la población para que sean sostenibles por ellos mismos»

En 2023, el 93% de nuestros clientes utilizaban el móvil para interactuar con nosotros y el 98% de las interacciones eran a través del móvil. Pero cuando hablamos del impacto que puede tener la tecnología, nos topamos con un dato muy relevante: más del 40% de nuestros clientes tiene más de 50 años. Precisamente esto es hacer fácil lo difícilEn esta transformación que estamos viviendo tenemos que seguir con el principio de hacer las cosas sencillas, transparentes y cercanas. La tecnología nos puede ayudar a mejorar la inclusión social y a poner el corazón en la sostenibilidad para tener un mayor impacto. 

¿Cómo puede luchar el sector financiero contra la desigualdad social?

La desigualdad social es uno de los grandes problemas actuales. Desde la banca tenemos la capacidad de ayudar a la población a poder salir de situaciones de desigualdad y dar un paso al frente. Llevamos trabajando con UNICEF más de 18 años, donde hemos aprendido que no es suficiente canalizar la ayuda a través de los clientes, sino que hace falta ayudar y formar a la población para que sean sostenibles por ellos mismos.  

Tras la pandemia, desde ING cambiamos el enfoque de la colaboración con UNICEF y lanzamos Generation Unlimited con el objetivo de formar a jóvenes en situación vulnerable en aspectos digitales y educación financiera, para que sean más independientes y puedan encontrar su primer trabajo. También participamos en el programa CREA de la Fundación Nantik Lum con el objetivo de mejorar la salud financiera de mujeres en situación o riesgo de exclusión social, laboral y financiera a través del fomento del ahorro y la mejora de sus finanzas familiares. Con estas iniciativas y educando a la sociedad podemos tener un impacto y ayudar en estas desigualdades, que son un problema de todos. 

¿Cómo sería el banco ideal en el 2050? ¿Qué camino debemos recorrer para llegar a ese banco?

Un banco que estuviera muy cerca de los clientes. Un banco sencillo, transparente y cercano, donde la sostenibilidad esté en su ADN. La tecnología va evolucionando y esto nos permite hacer las cosas de forma diferente y tener más impacto. Es importante ser muy rápidos porque la sociedad avanza y debemos hacerlo a la misma velocidad. El camino se hace andando y nosotros lo hacemos con la premisa de hacerlo cerca del cliente y con la sostenibilidad en el corazón. 

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