Igualdad de género: de lucha a realidad (en crecimiento)

España ha avanzado en los últimos años en materia de igualdad de género y ha alcanzado el cuarto puesto dentro de Europa, según el European Institute For Gender Equality. Esta posición evidencia los esfuerzos realizados por los diferentes agentes de la sociedad para lograr la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, tal como promueven las Naciones Unidas.

Los parámetros que se tienen en cuenta para realizar este índice son: violencia, trabajo, salud, dinero, poder, tiempo y educación. Según estos parámetros, España alcanza la cuarta posición, con un 76,4%, por encima de la media de la Unión Europea (70%) y solo por detrás de Suecia (82,2%), Países Bajos (77,9%) y Dinamarca (77,8%). Es la mejor puntuación global desde que se empezó a llevar a cabo este registro hace ya una década.

Esto muestra que las tendencias que se están produciendo en materia de igualdad entre hombres y mujeres en la Unión Europea, y especialmente en nuestro país, van por el buen camino.

España se coloca entre los países que más esfuerzos están haciendo para alcanzar la igualdad de género a todos los niveles. Por ejemplo, la proporción de mujeres en puestos de alta dirección en las empresas no ha dejado de subir desde 2015 y alcanza ya un 36,26% en el último período analizado, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Gloria Lomana, presidenta de 50&50 GL, afirma que aún falta una mayor proporción de mujeres ejecutivas para que ello pueda permear en la organización y «se aceleren los cambios».

Las economías que apuestan por sumar el 100% del talento son más resilientes y crecen más en la medida en que acortan diferencias por género y cierran brechas

Según el ODS5, relativo a la igualdad de género y el empoderamiento femenino, se pretende que para 2030 se alcance un 50-50 en el ámbito laboral, con empresas sostenibles y liderazgos inclusivos. Las empresas que no implementen políticas de género en su gestión no serán percibidas como ejemplares ni responsables. «Las empresas inteligentes ya se han subido a este carro», asegura Lomana.

La incorporación de políticas de género en la empresa es creación de valor, la apuesta más inteligente para aprovechar y retener el talento disponible. Un buen ejemplo es el de Mapfre, que se posiciona como promotor activo del ODS 5 –entre otros– mediante el desarrollo de planes de igualdad y la aplicación de una política de diversidad e igualdad de oportunidades desde 2010. 

Las economías que apuestan por sumar el 100% del talento son más resilientes y crecen más en la medida en que acortan diferencias por género y cierran brechas. En este sentido, las buenas prácticas empresariales se basan en la atracción de talento más productivo y creativo, con modelos de trabajo más flexibles y corresponsables. «Cerrar las brechas supone corregir una enorme desigualdad para quienes las sufren, pero también aportar al conjunto un mayor potencial de desarrollo y crecimiento económico» asegura Antonio Huertas, presidente de Mapfre.

Mapfre cuenta, por ejemplo, con iniciativas como la Red de Liderazgo Femenino, espacios inclusivos de diálogo cuyo objetivo es promover iniciativas en materia de diversidad de género e incrementar la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad en los que se encuentren infrarrepresentadas y dar visibilidad a su talento dentro de la compañía.

Las mujeres aportan innumerables habilidades a la gestión en la empresa, y la visibilidad de liderazgos femeninos es un acelerador de igualdad, diversidad e inclusión

En esta línea, la aseguradora emplea a más de 17.000 mujeres, que representan más del 55% de la plantilla, y el 42,5% de ellas ocupa puestos de responsabilidad (su Consejo de Administración es paritario). Así, la compañía promueve la eliminación de brechas, la conciliación personal y liderazgos inclusivos. Además, esto le permite detectar el talento femenino, su promoción y conservación, tomando como ejemplo los Principios de empoderamiento de las Mujeres de Naciones Unidas. Elena Sanz, CEO de MAPFRE España, asegura que estos son «un buen referente para promover el liderazgo de las mujeres en el ámbito empresarial y económico y así conseguir la igualdad real».

Queda claro que la sociedad necesita referentes femeninos, ya que las mujeres aportan innumerables habilidades a la gestión en la empresa, y la visibilidad de mujeres líderes es un acelerador de igualdad, diversidad e inclusión. «Las mujeres representan la mitad de la población mundial y ningún país, y menos una empresa, puede permitirse renunciar a ese talento» sentencia Elena Sanz. Los datos actuales en España son realmente alentadores y deberían servir para seguir mejorando y aumentando las acciones en pro de la igualdad real entre mujeres y hombres que nos lleve a ocupar el primer puesto.