Internacional
Las primeras (conocidas) boxeadoras cubanas
Hasta diciembre de 2022 las mujeres cubanas tenían vetado participar en campeonatos oficiales de boxeo. Nombres como el de Legnis Calá y Yaquelín Estornell empiezan a brillar en el cielo internacional, pero son muchas más las que desde hace poco más de un año –y ya antes– se dejan el cuerpo en el ring en busca de un reconocimiento del que no han podido disfrutar antes.
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Aunque el feminismo viene alzándose como un movimiento imparable desde hace años, en algunos territorios su influencia se ha dilatado, aunque el flujo de los tiempos –y las reivindicaciones de mujeres– ha logrado lo inevitable. Es el caso de Cuba, una de las grandes potencias internacionales del boxeo que, sin embargo, no permitía competir a las mujeres en este deporte. Todo cambió a finales de 2022, cuando el país abrió las puertas locales y mundiales a las boxeadoras. Nunca es tarde, o eso dicen, para poner remedio a un bloqueo demasiado largo. En el caso de la isla la enmienda ha sido especialmente fructífera.
Las medallistas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 Yakelín Estornell (66 kg) y Legnis Cala (57 kg) han sido las primeras representantes de este deporte procedentes de la isla caribeña en luchar por clasificarse para unos Juegos Olímpicos. Sin embargo, Cala –que fue la primera boxeadora cubana en debutar en una competición internacional– ha sido vencida esta semana por la boxeadora china Zichun Xu en el torneo clasificatorio que se celebra estos días en Busto Arsizio, Italia, y no participará en París 2024. Todavía queda Estornell en la carrera hacia el sueño olímpico. Su pase a París cobra una relevancia genuina, no solo porque pueda ser la primera boxeadora de la historia cubana en llegar, sino porque sus resultados de los últimos meses, así como los de Cala, han superado a los de sus compañeros varones en las competiciones pese a que ambas cuentan con una experiencia mucho menor. De hecho, este deporte ha sido uno de los que más medallas olímpicas ha dado a Cuba: 78 en total, 41 de ellas de oro. Pero siempre en categoría masculina.
Yakelín Estornell podría ser la primera boxeadora de la historia cubana en competir en unos Juegos Olímpicos
La perspectiva se ha ampliado y parece que no hay vuelta atrás. En los primeros días de diciembre de 2022 el anuncio rebotaba con sonoridad en las cuerdas del ring. «La vida es cambiante, dialéctica y tenemos que ir a la par de esas transformaciones», explicaba durante una rueda de prensa, Ariel Sainz, el vicepresidente del Instituto Nacional del Deporte (INDER), organismo estatal que regenta este sector. A mediados de ese mismo mes se celebró un campeonato interno, aunque abierto al público, en el que se dieron cita 40 boxeadoras de todas las provincias del país. Tras los combates, se eligieron a las doce representantes de los Juegos Panamericanos, donde Cala y Estornell fueron las clasificadas.
«Nunca es tarde», vuelve a resonar. Sin embargo, las palabras incomprensión, demora, frustración e injusticia también rebotan en las cuerdas. La histórica estela de los boxeadores aún se puede divisar. Han logrado innumerables títulos amateurs y profesionales mientras las mujeres permanecían en la sombra, pese a que el boxeo femenino tenía un extenso recorrido en la isla y mucha consideración a nivel internacional. Silvia Hernández y Felicia Mesa –más conocida como La pantera sagüera llevaban décadas labrando el camino. Y otras lo continuaron.
Namibia Flores no ha podido ganar ninguna medalla porque la oficialización del boxeo femenino le llegó tarde
El nombre de Namibia Flores golpea con fuerza en esta nueva realidad. Ultraconocida dentro de la isla y referente en este deporte –la directora Meg Smaker hizo un documental sobre ella, llamado Boxeadora– no ha ganado ninguna medalla dentro ni fuera de Cuba, porque la oficialización le llegó tarde. Sufrió depresión y estrés a causa de la espera por algo que nunca llegaba. Ahora, a sus 46 años ya no le es posible competir. No le han permitido ser entrenadora, por lo que sigue vinculada al boxeo en los gimnasios y en cualquier lugar donde precisen de sus extensos conocimientos.
Las boxeadoras cubanas han esperado demasiado tiempo para ver cumplido este anhelo, por eso ahora dan todo lo posible en el ring para demostrar que ese machismo que no les ha permitido pelear con anterioridad está trasnochado. Quieren situarse junto a sus compañeros lauread0s, representar a su país y dejar claro que están igual de preparadas que ellos para el combate. A sus rivales les esperan muchos ganchos y cruzados. Porque la fuerza de la espera las ha rearmado para olvidarse del knock out.
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