Economía

Financiar la guerra, financiar la paz

La opacidad en las inversiones relacionadas con la producción y el comercio de armas plantea serias preocupaciones éticas y morales, ya que el sector financiero debería rendir cuentas de cara a sus clientes e inversores sobre cómo sus fondos contribuyen a la escalada de conflictos y tensiones globales.

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13
marzo
2024

En un mundo que se rearma a pasos agigantados, el sector armamentístico florece con inversiones récord, convirtiéndose en una interesante fuente de beneficio económico. Sorprendentemente, algunos gestores de fondos consideran la inversión en este ámbito como parte de las prácticas ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), a pesar de las consecuencias devastadoras que la proliferación de armas tiene en la paz mundial.

El nuevo informe Financiar la Guerra. Financiar la Paz profundiza en la intrincada implicación de la industria financiera en la producción y el comercio de armas que alimentan los conflictos a gran escala en todo el mundo. Entre 2020 y 2022, el sector financiero global ha canalizado al menos un billón de euros hacia la industria de armamento, de acuerdo con datos del Centre Delàs. Sin embargo, las cifras precisas son difusas debido a la falta de transparencia en este ámbito. La opacidad en las inversiones relacionadas con la producción y el comercio de armas plantea serias preocupaciones éticas y morales, ya que el sector financiero debería rendir cuentas de cara a sus clientes e inversores sobre cómo sus fondos contribuyen a la escalada de conflictos y tensiones globales.

El informe aborda la frecuente contaminación de los acuerdos del sector de la defensa por la corrupción, revelando que la industria militar sería responsable de más del 40% de la corrupción mundial. La naturaleza secreta de los tratos sobre armas, los estrechos vínculos entre gobiernos y contratistas, y una legislación inadecuada contribuyen a reducir la transparencia y la supervisión, dificultando la justicia en los casos de irregularidades en el comercio de armas.

Con el telón de fondo de un aumento del 9% del gasto mundial en defensa en 2023, el informe llama la atención sobre el vínculo crucial que existe entre el progreso económico y social y la ausencia de conflictos, tal y como subraya la Agenda de las Naciones Unidas para el Desarme. Aboga por reorientar los recursos del armamento a la atención sanitaria, demostrando el impacto perjudicial de la presencia generalizada de armas en la vida humana y obstaculizando la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El informe ‘Financiar la Guerra. Financiar la Paz’ llama la atención sobre el vínculo crucial que existe entre el progreso económico y social y la ausencia de conflictos

El informe se presentó en la reciente cumbre anual de la Global Alliance for Banking on Values (GABV) en Italia, una red de los principales bancos con valores en todo el mundo, que durante el encuentro anunciaron una declaración por la paz. En la «Declaración de Milán. Compromiso por la Paz», los bancos con valores instan a la industria financiera a replantearse su participación en el sector armamentístico, proponiendo la desinversión progresiva, una mayor transparencia y la responsabilidad en sus prácticas financieras. Además, sostienen, bajo ninguna circunstancia se debe considerar la inversión en armamento dentro de ninguna denominación de finanzas sostenibles.

La banca con valores se centra en crear un impacto positivo en las comunidades y el medio ambiente a través de prácticas financieras éticas y sostenibles. Esta visión lleva a excluir la financiación de la industria armamentística, ya sea explícitamente a través de políticas o en la práctica a través de sus actividades financieras. Al tiempo que deciden no financiar la industria armamentística porque no quieren beneficiarse de la producción o el comercio de armas, estos bancos llaman a que la industria financiera también se abstenga de generar negocio con el sector armamentístico. Un llamamiento que no implica deslegitimar el derecho legítimo de los Estados a rearmarse para la autodefensa, sino más bien cuestionar la legitimidad de la intermediación financiera que genera beneficios a expensas de los conflictos armados.

Reconociendo el aumento del valor de las acciones de los fabricantes de armas debido a los conflictos mundiales, el informe celebra el creciente número de fondos y bancos que excluyen las armas de sus inversiones, centrándose especialmente en las armas nucleares.

A la luz del creciente aumento de presupuesto en la Unión Europea o los países de la OTAN para rearme, la industria financiera global debe reconsiderar su papel en el floreciente sector armamentístico. La transparencia, la desinversión y el rechazo de la legitimidad de la intermediación financiera en conflictos armados son pasos cruciales hacia un sistema financiero más ético y sostenible, alineado con los objetivos de paz y justicia social.


Sonia Felipe Larios es directora de Comunicación y Marketing de la Global Alliance for Banking on Values.

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