Salud

Presa del pánico: las diez fobias más comunes

El miedo es una respuesta evolutiva: nos ayuda a garantizar nuestra supervivencia. Pero cuando se vuelve desproporcionado –o directamente irracional– estaríamos entonces hablando de una fobia.

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21
febrero
2024

Temor a las alturas, a los espacios cerrados, a las serpientes, a la muerte… El miedo es una respuesta natural que responde a razones evolutivas: sentirlo nos ayuda a garantizar nuestra supervivencia. Sin embargo, cuando se trata de un miedo incontrolable, irracional y persistente –ya sea a un objeto, un animal, una situación o una actividad–, estaríamos hablando de una fobia, según la definición de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés).

La escritora Kate Summerscale, autora del libro Atlas de las fobias y las manías (Blackie Books), afirma que «todas las fobias y manías son creaciones culturales», pues el momento en el que se identifican cambia «la manera de percibirnos a nosotros mismos». Y aunque asegura que algunas de estas no responden directamente a diagnósticos psiquiátricos, se trata de «trastornos reales que pueden llegar a atormentarnos». En efecto, el miedo producido por una fobia puede ser tan grande que podría provocar ansiedad severa, temblores, taquicardia y dificultad para respirar o, incluso, desatar ataques de pánico.

Se calcula que alrededor de un 11% de la población mundial tiene fobias específicas y que hasta un 13% sufre de fobia social. A pesar de que existen más de 400 tipos de fobias y de que, como explica el psiquiatra Manuel Cassinello, los seres humanos podemos desarrollar fobias a prácticamente cualquier objeto o situación, hay algunas que tienen mayor incidencia entre la población. A continuación, algunas de las más comunes.

Claustrofobia

Aunque una buena parte de la población le tiene miedo a quedarse encerrada, no necesariamente todas las personas sienten el mismo grado fóbico a los espacios cerrados. Hay quienes le temen a los ascensores y a los túneles, y otros que a lo mejor evitan las habitaciones o los pasillos estrechos.

Acrofobia

Asimismo, si bien es relativamente normal sentir algo de vértigo cuando se está en un mirador elevado o cerca de un precipicio, la acrofobia consiste en un miedo desproporcionado a las alturas, llevando a veces a que la persona que lo sufre evite decididamente asomarse en ventanas o balcones o subir más que algunos pocos pisos.

Aerofobia

Por su lado, la aerofobia se trata del miedo a volar o el miedo a los aviones, que puede manifestarse como el temor a la sensación claustrofóbica que produce estar durante un tiempo determinado en la cabina de un avión, o un miedo al despegue y aterrizaje o a las turbulencias.

Agorafobia

La agorafobia es el miedo a las multitudes o a los lugares abiertos pero donde hay mucha gente y podría resultar difícil salir o recibir ayuda. Las personas agorafóbicas suelen evitar las aglomeraciones como las manifestaciones o los conciertos.

Hematofobia

Por su parte, la hematofobia es el miedo a las agujas, a la sangre o a recibir inyecciones. Quienes la sufren suelen tener problemas a la hora de hacerse exámenes de sangre o en el momento de aplicarse vacunas, llegando incluso a presentar náuseas o desmayarse.

Amaxofobia

La amaxofobia se trata de un miedo persistente a conducir. No sucede solo entre conductores noveles, sino que puede darse entre personas que conducen hace tiempo. Uno de los principales motivos que puede provocarla es haber vivido un accidente de tráfico o una situación traumática relacionada con tomar el volante.

Zoofobia

Entre las zoofobias –miedo a los animales– una de las más recurrentes es la aracnofobia, el miedo a las arañas. No obstante, también se habla de entomofobia –miedo a los insectos en general–, de blatofobia –fobia a las cucarachas–, de apifobia –miedo a las abejas– o de mirmecofobia –miedo a las hormigas–.

Dentofobia

Y como en las pesadillas infantiles, la dentofobia, también llamada odontofobia, se trata de una aversión irracional a ir al dentista, cuyas consecuencias pueden repercutir sobre la salud del paciente por evitar las citas odontológicas.

Brontofobia

La brontofobia, también conocida como astrafobia, es el miedo a las tormentas. Generalmente se debe al temor que producen los truenos y los relámpagos y es frecuente en niños pequeños. Sin embargo, si se intensifica puede arraigarse con los años y afectar a la persona en su edad adulta.

Nictofobia

Asimismo, el miedo a la oscuridad es prevalente sobre todo en la infancia, aunque también se puede dar en adultos. Se trata del temor a lo que la oscuridad representa o el pánico ante peligros imaginarios que se podrían estar escondiéndose en las sombras.

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