Economía

El dilema de la propina: ¿generosidad u obligación?

La cultura de la propina ha sido un fenómeno arraigado en diversas sociedades, que genera debates sobre su pertinencia y necesidad. ¿Debería desaparecer esta práctica? ¿Cuál es su papel en diferentes partes del mundo?

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08
febrero
2024

La escena inicial de la película Reservoir Dogs dirigida por Quentin Tarantino, donde los personajes discuten sobre la costumbre de dejar propina, ilustra la complejidad de esta práctica: mientras algunos abogan por recompensar un servicio excepcional, otros cuestionan la obligatoriedad de dejar propina. Un dilema que refleja un debate cultural que va más allá de las pantallas de cine.

En muchos países, la propina es considerada una parte integral de la compensación de los trabajadores en sectores como la hostelería y restauración. Sin embargo, las actitudes hacia la propina varían significativamente en todo el mundo. En algunos lugares es vista como una expresión de gratitud, al tiempo que en otros puede percibirse como innecesaria o incluso ofensiva.

En España, la cultura de la propina difiere en cierta medida de otras regiones. Según un estudio elaborado por Alpha Research, solo un 11% de los clientes deja propina, el 17% reconoce que nunca lo hace y, además, la cantidad suele ser más modesta en comparación con países como Estados Unidos, donde es común dejar entre un 15% y un 20% del total de la cuenta y donde la propina está establecida por ley como una parte esencial de los ingresos de los trabajadores del servicio. De ahí que algunos restaurantes españoles hayan empezado a implementar recientemente la propina obligatoria «a la americana» solicitando una cantidad extra al finalizar la comida, una técnica que ha encendido las alarmas de organizaciones como FACUA. «Es una manera de obligar a los clientes a dejar una propina, y eso es ilegal. La propina es una cuestión de gratitud y no de obligación», señala Rubén Sánchez, secretario general de la organización, en una entrevista reciente a EFE.

En España solo un 11% de los clientes deja propina y el 17% reconoce que nunca lo hace

Entonces, ¿cuándo deberíamos dejar propina? La obligatoriedad de dejarla varía según las costumbres locales y las expectativas culturales. En algunos lugares, se espera que los clientes dejen un porcentaje específico del total de la factura, mientras que en otros la propina es completamente opcional. Por otro lado, las circunstancias también pueden influir; por ejemplo, en eventos especiales o celebraciones, la propina tiende a ser más generosa. Sin embargo, a pesar de la diversidad de normas culturales, hay ocasiones en las que se espera dejar propina de manera más consistente, como en restaurantes, bares y servicios de entrega. De hecho, algunas voces argumentan que dejar propina es esencial para garantizar un trato adecuado en futuras visitas al mismo establecimiento.

Según diversos estudios, la cultura de la propina puede tener un impacto significativo en la economía. En Estados Unidos, por ejemplo, el Departamento de Trabajo estima que alrededor del 16% de los trabajadores en el sector de servicios dependen en gran medida de las propinas para complementar sus salarios. Esta dependencia ha llevado a debates sobre la equidad salarial y sobre si la propina debería ser una parte esencial o no de los ingresos de los trabajadores.

Por su lado, el método de pago también puede influir en la práctica de dejar propina. En transacciones en efectivo, es más fácil dejar una cantidad específica, como redondear hacia arriba o dejar el cambio. En comparación, el pago con tarjeta o aplicación móvil permite agregar un porcentaje de forma más precisa. No obstante, este tipo de pagos electrónicos, que ha incrementado su uso de un 16% en 2019 a un 30% en 2022 según el Banco de España, está provocando que cada vez se dejen menos propinas. «Antes la gente se sentía mal si no dejaba nada de propina en la mesa. Ahora cuando se paga con tarjeta desaparece el qué dirán. Además, otro hecho que influye es que no sabe si lo que se deja de propina se lo repartirán los camareros o se lo quedará directamente el empresario», confirma Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya en una reciente entrevista a Diari de Tarragona.

El crecimiento en los pagos electrónicos ha provocado que cada vez se dejen menos propinas

Un contexto complejo en el que intervienen múltiples factores y que hace difícil dar una respuesta unánime a la pregunta sobre si la cultura de la propina debería o no desaparecer. Por un lado, muchos defienden que la propina debe seguir siendo concebida como una forma de reconocimiento y gratitud hacia el servicio excepcional. Sin embargo, su obligatoriedad y su impacto en la equidad salarial siguen planteando serias dudas éticas y económicas.

En definitiva, la cultura de la propina persiste como una tradición arraigada en muchas sociedades, aunque su forma y significado varíen. La solución radica en la conciencia cultural, la generosidad y la consideración hacia quienes brindan servicios, mientras se trabaja hacia sistemas que garanticen salarios justos y condiciones laborales equitativas. El debate sobre la propina, al igual que en la escena inicial de Reservoir Dogs, continuará evolucionando a medida que la sociedad reflexione sobre el trasfondo de este gesto aparentemente simple pero culturalmente significativo.

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