Cómo cambiar Silicon Valley por el rural español

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Pablo Maderuelo

Juan fue uno de esos niños que crecieron pensando que el éxito estaba en las ciudades, que tenía que marcharse para triunfar. Y si esas ciudades eran grandes, estaban lejos y tenían nombre en inglés, mejor.

Por eso, desde que era pequeño puso todo su esfuerzo en destacar. En sacar las mejores notas, en ser el mejor en el deporte, en preparar su camino hacia esos lugares en los que algún día quería vivir, pues entendía que era lo que tenía que hacer para encontrar el éxito.

Así que, en cuanto se presentó la oportunidad, metió sus cosas en una maleta e inició un recorrido que le llevó a recorrer más de 65 países, a tener que cambiar de pasaporte dos veces por falta de espacio, y a vivir en primera persona desde Silicon Valley, la cuna mundial de la innovación, todo lo relacionado con la digitalización, el teletrabajo o el emprendimiento tecnológico.

Sin embargo, su abuela Ángeles, de 102 años, falleció en 2021 y Juan volvió a Luesia (Zaragoza), para enterrarla junto a su abuelo, que había nacido allí. Fue en ese momento, después de recorrer tantos países, de conocer tanta gente diferente, de descubrir tantas culturas y sociedades diversas, cuando Juan sintió en primera persona el calor de la comunidad, el cariño de la gente por su abuela y su familia, el modo en que un pueblo se despide de quienes han llenado de vida sus calles.

«La gente del pueblo transformó nuestra tristeza en agradecimiento», recuerda. «Eso me hizo darme cuenta de que las mayores lecciones de humanidad las he aprendido en los lugares más pequeños, y no en esas grandes ciudades, pero también, que el concepto de éxito que promueve la sociedad ni es el mío ni es el que quiero», añade.

Rooral: trabajar en remoto y echar raíces

Este fue el clic que Juan necesitaba para dar un giro a su vida y cambiar el foco desde las ciudades más grandes hacia los pueblos más pequeños.

«Me di cuenta del gran desequilibro que existe entre lo urbano y lo rural. Muchos pueblos están muriendo y, con ellos, nuestra cultura. Al mismo tiempo, tenemos densidades de población tan altas en las ciudades, que no paran de aumentar los problemas de estrés y salud mental», añade.

Por eso, con una larga experiencia de teletrabajo desde todo tipo de lugares del mundo, Juan decidió aprovechar todo el conocimiento adquirido a lo largo de los años anteriores para «acercar los pueblos a las personas que buscan estar más cerca de la naturaleza, la cultura y la gente» y, con ello, «mejorar el bienestar, la productividad y la humanidad».

El 43% de los profesionales españoles tienen cierta sensación de agotamiento o fatiga laboral

Ese fue el germen de Rooral, un proyecto dirigido a crear una red de pueblos que impulsen el teletrabajo y conecten con personas que quieren convivir con el medio rural.

Esta iniciativa busca la alianza con zonas en riesgo de despoblación. Ofrecen a potenciales teletrabajadores un paquete que incluye alojamiento, coworking y actividades que ayudan a los participantes a reconectar y aprender del rural.

Esta afluencia de trabajadores remotos, que también ofrece a las empresas retiros y offsites regenerativos, brinda a los pueblos una nueva fuente de ingresos (especialmente importante en temporada baja), una vida social más rica y un mayor sentido de pertenencia.

Al mismo tiempo, los teletrabajadores que participan se sienten más inspirados y con mejor bienestar en un contexto laboral como el actual, en el que el burnout o agotamiento laboral ha sido incluido por la Organización Mundial de la Salud en su lista de enfermedades como «síndrome de estrés crónico en el que el lugar de trabajo no se ha manejado con éxito».

Según la Guía del Mercado Laboral 2022, el 43% de los profesionales españoles tienen cierta sensación de agotamiento o fatiga laboral, 7 de cada 10 de los cuales reconocen un incremento a raíz de la reciente pandemia de covid-19.

La idea de Juan de enlazar lugares que ofrecen bienestar y necesitan gente con personas que ofrecen presencia y necesitan bienestar ha permitido coger a trabajadores de más de 20 nacionalidades distintas en los pueblos donde se desarrolla. La iniciativa ha sido reconocida con varios premios.

Desde Vivaces, alianza de empresas por el medio rural, hemos premiado a Rooral por su impacto social en el medio rural en la categoría de turismo, pero también ha obtenido reconocimientos en el proyecto Que vivan los pueblos o los Premios Magallanes Elcano.

Y es que, muchas veces, es necesario con que dos partes que tienen intereses comunes se conozcan, se junten y se integren. Que aprovechen lo que pueden ofrecerse cada una de ellas.

Juan lo ha sabido ver porque ha unido sus dos mundos, sus dos etapas vitales. Ha utilizado todo lo que aprendió viajando por esos más de 65 países y lo ha convertido en innovación social, en herramientas que no solo ayudan a las partes interesadas, sino que mejoran, al mismo tiempo, el entorno que nos rodea.

De ese modo, quizá los niños que nazcan hoy puedan pensar que, cuando crezcan, pueden desarrollar proyectos de éxito tanto en ciudades como en pueblos, tanto en lugares lejanos como en la misma calle en la que jugaban de pequeños, tanto en inglés como en el idioma en el que pronunciaron su primera palabra.

Su éxito será entonces el de todos nosotros.