Sociedad

Maternidad en solitario por elección

Aunque no hace mucho tiempo se trataba de un estigma, actualmente las cifras de familias monomarentales aumentan año tras año. La independencia económica lograda por las mujeres y el cambio de mentalidad a nivel social, que implica no necesitar una pareja para gestar, son dos de las causas que las impulsan.

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22
enero
2024
Fragmento de ‘Las tres edades’. Gustav Klimt, 1905. Galería Nacional de Arte Moderno de Roma.

Guerras, precariedad, cambio climático, ciudades poco amables. La situación del planeta asusta. En un mundo acelerado y convulso cada vez son menos las personas de los denominados países desarrollados que deciden embarcarse en la maternidad y la paternidad, por motivos muy diversos que oscilan entre lo global y lo personal. La precariedad laboral, las dificultades para conciliar o la priorización de la vida laboral son algunos de ellos, aunque la lista se extiende. Sin embargo, en medio de este contexto hostil aparecen algunas informaciones reveladoras.

Tradicionalmente se ha asociado tener un hijo o hija al fruto de una relación –generalmente heterosexual–, pero esa realidad hace ya tiempo que empezó a cambiar, junto a la ampliación del concepto de familia. Parejas de dos madres, de dos padres o familias monomarentales están a la orden del día. Pero, como ocurre en muchos otros ámbitos, la sociedad avanza a un paso más rápido de lo que lo hace la normativa reguladora. Prueba de ello es lo ocurrido el pasado mes de octubre, cuando se conoció la noticia de la denegación de las becas de comedor a las madres con hijos o hijas por parte de la Comunidad de Madrid, porque el padre no constaba en el libro de familia. La Consejería de Educación aseguró que se trató de un error, pero no cabe duda de que el error es elocuente.

Según datos del INE, en 2022 hubo 12.000 nacimientos en hogares monomarentales, un crecimiento del 33% en una década

Según datos de la Asociación Madres Solteras por Elección (MSPE), con unas cifras generales de natalidad a la baja, la maternidad elegida en solitario, donde solo existe una progenitora, aumenta año tras año. Los datos del Instituto Nacional de Estadística lo confirman: en 2022 hubo 12.000 nacimientos en hogares monomarentales, casi 3.000 más que en 2012. Es decir, la cifra se ha incrementado un 32,8% en 10 años y un 14,6% más con respecto a 2021. Y es que los tratamientos de reproducción asistida a mujeres sin pareja –inseminación artificial, fecundación in vitro y fecundación con óvulos donados– se han multiplicado en los últimos quince años.

Este contexto familiar con una sola madre como pilar fundamental responde a varias causas. El avance del feminismo ha tenido que ver. No hace tanto tiempo que ser madre soltera en España se convertía en un importante estigma social, pero afortunadamente esa percepción ha ido cambiado para dejar paso a una vivencia elegida y disfrutada. Se trata, en muchos casos, de mujeres de entre 35 y 40 años económicamente independientes, que no cuentan con pareja y que tampoco están dispuestas a depender de ello para gestar y emprender la crianza, ya que cuentan con posibilidades económicas y de vivienda que les permiten tomar esta decisión. Además, las técnicas de reproducción asistida han avanzado considerablemente y ahora se conocen en  mayor medida.

Sin embargo, y pese a que estos embarazos sean buscados, las familias formadas solo por madre e hijos o hijas  encuentran con múltiples escollos en el camino, puesto que las políticas públicas continúan beneficiando al modelo compuesto de dos personas. Una situación que deriva en que más de la mitad de las familias monoparentales –aunque es más exacto decir monomarentales, pues 8 de cada 10 lo son– vivan con altas cotas de vulnerabilidad. Permisos para los cuidados que son de dos y, en su caso, solo se puede beneficiar una, o una fiscalidad que les perjudica son algunas de las problemáticas que atraviesan.

Casarse y ampliar la familia ya no es un binomio inseparable, como lo era hace algunos años

Por otra parte, la vinculación entre maternidad y matrimonio también arroja datos de interés. En 2022, el número de mujeres que fueron madres sin estar casadas, 165.062, es mayor al de las que lo fueron habiendo contraído matrimonio, 164.189. Es la primera vez que ocurre desde que se tienen registros. Y es que casarse y ampliar la familia ya no es un binomio inseparable, como lo era hace algunos años.

Las realidades familiares están cambiando y se precisan nuevos marcos normativos que permitan la igualdad entre quienes eligen uno u otro modelo familiar. Solo de esta manera se garantizará que optar por una u otra vía no suponga un mayor o menor bienestar, sobre todo para los hijos e hijas.

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