Sostenibilidad: una conciencia renovada para un nuevo contrato social

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
18
diciembre
2023
Cristina Monge y José Manuel Moreno durante las «Conversaciones Humanitarias» organizadas por Fundación Cruz Roja y Ethic.

Artículo

Albert Einstein decía que ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó. La humanidad y los ecosistemas que habita están en serios apuros. Somos muy insistentes hablando de cambio climático porque no se hace lo suficiente –más bien poco– desde los focos de poder para revertir de una vez por todas sus implacables consecuencias. Los seres humanos hemos sometido con violencia al medio ambiente, mientras nuestra conciencia quedaba secuestrada por un deseo kamikaze de crecimiento económico y producción industrial desmedida. Y quizás, en medio de la vorágine en la que nos encontramos, no hemos detectado aún la profunda transformación en la que estamos sumergidos como sociedad. ¿Quién puede, hoy día, no incluir en sus preceptos morales, individuales y colectivos el principio de conciencia ecológica?

«Tenemos que repensar el contrato social con un imperativo que hasta ahora no se había tenido en cuenta: que ese contrato implica un acuerdo para vivir todos. Por eso tiene que estar circunscrito en un marco que se llama sostenibilidad, y si los acuerdos de ese contrato se salen de ese marco no van a ser válidos, porque no va a ser ningún acuerdo en el que podamos vivir», sentenció Cristina Monge, socióloga y politóloga de la Universidad de Zaragoza, en el marco del evento «Conversaciones Humanitarias: hacia un mundo sostenible», organizado por la Fundación Cruz Roja Española con el apoyo de Ethic.

Cristina Monge: «Nuestra vida es una variable dependiente de la biosfera»

La sostenibilidad, ese marco por el que se debe regir nuestro nuevo contrato social, es categórica, porque no se puede concebir un futuro para todos sin ella. Por lo tanto, implica un cambio de conciencia en todos los niveles que se traduzca en una metamorfosis radical de los modelos de producción, las estructuras empresariales y los patrones de consumo. No es algo discutible, ni es una cuestión ideológica. La humanidad ya tuvo un aviso: la pandemia. «En Europa tenemos un nivel de conciencia ciudadana bastante elevado. Hay un antes y un después de la COVID, la cual supuso un crack a nivel de toma de conciencia», puntualizó Monge.

Con las calles vacías de seres humanos, los animales ocuparon el espacio disponible, otrora su hábitat, así como los ríos y mares contaminados de las urbes. La producción frenó, el movimiento cesó y mientras nosotros conteníamos el aliento ante la incertidumbre de una enfermedad que no podíamos doblegar, el planeta respiraba durante aquel breve remanso de quietud y de bajas emisiones. Una obviedad se había hecho evidente: nuestra salud global y la salud de la biosfera están íntimamente ligadas. «Nuestra vida es una variable dependiente de la biosfera: si la biosfera está sana, es más fácil que nosotros también lo estemos», aseguró Monge.

Y aunque ya estaba trazada desde 2015, a partir de la pandemia la Agenda 2030 cobró un nuevo impulso y empezó a sonar en boca de todos, nacieron los fondos Next Generation EU, el Pacto Verde cogió fuerza y el camino hacia la sostenibilidad y la digitalización se impulsaron más que nunca. «Tenemos un nivel de conciencia suficiente para que la cuestión del cambio climático sea un criterio que exigir a los gobiernos, incluso un criterio que incorporemos a la hora de emitir nuestro voto», reflexionó Monge.

Conversaciones humanitarias - Fundación Cruz Roja

La ciencia, voz de la razón

En síntesis, según las palabras de José Manuel Moreno Rodríguez, catedrático emérito de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha, que también participó en la jornada, «tenemos que reducir muchísimo año tras año –casi igual que durante la COVID, cuando prácticamente paralizamos la economía mundial– para llegar a mediados de siglo a emisiones netas cero», argumenta. Rodríguez sabe bien de lo que habla. Es un científico prominente que ha formado parte del Panel Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático (IPCC); un equipo que, junto a Al Gore, obtuvo el premio Nobel de la Paz en 2007.

Sin embargo, cuanto más sabemos, menos creemos; cuanto más investigamos, menos aplicamos las directrices de la comunidad científica para llegar donde tenemos que llegar y evitar una catástrofe climática. Y esto es un problema: «Tenemos que convencer y hacer pedagogía para que la gente tenga confianza en la ciencia», sentencia Rodríguez.

José Manuel Moreno: «Tenemos que convencer y hacer pedagogía para que la gente tenga confianza en la ciencia»

Sólidas e irrefutables, las directrices de la comunidad científica implican necesariamente el sacrificio del beneficio económico desmedido de empresas, estados e individuos, así como de la continuada extracción de crudos. «Los informes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) indican que los países productores no tienen planeado reducir, sino aumentar la producción de combustibles fósiles», dice el catedrático con preocupación. «Yo entiendo que esos autócratas quieran vivir maravillosamente bien, pero la humanidad no se puede permitir eso; la sociedad debe dejar esos combustibles fósiles donde están y para ello necesitamos acciones a todos los niveles».

El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió el pasado mes de septiembre que «la humanidad ha abierto las puertas del infierno» y urgió a los gobiernos mundiales a acabar con los combustibles fósiles; aunque es evidente que no está en los planes de los países productores. El cambio de rumbo, tan necesario y urgente por el que claman Guterres y Rodríguez, no parece que se vaya a vislumbrar en la cumbre de Dubái porque, como dice Cristina Monge, la lógica debe cambiar: «Tenemos que mudar hacia una geopolítica donde haya un ganar-ganar global». La solución ya sabemos cuál es. El camino está iluminado por la ciencia, pero solo una nueva conciencia nos hará transitarlo.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME