La discapacidad no existe, son los padres

¿Qué tienen en común los Reyes Magos con la discapacidad? El 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y desde la Fundación Pegasus han querido transformar este paradigma social a través de su spot «La Charla», una emotiva escena navideña que muestra a unos padres a punto de tener una charla con su hijo, aparentemente sobre el origen de los Reyes Magos, que acaba convirtiéndose en una interesante reflexión sobre el verdadero significado de la discapacidad.

«La sociedad siempre ha entendido el término discapacidad como un problema, generando un concepto cargado de matices negativos y excluyentes», afirman desde esta joven fundación madrileña, y señalan que «la verdadera discapacidad del ser humano es el miedo: el miedo al rechazo, el miedo a la soledad, el miedo a la muerte… y esta discapacidad, entendida como miedo, la sufre el entorno familiar y, sobre todo, los padres».

Su propuesta, con la que ya están llegando a decenas de empresas en España a través de diferentes programas socioeducativos es defender un nuevo modelo social que elimina la beneficencia, la pena y la vanidad para crear un cambio de paradigma basado en la inteligencia emocional. «Las personas con discapacidad no queremos ser tratadas de ‘pobrecitos’ pero ni mucho menos tampoco de ‘campeones’», sostiene David Rodríguez Vázquez, CEO y fundador de la Fundación Pegasus.

«La sociedad siempre ha entendido el término discapacidad como un problema, generando un concepto cargado de matices negativos y excluyentes»

La huella de las etiquetas

David nació con diparesia espástica, algo que le marcó de por vida, y no por su condición física sino por la etiqueta que le atribuyeron desde pequeño: «discapacitado». Esa etiqueta, según denuncia, se centra en las limitaciones de las personas, y no en su potencial, en los talentos propios que hacen a cada persona especial y diferente. De hecho, la propia Organización Mundial para la Salud (OMS) define el término discapacidad como «cualquier restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para el ser humano».

El hecho de crecer desde pequeños dentro de una etiqueta, sea cual sea –incluyendo las altas capacidades–, puede convertirse en una barrera social para la socialización, desembocar en estigmas o generar frustración por tener que encajar dentro de los límites de dicha etiqueta.

En el caso de las personas con discapacidad, la solución para poner el foco en las capacidades y no en las limitaciones, según la Fundación Pegasus, pasa por normalizar las diferencias (a través del juego y del deporte inclusivo, por ejemplo), desarrollar nuestra inteligencia emocional para compartir las emociones de forma natural y ayudar a despertar conciencias en nuestro entorno.

Por eso, junto al vídeo difundido en sus redes sociales, ofrecen en la página web de su campaña una herramienta educativa para las familias. Este recurso tiene como objetivo ayudarlas a reflexionar y comprender la importancia de esta «charla» sobre la verdadera discapacidad, el elemento más limitante en nuestro día a día: el miedo.

Tarjeta europea de discapacidad

Es cierto que las etiquetas pueden contribuir a estigmatizar a las personas, pero al mismo tiempo sirven para garantizar la igualdad de oportunidades. De hecho, contar con un trato igualitario a las personas con discapacidad en todos los países de la UE es una reclamación histórica de asociaciones y colectivos de toda Europa. Garantizar la igualdad de acceso o el trato preferente a plazas de aparcamiento reservadas, entradas a precio reducido o nulo, acceso prioritario y asistencia tanto en actos culturales y de ocio, como en instalaciones deportivas, de playa y servicios de transporte será más fácil con la entrada en vigor de la Tarjeta europea de discapacidad, que ha tenido recientemente la luz verde de los ministerios de Empleo y Política Social de la UE.

«Las condiciones especiales y el trato preferente que se aplican a las personas con discapacidad en su país de residencia se pondrán a disposición de otros ciudadanos de la Unión con discapacidad que viajen a ese país o lo visiten durante un breve período», explicó el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 español, Pablo Bustinduy. «Es una demanda histórica y un hito importante que reforzará los derechos de 87 millones de personas», remarcó Bustinduy.