Jim Morrison, el poeta musical (o el músico poeta)
Hace unos días Jim Morrison habría cumplido 80 años. Su liderazgo en la banda The Doors le ha otorgado un lugar en la historia de la música, pero su gran pasión era la poesía y este fue el género al que dedicó sus últimos años.
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«Momentos para vivir, momentos para mentir, momentos para reír y momentos para morir». Para James Douglas Morrison, más conocido como Jim Morrison, la vida consistía en eso, en simples momentos variados y de dimensiones múltiples. Y en uno de esos instantes se marchó. El 3 de julio de 1971, con 27 años, falleció en circunstancias que todavía se desconocen. Pero lo que sí está claro es que el mundo perdió a una gran figura de la música, y también de la poesía, dejando huérfana a una de las bandas más importantes de rock de la década de los 60 y los 70, The Doors.
Jim Morrison nació el 8 de diciembre de 1943 en la ciudad estadounidense de Melbourne, Florida. Su padre se dedicaba a la actividad militar y, por ello, desde que el futuro Rey Lagarto era pequeño la familia se trasladó de ciudad en ciudad para vivir en distintas bases militares. Lo que le empezaría a acompañar en estas mudanzas, y en su vida cotidiana, serían su afición a la lectura y la escritura de poesía. Afición, pasión, modo de vida. O todas al mismo tiempo.
Poco antes de cumplir 20 años, Morrison decidió marcharse de casa y se afincó en un apartamento de Los Ángeles, donde continuó desarrollando sus pasiones en soledad y siguió explorando los libros de autores como Friedrich Nietzsche, Aldous Huxley, Jack Kerouac, Arthur Rimbaud o Charles Baudelaire. En esta misma ciudad comenzó su acercamiento a las drogas psicodélicas como el peyote, la marihuana o el LSD. En 1965 se graduó en cine en la Universidad de California de los Ángeles (UCLA) y, justo entonces, se produjo el origen de lo que sería su vida posterior: el encuentro fortuito con el músico Ray Manzarek, que estaba interesado en formar un grupo.
Morrison le habló de algunos de sus poemas, que podían musicalizarse, y probó con a entonar Moonlight Drive. Al escucharlo, Manzarek quedó sorprendido por su talento y le propuso unirse en la que se convertiría en una de las mayores bandas de rock de todos los tiempos. Después de varios cambios en los integrantes del grupo, terminaron formando The Doors, nombre que Morrison ya tenía en mente. La composición quedó con Ray Manzarek en los teclados, Robby Krieger en la guitarra, John Densmore en la batería y Jim Morrison a la voz y la composición de las letras. Más tarde se fueron sumando los demás integrantes. El nombre del grupo se inspiraba en un texto de William Blake: «Si las puertas de la percepción fueran depuradas, todo aparecería tal cual es: infinito».
En 1967 se publicó el primer disco de The Doors, que fue un éxito total y se situó en los puestos más altos de las listas musicales con temas como ‘Light my fire’
La banda recorrió distintos bares y locales, hasta que llegaron a la sala Whisky a Go-Go. Un día, al terminar su actuación, Morrison improvisó la música añadiendo la letra de la tragedia de Sofocles Edipo Rey. A partir de ese momento, se forjó la leyenda de The Doors. Esa misma noche, Paul A. Rothchild, el productor de la discográfica Elecktra Records, les mostró su admiración y les contrató para grabar un disco. En 1967 se publicó su debut, de nombre homónimo al de la banda, que fue un éxito total y les situó en los puestos más altos de las listas musicales con temas como Light my fire. Le seguirían otros álbumes en poco tiempo: Strange days, Waiting for the sun o The soft parade.
Morrison continuó con su adicción a las drogas y sus palabras y comportamientos derivaron en algunos problemas e incidentes. El cantante protagonizó distintos escándalos durante sus conciertos, lo que supuso que la banda tuviera prohibido actuar en algunos puntos de los Estados Unidos. Durante sus dos últimos años de vida abandonó las drogas pero se decantó por un consumo desmedido de alcohol, y esto afectó a su rendimiento.
En 1971, Morrison decidió abandonar la música y trasladarse a París para dedicarse a la que había sido, y nunca dejó de ser, su gran pasión: la poesía. Publicó dos libros, The lords y The new creatures. También escribió Ode a L.A., que fue repartido durante un concierto de jazz. Morrison falleció el 3 de julio de 1975 o, al menos, ese fue el día en que lo encontraron en la bañera de su piso en París, donde vivía con su pareja Pamela Courson. A día de hoy, las causas de su muerte aún no están claras. De lo que no cabe duda es de que su figura pasará a la historia como uno de los artistas más excéntricos, multifacéticos y controvertidos del siglo XX.
La libertad existe
¿Sabes que la libertad existe
en los libros escolares?
¿Sabes que hombres locos están
dirigiendo nuestras prisiones?
En una cárcel, en un presidio
en un blanco y libre
remolino protestante.
Estamos colgados cabeza abajo
al borde del aburrimiento.
Estamos alcanzando la muerte
en el final de una vela.
Estamos intentando conseguir algo
que ya nos ha encontrado.
(Jim Morrison)
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