Salud

¿Se hereda la ansiedad?

Con los tiempos que corren, la ansiedad se ha convertido en uno de los grandes desafíos de la época en materia de salud mental. ¿Estamos condenados a ser personas ansiosas si también lo han sido nuestros padres? ¿Pasa la ansiedad de generación en generación?

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23
octubre
2023

La ansiedad es uno de los grandes retos en la salud mental de nuestra época. La incertidumbre, la inestabilidad y los graves conflictos de los últimos años han desatado el trastorno en una gran parte de la población mundial. Ante esta tesitura, la salud mental ha recibido, al fin, cierto interés en la opinión pública y, con ello, también se han abierto interrogantes como si los trastornos de ansiedad son hereditarios.

No existe a ciencia cierta una demostración clara de la herencia de la ansiedad, pero sí que hay factores que contribuyen a que si los progenitores presentan tales trastornos estos se puedan reproducir de forma más probable a los hijos, tanto por semejanzas genéticas como por patrones de conducta adaptados. Situaciones como las experiencias traumáticas o estresantes, los abusos, los problemas relacionales, la negligencia o los propios estilos de afrontamiento pueden influenciar el desarrollo de los hijos y aumentar las probabilidades de la aparición de la ansiedad.

Uno de los estudios más relevantes que se han dado hasta la fecha fue liderado por el Dr. Klaus-Peter Lesch con grupos de investigación alemanes y estadounidenses, que buscaba esclarecer las bases genéticas de la ansiedad. Con una muestra de más de 500 personas, comprobaron que los individuos que presentaban mayores grados de ansiedad tenían, en la mayoría de los casos, la variante corta del gen de la proteína transportadora de serotonina. Los que tenían la secuencia larga de este mismo gen respondían de forma menos intensa a la ansiedad.

La ansiedad surge de una combinación de factores genéticos y ambientales, aunque sigue siendo un misterio en qué proporción

Otros centros de investigación corroboraron la información con otras muestras: un equipo del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos vio que la respuesta de la amígdala, el núcleo relacionado con el miedo, variaba hereditariamente en la forma de transportar la serotonina, que relacionaba la variante corta del gen con mayor riesgo de presentar ansiedad. Sin embargo, los factores que generan estas alteraciones son todavía una incógnita y, si bien se tienen sus hipótesis, no se han podido corroborar hasta la fecha. Lo que está claro es que se trata de una combinación de factores genéticos y ambientales, aunque sigue siendo un misterio en qué proporción o bajo qué circunstancias se produce una o la otra.

El trastorno de ansiedad es un fenómeno que afecta a millones de personas en el mundo, pero que, por su diversidad de manifestaciones y reacciones, así como un gran tabú social sobre las enfermedades mentales, ha sido de difícil diagnóstico. Algunos de sus principales síntomas son una preocupación excesiva por cuestiones diarias, tener problemas para controlar las preocupaciones, el nerviosismo, la dificultad para conciliar el sueño, los sentimientos irritables, ser consciente de preocuparse demasiado por las cosas, tener dificultad para relajarse o tener problemas de concentración.

Pero, afortunadamente, se trata de una enfermedad con tratamiento y soluciones, con métodos avanzados para controlar sus síntomas que hacen que las personas afectadas puedan vivir una vida plena y satisfactoria una vez tengan el diagnóstico y se apliquen medidas. Por tanto, si bien nuestros padres pueden sufrir trastornos de ansiedad o tener personas en la familia con diagnósticos graves del trastorno, no tiene que ser, necesariamente, transmitido a las futuras generaciones.

Hay muchas cosas que uno puede hacer para reducir su riesgo a desarrollar ansiedad. Algunas de las más populares son el manejo del estrés, el cuidado de uno mismo mediante rutinas, el ejercicio físico, la buena alimentación y las prácticas saludables o la búsqueda de asistencia profesional en caso de necesitarlo. Parecen acciones pequeñas, pero tener una vida equilibrada puede ser un gran factor disuasivo de la ansiedad.

Además, prácticas de introspección o de autoconocimiento pueden contribuir a una detección preventiva y, con ello, una solución más rápida o incluso a la prevención del trastorno. Aún hay muchas dudas sobre las enfermedades de salud mental y son muchos los casos en los que no sabemos qué hacer. Pedir ayuda y tener un diagnóstico completo de nuestro árbol familiar puede ser clave para prevenir posibles daños y síntomas futuros.

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