¿Cuál es la postura de Vox sobre el mercado de la energía?

Por motivos de agenda, Vox declinó la invitación a los desayunos organizados por Ethic, donde los distintos representantes de los grandes partidos políticos debaten junto a expertos sobre el futuro del mercado energético en España. A pesar de su ausencia, y en pro de la pluralidad, hemos querido resumir lo que dice su programa en esta materia.

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«Queremos favorecer un mix energético equilibrado que incluya todas las tecnologías sin ideologizarlas. Un mix eficiente que incluya las renovables, pero también la nuclear, una fuente síncrona y firme. También queremos invertir en I+D+i, en avances tecnológicos y, sobre todo, desintoxicar el mercado energético del fanatismo climático, que está provocando la destrucción de nuestros recursos, como ocurre con el desmantelamiento de centrales térmicas». Así expresaba Mireia Borrás, diputada de Vox en el Congreso, la estrategia de su partido para el mercado eléctrico. Lo hizo en un debate organizado por El Periódico de la Energía, donde resumió su potencial actuación en dos palabras: soberanía energética. Un concepto que coincide con lo que también busca el resto de partidos: la no dependencia de terceros países.

Por su parte, Javier Ortega Smith, vicepresidente de Vox junto a Jorge Buxadé y Reyes Romero, además de diputado del partido por Madrid, declaró hace unos días en una rueda de prensa en Ciudad Real que «mientras en Francia se están multiplicando las centrales nucleares, en España se están cerrando; y mientras en Alemania se están abriendo minas de carbón y centrales térmicas, aquí se mantienen cerradas». Según defiende el político, «la Agenda 2030 impone medidas que no han votado los españoles y que solo están trayendo paro y pobreza para el país».

Conocida la postura del partido sobre el cambio climático –Espinosa de los Monteros, portavoz del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, ha negado en muchas ocasiones que tenga que ver con la actividad humana– y las declaraciones en campaña sobre el mercado energético, cabría pensar que esta materia, en su programa, incluiría un claro rechazo a dejar atrás el carbón. Pero no es así: «Es indudable que las sociedades y las economías desarrolladas se dirigen hacia un escenario de descarbonizacion […]. El gran interrogante es cuándo se llega a esa meta y a qué coste», reza uno de los apartados. Según señala su programa, «para abordar ese desafío es preciso plantear una transición sensata que busque un equilibrio inteligente entre los recursos que tenemos disponibles, los riesgos que asumimos adoptando nuevas tecnologías y los precios que se obtienen». La conclusión de Vox, en definitiva, es que «la electrificación de la economía no es un fin en sí mismo; es un medio para acelerar la descarbonización».

El programa de Vox contempla el uso de renovables para esta transición, con especial hincapié en la eólica

El programa del partido contempla el uso de renovables para esta transición, haciendo especial hincapié en la eólica. «Nuestra nación ha estado en la vanguardia de su desarrollo. Ello ha contribuido no sólo a producir una energía limpia, sino a construir un sector de producción de bienes y servicios que es en la actualidad un referente mundial y un componente importante de las exportaciones españolas que realiza una importante contribución al PIB».

El partido también asume otra realidad, en este caso relacionada con la fotovoltaica: el autoconsumo. «Es imparable. Las redes de energía y gas pasarán de ser el elemento de suministro a ser el elemento de respaldo, pero no lo harán para todos los usuarios». Vox propone, de este modo, un sistema tarifario de uso de red que evite que los que la usen como suministro subvencionen a quienes solo la usen como sistema de respaldo. «No hacerlo implicaría que los usuarios con menor poder adquisitivo, que no puede acceder a la inversión necesaria para el autoconsumo, subsidien a los usuarios con capacidad inversora en autoconsumo». El planteamiento es claro: el desarrollo de una tarifa de acceso a red por tramos de consumo que establezca descuentos para los primeros kilovatios/hora consumidos.

En cuanto a las centrales térmicas de carbón, el partido –al igual que el resto de las formaciones– contempla su «cierre progresivo con el menor coste social», mientras que mantendrá abiertas las centrales nucleares que sean «rentables económicamente».

Las renovables se llevan la mayor inversión en el programa del partido de extrema derecha, que señala un objetivo: «Llegar a los 3.000 – 5.000 megavatios anuales en los próximos tres años en fotovoltaica y eólica». Y es que según explican, «ayudan a la reducción de emisiones y son rentables económicamente».

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