Medio Ambiente

No solo preside la COP: también una petrolera

Todavía quedan meses para la próxima COP, pero la polémica ya está servida por quién es su presidente. ¿Fallo de cálculo o golpe maestro sentar a la mesa al máximo responsable de una petrolera?

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19
mayo
2023

La polémica ha llegado antes de la celebración de la próxima COP de noviembre. La sede de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático número 28 será Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales países que produce y exporta petróleo. Pero no solo ha sido la sede; el presidente de esta reunión será Sultan Al Jaber, ministro de Industria del país que acogerá la reunión y, además, director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo (ADNOC).

«Es como poner al zorro a cuidar gallinas», resume Pedro Zorrilla, portavoz de Cambio Climático de Greenpeace. Esta ONG ha firmado una carta junto a otras 450 organizaciones internacionales dirigida al presidente de la ONU, António Guterres, para que cese a Al Jaber. Para los firmantes, este presidente representa «una amenaza a la legitimidad y la eficacia de la COP28». En su opinión, «si tenemos alguna esperanza de abordar la crisis climática, la COP no tiene que tener ninguna influencia de la industria de los combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón».

La figura de la presidencia podría ser sólo simbólica, pero Pedro Zorrila recuerda que tiene poder de decisión en este tipo de reuniones internacionales que deben acordar decisiones concretas para frenar la emergencia climática. «Son los que marcan la agenda. El año pasado, (en la COP de Egipto), por ejemplo, se fueron retrasando las reuniones importantes entre representantes políticos y se dejaron muy al final. Entonces quedó muy poco tiempo para tomar decisiones», argumenta desde Greenpeace.

Pedro Zorrilla: «Es como poner al zorro a cuidar gallinas»

No se espera que Al Jaber renuncie a su posición; al revés, tiene el respaldo político del resto de los países. El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans, aseguró en una entrevista con Efe, que «es uno de los pocos en la industria del petróleo y el gas que durante mucho tiempo ha estado invirtiendo en la descarbonización, invirtiendo en energías renovables». Al Jaber también es presidente de la empresa Masdar, una compañía de energías limpias con inversiones en todo el mundo. Pedía Timmermans en esa entrevista que los críticos le dieran una oportunidad de probar que está «comprometido con el cambio».

También le ha respaldado el delegado de EEUU en la COP28, John Kerry, el que fuera exsecretario de Estado americano. En una entrevista con Associated Press aseguró que tiene «una gran confianza» en que los temas importantes estarán encima de la mesa y que Emiratos liderará a los países para que reconozcan «su responsabilidad».

Arturo Larena es director de Efeverde de la Agencia Efe y ha cubierto varias reuniones de este tipo. Apunta en la misma dirección: podría ser positiva la implicación del sector petrolero en las decisiones de la COP. «No puedes hacer un cambio sin contar con las distintas partes implicadas. Precisamente Emiratos es uno de los países que realmente está apostando por intentar hacer una transición desde la industria de los combustibles fósiles a otras energías. Sí que tienen un conocimiento y una voluntad de cambiar las cosas», asegura.

Arturo Larena: «No puedes hacer un cambio sin contar con las distintas partes implicadas»

Además, este periodista especializado en medio ambiente recuerda que esta no es la primera sede polémica en cuanto a energías se refiere. Polonia, «que tiene una importante industria vinculada a los combustibles fósiles», ha sido sede tres veces, la última en 2018. En 2012 también se celebró la COP18 en Doha, la capital de Qatar, país también productor de petróleo. «El problema es que la presidencia suele estar en manos políticas, el ministro de Medio Ambiente, por ejemplo, más que en el presidente de una empresa», apunta Larena.

El propio Al Jaber ha pedido dejar de luchar «unos contra otros» y ha prometido una COP «inclusiva», que «no debe dejar a nadie detrás». Pero desde Greenpeace y otras organizaciones ambientales quieren que se establezca un protocolo para que las empresas más contaminantes no participen en las negociaciones de la COP. «Se ha hecho en otros sectores, como en la regulación del tabaco. En ellas no participaba la industria del tabaco, participaban los médicos y los representantes políticos», apunta Pedro Zorrilla. Hay quien ha sido incluso más explícito: Alice Harrison, de la ONG Global Witness, dijo que «no invitarías a traficantes de armas a liderar conversaciones de paz. Entonces, ¿por qué dejar que los ejecutivos petroleros lideren las conversaciones sobre el clima?»

Las organizaciones firmantes de la carta también piden a Guterres que las empresas responsables de la contaminación no financien la acción climática. «No se debe permitir el greenwashing y la compra de su responsabilidad en una crisis que han ocasionado ellos».

¿Empresario o presidente?

«Si consigue separar su papel de ADNOC (la compañía nacional de petróleo) y acercarse más a Masdar (la compañía de energías renovables), si el enfoque es más hacia el liderazgo para otros países, entonces puede ser interesante», apunta Lara Lázaro, investigadora principal del Real Instituto Elcano en temas de clima. Lázaro explica que «una mentalidad empresarial» puede ser positiva para pasar de «los compromisos a la acción», aunque esa figura también podría ser negativa en «temas de pérdidas y daños y financiación». Es decir, la involucración del dinero para mitigar los efectos del cambio climático en los países más afectados.

Las organizaciones no gubernamentales han recuperado unas declaraciones del presidente de la COP a finales del año pasado en el discurso de apertura de la Exposición y Conferencia Internacional del Petróleo de Abu Dhabi para evidenciar su conflicto de intereses: «El mundo necesita todas las soluciones posibles. El petróleo y el gas, la energía solar, la eólica y la nuclear, y el hidrógeno, además de las energías limpias que aún están por descubrir, comercializar y desplegar». Aunque una vez nombrado presidente de la COP se ha mostrado más verde: «Los Emiratos pretenden escuchar, comprometer y establecer alianzas con todas las partes que deseen desempeñar un papel constructivo en la transición hacia una energía limpia».

La presencia de los ‘lobbies’ en las COP ha ido en aumento, creciendo un 25% en la COP27 frente a la 26

Como apunta Lara Lázaro en su artículo del Real Instituto Elcano, será clave en esta reunión que los países integren en el texto el fin de la era de los combustibles fósiles más allá del carbón. En la reunión anterior, la COP27 celebrada en Egipto, no se tuvo en cuenta la propuesta de la India y otros 80 países «de ampliar el llamamiento a la reducción de todos los combustibles fósiles», incluyendo petróleo y gas, tras la oposición de países como Arabia Saudí. Y aquí será clave Emiratos Árabes Unidos y Al Jaber, que podrían ser «menos proclives» a esta inclusión, según explica la investigadora.

Aunque no será solo responsabilidad de Al Jaber. El periodista de EFE Arturo Larena recuerda que en las COP hay un componente «político y económico muy importante» y se empiezan a conocer la cantidad de lobbies que están presentes en este tipo de reuniones, algo de lo que se quejan las ONG. Una investigación de Global Witness y Corporate Europe Observatory reveló que en la COP27 había 636 delegados relacionados con la industria de los combustibles fósiles, un 25% más que en la COP26. El informe reveló la voluntad de influir en las negociaciones por parte del sector del gas y del petróleo sobre todo (y aquí está la polémica) de Emiratos Árabes Unidos. El informe también alertó de que el total de acreditados en la cumbre ligados a los combustibles fósiles supera en número a cualquiera de las delegaciones de los 10 países más afectados por la crisis climática.

En esta COP «estaremos más vigilantes que nunca», apunta Pedro Zorrilla desde Greenpeace, «y seguiremos denunciando esta presencia de los intereses fósiles en estas reuniones. Nos servirá de trampolín para seguir denunciándolo y pedir ese protocolo para dejar a la industria fósil fuera de las negociaciones del clima».

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