La (inmediata) opinión pública

Artículo

Fran Sánchez Becerril

@fransanchezbe

«Los cambios en la opinión pública son, con frecuencia, cambios bruscos», explicaba en 1995 el ya fallecido Fermín Bouza, catedrático Sociología y Opinión Pública de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Han pasado más de 25 años desde que hiciese esta afirmación y la cosa no ha hecho más que exagerarse. Si por entonces los temas de opinión pública podían variar rápidamente, en la era de la inmediatez en la que nos encontramos lo hacen todavía más.

Las cuestiones que acaparan la atención mediática y social cambian drásticamente de un día para otro; y algo que a simple vista parecería que podría tumbar un gobierno, costar la cabeza de algún empresario o provocar una fuerte alarma social, al día siguiente ya no importa nada. Podríamos decir que cada tema de opinión pública es como una tormenta de verano: llega, descarga de manera breve pero intensa toda su furia climatológica y se va.

E igual de rápido que aparece un tema –por muy rocambolesco que sea–, mucha gente forma su propia opinión, aunque desconozca realmente la profundidad del asunto. Quizás esta sea una de las cuestiones más curiosas de la sociedad actual: ¿por qué la gente es capaz de formarse una opinión en tiempo récord?. «Hay varios factores que pueden empujar a la gente a opinar sin realmente saber del tema, como la necesidad de pertenencia o la inseguridad disfrazada de autoconfianza, pero se trata de algo que sobre todo tiene que ver con la ignorancia y la no aceptación de las propias limitaciones», explica Marta Mozas Alonso, especialista del Instituto Psicológico Cláritas.

La psicóloga apunta, por un lado, a las redes sociales como otro de los causantes de esta inmediatez opinativa y, por otro, al efecto Dunning-Kruger: «Este sesgo cognitivo consiste en que las personas con menos conocimientos o habilidades sobre una materia, sobreestimen su capacidad y no son capaces de reconocer su incompetencia».

Marta Mozas Alonso: «Hay varios factores que empujan a la gente a opinar sin saber del tema, como la necesidad de pertenencia o la inseguridad disfrazada de autoconfianza»

Por qué una opinión efímera

Es imposible determinar un único motivo por el cual un tema hoy tiene una relevancia absoluta en la opinión pública y al día siguiente llega otro que los desbanca. Pero hay varias claves que podrían ayudar a entender lo efímero de las temáticas.

El primero de todos los puntos a tener en cuenta es la conocida como «atención dividida». En la era de la información en la que vivimos, la atención de las personas se divide entre muchos temas importantes que compiten por su atención. Con tanta información disponible, puede ser difícil para un tema mantenerse en el centro de atención durante mucho tiempo.

También es importante tener en cuenta para entender lo efímero de la opinión pública los llamados «ciclos de noticias». Los medios de comunicación y las redes sociales a menudo siguen un ciclo de noticias que enfatiza ciertos temas durante un período de tiempo antes de pasar a otros temas nuevos. Si un tema no logra mantenerse en el centro de atención durante este ciclo de noticias, puede desaparecer rápidamente de la opinión pública.

Asimismo, debemos atender a la importancia relativa. A veces, un tema puede parecer muy importante en un momento dado, pero después se da cuenta de que no era tan importante como se pensaba. Otras veces, un tema puede ser eclipsado por otros eventos o problemas que son considerados más importantes por la opinión pública.

Por último, no debemos olvidar la fatiga de los propios medios con las diferentes temáticas. Los medios pueden cansarse de cubrir un tema específico durante un largo período de tiempo, especialmente si no hay muchos avances o noticias nuevas que reportar.