Sociedad

Diferencias entre filosofía y filosofía edificante

Descubrir qué es exactamente la verdad ha sido el punto de partida de los pensadores. Pero como demuestra la dicotomía entre filosofía y filosofía edificante el camino para encontrarla diverge.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
23
marzo
2023

¿Cuál es la verdad? Esta pregunta suele ser la causante de una serie interminable de cuestionamientos posteriores y por la que las personas suelen interesarse en los estudios filosóficos. Desde los jonios, la libre especulación de las ideas para dar un sentido al ser y la vida empezó una larga tradición y dio origen a una disciplina muy particular: la filosofía.

En la filosofía clásica, particularmente con Sócrates y Platón, las ideas y su puesta en práctica en la vida cotidiana estaban íntimamente relacionadas. Fue Aristóteles el primer filósofo que instauró un sistema filosófico ligado íntimamente al uso de la razón y la mente humana sin que necesariamente tuviera una aplicabilidad para cada individuo; sino, más bien, su sentido original sería el de llegar a la verdad, entendida como una verdad universal. Es decir, la ciencia del pensamiento objetivo. Para constatar este punto, hay que recordar la siguiente sentencia aristotélica: «Quizá parecería mejor e incluso necesario para salvaguardar la verdad, dejar de lado los asuntos familiares sobre todo porque somos filósofos. Pues, siendo amigos ambos, (Platón y Aristóteles) es más provechoso poner la verdad por delante».

Al ser el padre de la lógica y pionero en temas como la física y metafísica, Aristóteles ha sido, probablemente, el pensador más influyente de todos los tiempos. Destacan, por supuesto, sus contribuciones al inicio de la ciencia. En este sentido, y a manera de introducción al tema planteado, Hegel fue un filósofo que retomó la filosofía como ciencia estricta y no como ideas vagas ni generación de opiniones. Al respecto, la filosofía hegeliana ha de ser vista y analizada como un sistema filosófico circular que se inicia con los filósofos presocráticos, sigue con la filosofía griega y el periodo helenístico, rescata algunos aspectos relevantes de la época medieval y culmina con la del periodo de la modernidad; especialmente, lo planteado por la corriente del racionalismo, el empirismo y culminando fuertemente con el idealismo alemán de Kant, Fichte y Schelling.

Posiblemente, la contribución más grande de Hegel fue relacionar cada periodo de la filosofía en la historia. Para Hegel, su obra o sus propios conocimientos no hubieran sido posibles sino gracias al conocimiento válido generado por los pensadores que le antecedieron. En este sentido, sus obras son difícilmente comprendidas sin antes haberse instruido ese pensamiento que lo precede. En toda la obra hegeliana se trata intelectualmente la historia de la filosofía y de qué manera se va perfeccionando hasta llegar a la verdad objetiva. Su sistema filosófico es tripartito, concluyendo que el fin de la filosofía es el pensamiento que se piensa a sí mismo: si algo piensa es porque efectivamente existe.

Posiblemente, la contribución más grande de Hegel fue relacionar cada periodo de la filosofía en la historia

Frente a ello se encuentra el concepto de filosofía edificante y su relación con la verdad para los fines del debate y difusión. La idea de la «filosofía edificante» aparece en La filosofía y el espejo de la naturaleza de Richard Rorty. Rorty hace una crítica a la obsesión de la filosofía por seguir secuencias lógicas estrictas en sus trabajos sobre la metafísica, descuidando las verdades relativas. En este sentido, la tradición filosófica ha tenido diferentes variantes, estilos y propósitos; pero, más allá de metodologías o corrientes, el fin último de cada teoría es lo que determina si se trata de filosofía tradicional sistemática o filosofía edificante. Por supuesto, Rorty identifica algunos autores en la categoría de filosofía edificante, casos como el de Kierkegaard, Nietzsche o Wittgenstein. Al respecto, vale decir que muchos autores tradicionalmente han sido identificados todos como filósofos en una sola categoría universal, cuando, en realidad, podrían estar siendo mal interpretados y deberían pasar a formar parte de la lista de filósofos edificantes.

Al fin y al cabo, la propuesta planteada por Rorty no parece ser tan descabellada. El propio Soren Kierkegaard, considerado el padre del existencialismo, hablaba de una verdad subjetiva enteramente individual que llegaba incluso a sobreponerse a las verdades objetivas universales. En la obra de Kierkegaard, se señala que conforme más aumenta la verdad objetiva, más disminuye la certeza, puesto que las verdades objetivas no determinan al ser como individuo. De este punto surge una de sus frases más reconocidas: «Lo crucial es encontrar una verdad que sea verdad para mí, una verdad por la que esté dispuesto a vivir y a morir».

Kierkegaard declaró que no se debían negar, ignorar ni menospreciar a las verdades objetivas, puesto que estas resultan muy provechosas. Sin embargo, observó los límites de la filosofía como ciencia estricta en el apartado existencial del individuo. Para Kierkegaard, las verdades objetivas carecían de profundidad existencial para darle sentido a la propia vivencia personal. En última instancia, eran las verdades subjetivas las que hacían que la vida pudiera adquirir algún significado, por lo que su importancia en sí mismas resultaba mayor a la de las verdades universales, puesto que sólo los seres humanos son capaces de comprender la subjetividad universal en un amplio sentido emocional.

Kierkegaard creía que eran las verdades subjetivas las que hacían que la vida pudiera adquirir algún significado, por lo que su importancia resultaba mayor a la de las universales

En cualquier caso, lo que determina la diferenciación entre filosofía tradicional sistemática y la filosofía edificante son sus alcances y fines propios. La filosofía tradicional, vista como disciplina científica, busca la verdad objetiva y no le interesa la aplicabilidad del sentido existencial individual, y es justamente en este punto donde claramente marca su límite. En conclusión, los estudios filosóficos tradicionales son sumamente importantes para la generación de conocimiento objetivo, particularmente del origen y el fin del ser. No obstante, en la propia academia, no existe un consenso acerca de los significados, los alcances y los límites de la filosofía. Este hecho, ha permitido nuevas interpretaciones y clasificaciones de pensamiento, en un intento por identificar de manera más clara las características y las complejidades de diferentes propuestas en la historia de la filosofía.

Así pues, la clasificación propuesta por Rorty resulta ser una interpretación interesante para distinguir los tipos de pensamiento filosófico. Por supuesto, la llamada filosofía edificante es sugerente en el aspecto de su propuesta de clasificación en cuanto a lo subjetivo. Al respecto, la emoción puede llegar a imponerse sobre la razón. En definitiva: la individualidad emocional e intelectual sobre la rigidez sistemática.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Caras de la muerte

Byung-Chul Han

El lenguaje de la muerte no deja de sonar e interpelar a lo largo de la vida.

Simone Weil: Pasión y autenticidad

Santiago Íñiguez de Onzoño

La pensadora intentó conciliar el cristianismo con las tesis de Platón e incluso con algunos planteamientos marxistas.

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME