Economía

La importancia de lo intangible

Las finanzas no son ajenas a la solidaridad y tienen un relevante papel: el de promover la regeneración del modelo económico actual para que las bases del sistema se sustituyan por un paradigma nuevo.

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02
septiembre
2022

La solidaridad, como concepto y como valor, es difícil de cuantificar. Y ejercerla es un acto consciente y voluntario que implica compartir nuestros recursos y/o capacidades personales para ayudar a quienes más lo necesitan, tanto en un momento puntual o de emergencia como a medio o largo plazo. En este caso, con un compromiso que supone destinar parte de nuestro tiempo o nuestro dinero a una tarea o propósito de forma continuada.

Hay muchas personas solidarias, y así lo constatamos desde nuestra propia experiencia. Por eso, podemos afirmar que hay personas que a través de la donación apoyan y fomentan proyectos e iniciativas valiosas para nuestra sociedad. Son personas que desinteresadamente apuestan por una regeneración de la economía, que promueven el cambio.

Las finanzas no son ajenas a la solidaridad y tienen un relevante papel: el de promover la regeneración del modelo económico actual para que las bases del sistema se sustituyan por un paradigma nuevo. Este –nuevo, inclusivo y justo– debe estar basado en la suficiencia de recursos para todas las personas y en que sus pilares sean la economía de los cuidados, la educación, las energías renovables, la alimentación ecológica y saludable y la cultura.

Para revertir el modelo económico (pensado para hacer dinero del dinero) y transitar a otro donde las personas sean lo importante debemos reequilibrar los valores ecológicos, sociales y económicos para asegurar el impulso del bienestar y la inclusión plena. Para conseguirlo es necesario poner en marcha la estrategia de sumar en alianza, desde las fortalezas y la profesionalidad de organizaciones especializadas y con el impulso del dinero de donación como una opción que construye comunidades de personas solidarias alrededor de iniciativas innovadoras. Un ejemplo sería el crowd y el matchfunding, que generan oportunidades para donar puntualmente a iniciativas que promueven un impacto medioambiental, social o cultural positivo.

El impulso para crear una sociedad solidaria está en nuestras donaciones, pero también en nuestros actos de consumo, porque tras una compra hay toda una demanda de cambio

Quienes trabajan y depositan sus ahorros en una entidad de banca ética saben qué se hace con su dinero, y a la vez, consumen, donan, ahorran o invierten para contribuir a definir un modelo financiero y de economía más justo. Esta comunidad de personas demanda un sistema diverso, inclusivo y sostenible al servicio de las personas y no solo de la rentabilidad, con respuestas a los desafíos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad, entre otros desafíos a los que nos enfrentamos.

El impulso para crear una sociedad solidaria y una economía justa y resiliente está en nuestras donaciones, pero también en nuestros actos de consumo, porque tras cada compra hay toda una demanda de cambio social y económico. Cada decisión económica tiene un impacto, ya sea positivo o negativo. También se genera una economía inclusiva a través de las inversiones, y cada vez más la ciudadanía tiene en su mano productos de ahorro e inversión con impacto positivo y que promueven la solidaridad.

Además, las personas cada vez tendemos más a vincularnos a iniciativas de emprendimiento que causan un impacto positivo o a adquirir productos financieros con propósito que vinculan nuestros valores a nuestra actividad financiera habitual. Demandamos un consumo responsable en el que se conozca la trazabilidad de los productos y servicios que consumimos para conocer el origen, las formas de trabajo y los procesos de producción de los mismos. La pobreza, el hambre, la indigencia o la falta de oportunidades son problemas sociales que queremos erradicar.

El pasado 31 de agosto se celebró por decreto de la Asamblea General de Naciones Unidas el Día internacional de la Solidaridad y por eso agradecemos a todas aquellas personas que con sus pequeños gestos diarios de solidaridad contribuyen a equilibrar las desigualdades entre las personas y las naciones.


Elena Galerón y Elena Hernando escriben desde la Fundación Triodos España.

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