«El problema no es el plástico, sino el uso que hacemos de él»

El plástico puede convertirse en un gran aliado de la Transición Verde, siempre que sea más reciclable. Para Alicia Martín, directora general de Plastics Europe en la región ibérica, visualizar nuestro futuro sin este material no es posible, ni tampoco sostenible: convertir sus residuos en un valioso recurso para la economía circular puede ayudar a numerosos sectores a caminar hacia procesos más respetuosos con el medio ambiente.

En Plastics Europe defendéis que es posible un futuro en el que convivamos con plásticos sostenibles. ¿Es realmente factible alcanzar ese equilibrio?

La innovación está en el ADN de los plásticos y así lo ha demostrado la industria desarrollando soluciones para aumentar el bienestar. Ahora, los necesitamos para aumentar la sostenibilidad de muchos productos, porque ayudan a reducir las emisiones y el consumo de energía, a minimizar el desperdicio alimentario e incluso salvan vidas. Vivir sin plástico ni es posible, ni es sostenible. Eso sí, tenemos que entender los impactos que genera y mirar a largo plazo: no podemos dar con soluciones sencillas que resuelvan un problema hoy para crear otro mañana. Nuestro compromiso es garantizar que los plásticos sigan aportando a la sociedad, pero reduciendo su impacto negativo sobre el medio ambiente y la salud.

Una de las principales preocupaciones sobre el plástico reside en sus residuos y su lento grado de descomposición. ¿Qué papel juegan la economía circular y el ecodiseño a la hora de resolverlo?

El problema no es el plástico, sino el uso que hacemos de él. Tenemos que ver los residuos plásticos como un recurso valioso. Debemos partir del hecho de que precisamente su alta resistencia es el motivo que los ha hecho algo idóneo para tantas aplicaciones. Las complicaciones llegan cuando el residuo no se gestiona adecuadamente. Ahora mismo es la base de la economía circular lo que está guiando a la industria. Una muestra de ello son los proyectos que ya se enfocan desde el ecodiseño para hacer plástico más reciclable. Se está trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías como el reciclaje químico, que complementa al reciclaje mecánico. Estamos avanzando en el buen camino, pero es cierto que el ritmo tiene que acelerarse para alcanzar los objetivos de circularidad a medio y largo plazo.

«Vivir sin plástico ni es posible, ni es sostenible»

De hecho, vuestro informe Reshaping Plastics advierte que la industria no se está adaptando lo suficientemente rápido.

El informe evidencia dos verdades fundamentales. Primero, que el sector está evolucionando, pero no tan rápidamente como se espera. Segundo y más importante, que si bien estamos en un momento de cambio radical no existe una solución mágica: las transformaciones de primer orden necesitan una mezcla de soluciones a lo largo de toda la cadena. Es fundamental la cooperación, garantizar la disponibilidad de materias primas circulares de alta calidad, tener acceso a energías renovables asequibles y abundantes y potenciar esa circularidad.

La Agenda 2030 de las Naciones Unidas subraya las alianzas como un pilar fundamental para llevar a cabo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Es importante seguir el camino del trabajo conjunto en la transición de los plásticos?

Eso es esencial para el cambio. Necesitamos una colaboración mucho más intensa y efectiva entre todos, que aporte una mezcla de soluciones. La industria plástica tiene un papel importante que desempeñar, pero hay que ser realistas: no podemos hacerlo solos. Por este motivo, Plastics Europe se ha comprometido a crear una nueva plataforma donde involucremos a todas las partes interesadas para conseguir un cambio radical a través de la colaboración.

¿Qué transformaciones, también a nivel social, veis fundamentales para avanzar en ese cambio radical del ecosistema del plástico y contribuir con él a paliar la crisis ambiental?

El marco político sería un gran facilitador para desarrollar las inversiones y seguir trabajando. Pero también es clave que estas inversiones promuevan el uso de materias primas circulares y, sobre todo, que estén basadas en la ciencia. Necesitamos un gran trabajo de concienciación sobre el consumo responsable para enseñar a separar mejor los residuos en nuestras casas, reutilizar los productos, etc.