Un microcrédito para encontrar el rumbo profesional

Hay pocas preguntas más repetidas que el famoso «¿qué quieres ser de mayor?». Vivimos en un mundo que tiende a convertir en dogma la idea de que, llegados a cierta edad, la mayoría de las personas deben tener claro el rumbo que van a tomar sus vidas en el plano profesional. De esta manera, el profesor debe estar decidido a ser profesor con apenas 16 años, al igual que también lo debe estar el bombero, el médico o el periodista. En caso contrario, se identifica la duda como falta de vocación y se reducen las presuntas opciones de éxito. Una teoría que no puede estar más alejada de la realidad y que deriva en muchas ocasiones en profesionales descontentos o poco identificados con su trabajo, generando un impacto directo y evidente sobre su productividad y salud mental.

Solà: «Un 85% de los trabajadores del mundo no se siente satisfecho ni identificado con su trabajo»

Sin embargo, lo más llamativo de esta situación está en su origen. Si habitualmente tiende a entenderse como falta de vocación, en realidad la infelicidad en el trabajo responde en muchos casos a otra falta mucho más aguda: la de información. «Un 85% de los trabajadores del mundo no se siente satisfecho ni identificado con su trabajo. La razón es que cuando han tenido que elegir los estudios, al no saber qué querían estudiar, terminaron escogiendo al azar». Son palabras de Sonia Solà, coach y fundadora de Wavekup, una plataforma multicanal de orientación vocacional y crecimiento personal dirigida, principalmente, a las y los adolescentes de 13 a 18 años para ayudarles a descubrir qué les gusta, así como los entresijos de las distintas profesiones y oficios, fomentando que dispongan de la máxima información posible para tomar la decisión más acertada de cara a su futuro y en función de sus preferencias y aspiraciones. «Les damos información y herramientas para que sean ellos mismos quienes tomen sus propias decisiones con fundamento», detalla Solà, cuyo proyecto, totalmente consolidado y que plantea una cierta revolución en el panorama educativo actual, ha logrado disminuir los índices de fracaso escolar entre los participantes y aumentado considerablemente las posibilidades de satisfacción de los futuros trabajadores.

Sonia Solà, fundadora de Wavekup.

Los datos respaldan de forma contundente la necesidad de un proyecto como Wavekup. Según un estudio de DigitalES (Asociación Española para la Digitalización), solo el 38% del alumnado de secundaria y bachillerato tiene claro qué quiere estudiar, por lo que son muchos los jóvenes que acaban tomando una decisión alejada de sus ambiciones, aumentando consecuentemente las posibilidades de abandono escolar. Abandono escolar que en España es del 16%, muy por encima del 9,9% que marca la media de la UE. Datos preocupantes de cara al futuro y que dibujan un contexto en el que la empresa liderada por Solà se revela como una de las soluciones más adecuadas por su forma de acercar el mundo laboral a los jóvenes, introduciendo en este trabajo canales como las redes sociales, más adecuados para las nuevas generaciones. A través de estas plataformas, Solà y su equipo dotan a los participantes del proyecto de entrevistas a profesionales que explican cómo es su día a día, lo que más y menos les gusta, las habilidades y formación que se requieren… Junto a este contenido, los jóvenes reciben una ayuda más directa si cabe a través de talleres de autoconocimiento y orientación vocacional que se celebran de manera tanto presencial como online, de forma particular y en institutos.

Wavekup posibilitan entrevistas con profesionales que explican cómo es su día a día o las habilidades que se requieren para cada trabajo

Sin embargo, y como tiende a suceder con los proyectos de carácter innovador y que plantean un cambio, el comienzo nunca es un camino de rosas. En este sentido, para la puesta en marcha de Wavekup, hay dos momentos que desde el proyecto identifican como clave. El primero, la experiencia personal de su fundadora, quien reconoce no haber sido feliz profesionalmente durante muchos años, lo que le llevó a investigar sobre el por qué de esta situación; el segundo, la posibilidad de contar con la ayuda de MicroBank, el banco social de CaixaBank a través del que se pudieron financiar los primeros pasos de Wavekup y la creación de su estructura de trabajo. «Los microcréditos fomentan la inclusión financiera, la actividad productiva, la creación de empleo y el desarrollo personal y familiar. Son una herramienta empoderadora para miles de personas con talento que, de otro modo, probablemente deberían renunciar a sus ilusiones», explica la directora general de MicroBank, Cristina González, respecto a un ente bancario que ofrece financiación a emprendedores, autónomos y microempresas para que puedan poner en marcha o ampliar su negocio con el objetivo final de contribuir a generar riqueza y bienestar en el territorio.

En este sentido, el de Wavekup es solo un ejemplo más de los diferentes proyectos que se han visto beneficiados de esta iniciativa surgida de CaixaBank. Prueba de ello es que, a lo largo del pasado año, la entidad otorgó un total de 15.221 microcréditos en España por un valor global de 196 millones de euros, ofreciendo viabilidad a la par que estabilidad a iniciativas que, gracias a ese dinero, han logrado consolidarse en el tejido empresarial. Sueños como el de Solà, cuya materialización no solo supuso un aporte para el empresario, sino que el impacto del proyecto también ha conllevado un destacado beneficio para la sociedad en su conjunto. Con ello, gracias a Wavekup, cuando a un joven llegue al momento de elegir estudios o profesión, tendrá de su parte las herramientas necesarias para que la elección se sustente en realidades: la pregunta de «¿qué quieres ser de mayor?» no tiene por qué tener una pronta respuesta.