Siglo XXI

Y usted, ¿podría vivir 26 años en un refugio temporal?

La gran mayoría de las personas desplazadas terminan viviendo en hogares temporales durante más de dos décadas: repensarlos es, hoy, un urgente acto humanitario.

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Norman Foster Fundation / Better Shelte
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09
junio
2022

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Norman Foster Fundation / Better Shelte

Por primera vez en la historia, el número de personas forzadas a huir de conflictos, violencia, violaciones de derechos humanos y persecución ha superado la impactante cifra –impulsada por la guerra en Ucrania y otros peligrosos conflictos– de 100 millones. «Es una cifra brutal, tan trascendente como alarmante; un récord al que nunca se debería de haber llegado», sostiene al respecto Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. 

Según los datos de ACNUR, el número de personas desplazadas en todo el mundo alcanzó los 90 millones a finales de 2021, debido a nuevas olas de violencia y conflictos prolongados en países como Etiopía, Burkina Faso, Myanmar, Nigeria, Afganistán y la República Democrática del Congo. Este año, la guerra en Ucrania ha inflado el número aún más. Según explica el director de la oenegé Better Shelter, Johan Karlsson, «la crisis de Ucrania ha obligado a otros 12,5 millones a huir a otras zonas del país o a países vecinos».

Karlsson ha sido el encargado de moderar este miércoles la primera edición de los Shelters Public Debates de la Fundación Norman Foster, cuyo objetivo es abordar los desafíos y las posibles soluciones para brindar refugio a estas comunidades vulnerables.

El número de personas desplazadas en todo el mundo alcanzó los 90 millones a finales de 2021, si bien hoy supera los 100

Tal como defendió, «como comunidad internacional y actores humanitarios debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para salvar vidas, aliviar el sufrimiento y mitigar los efectos del desplazamiento. Debemos tomar medidas para revertir el curso de la emergencia climática. Las necesidades que plantean las crisis actual deben satisfacerse ahora». 

El debate organizado este miércoles se enmarca en el Shelters Workshop 2022, con el que la Fundación Norman Foster quiere abordar los desafíos y las posibles soluciones con las que brindar refugios de emergencia a las comunidades afectadas. Los participantes de este taller desarrollarán un proyecto con un objetivo principal: lograr construir 1.000 refugios y un centro médico en un solo día. 

Refugiados: 30 años de desplazamiento

Aunque tendemos a pensar en el desplazamiento de personas como algo temporal, la mayoría de las veces no es así. En concreto, se calcula que la duración media del desplazamiento es de 26 años, lo que hace necesario abordar, dentro del apoyo humanitario, el punto de vista arquitectónico. Solo así se podrá brindar un refugio –más allá de los clásicos campamentos de refugiados– que en realidad constituya un hogar.

De izquierda a derecha: Norman Foster, Johan Karlsson y Shigeru Ban.

Ante estos datos, el propio Norman Foster ha señalado que «se debe desafiar la idea pasada del refugiado como algo temporal». En este sentido, el veterano arquitecto apuesta por materiales locales para realizar construcciones que permitan a las familias vivir en un lugar lo más parecido posible a una casa.

«Por supuesto que las familias quieren volver al sitio donde estaban y no quedarse en un lugar de refugio, pero como sabemos, la realidad es que pueden pasar allí hasta 26 años, por lo que son necesarias construcciones más firmes por las que la gente pueda ir pasando», señala quien fuera Premio Príncipe de Asturias de las Artes. A ello se suma el hecho de que «si esos edificios tienen la calidad de un pueblo o una ciudad, que es lo que se busca en realidad, entonces se transformaría la calidad de vida: es una revolución necesaria».  

Foster también ve necesario abordar el «asentamiento informal» en el que se encuentran «una de cada tres personas en el mundo». «En estos espacios no hay saneamiento de agua», ejemplifica. También el arquitecto tokiota Shigeru Ban, ganador del prestigioso premio Pritzker, se ha unido a la necesidad de «redefinir el significado de la palabra temporalidad». De hecho, ha apuntado a una de las cuestiones esenciales a la hora de generar construcciones que puedan suponer un hogar para las familias: la dignidad. 

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