Tiranos desconocidos

Nombres como Xi Jinping, Vladimir Putin y Nicolás Maduro acaparan titulares en todo el mundo, cualquier día del año. Sin embargo, existen otros peligrosos dictadores que también ponen en jaque los derechos humanos de los civiles.

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04
agosto
2021
El presidente de Ruanda, Paul Kagame.

1994: milicias armadas con machetes y rifles masacraron a más de 800.000 miembros de la minoría tutsi. Fue un brutal genocidio que marcó por siempre la historia de Ruanda en África. El ex líder militar Paul Kagame es considerado el responsable de acabar con el genocidio, llevando a este país africano a alcanzar la paz y la prosperidad económica. Pero Kagame llegó al poder para quedarse y los ruandeses llevan ya 21 años bajo el yugo de su represión.

Ni los que están en el exilio salen ilesos. Consideremos el caso de Paul Rusesabagina, un héroe quien durante el genocidio salvó a más de 1.200 tutsis albergándolos en su hotel. Desde 1996, Rusesabagina había estado exiliado en Bélgica, desde donde expresaba su oposición al actual régimen ruandés. Pero, este año, el gobierno de Kagame lo engañó para que volviera a Ruanda donde ahora Rusesabagina enfrenta un juicio infundado por terrorismo. Así lo expresa su hija, Carine Kanimba: «Lo que arriesga no es sólo la cadena perpetua, sino también la muerte. Sabemos que Paul Kagame no tiene ningún problema en matar a sus oponentes políticos, a sus críticos, e incluso a los activistas de derechos humanos y a los periodistas que se atreven a decir algo».

Toro: «Paul Kagame (Ruanda) fue el niño mimado de las agencias internacionales de desarrollo porque fue muy hábil haciendo alianzas en el exterior»

La violencia, los procesos extrajudiciales y las leyes represivas en contra de sus ciudadanos también han sido característicos de Camboya. Allí el primer ministro Hun Sen ha gobernado durante los últimos 35 años, siendo uno de los mandatarios más longevos del mundo. La activista de derechos humanos Theary Seng fue acusada de traición, pero aún así se mantiene firme en su oposición al gobierno. «En una sociedad que llamamos democrática, tengo derecho a expresar mis opiniones, a expresar opiniones políticas, en esta me persiguen y me enjuician, pero yo no le tengo miedo a este régimen. Él, el Sr. Hun Sen, no es el dueño de mi vida», defiende.

Esta fórmula de persecusión a la oposición política y a la libre expresión se repite en Turkmenistán en Asia Central,  donde Gurbanguly Berdymujamedov lleva 14 años en el poder. Según la organización Reporteros sin Fronteras, este país es el tercero con menor libertad de prensa en el mundo. Ni siquiera hay visas para periodistas extranjeros y estas dificultades para recopilar información contribuyen a que los medios internacionales no le presten atención a los abusos que allí suceden.

Pero, como explica el periodista del Washington Post, Francisco Toro, hay otros factores en juego. «hay un asunto de intereses geoestratégicos, Para los dictadores de esos países es más fácil pasar desapercibidos, porque lo que pasa ahí tiene poco interés para las grandes potencias», explica. «En el caso de Turkmenistán, tiene gran interés para una potencia que es Rusia, que también es autocrática. En Ruanda hay un caso bien particular, y es que Paul Kagame no es que fuera ignorado por la comunidad internacional, sino que fue el niño mimado de las agencias internacionales de desarrollo porque lograba gobernar a Ruanda efectivamente y porque fue muy hábil haciendo alianzas en el exterior». De hecho, Kagame ha desarrollado relaciones con importantes líderes como Emmanuel Macron y Xi Jinping, cuyos gobiernos han invertido en diferentes proyectos de infraestructura en Ruanda.

El régimen nicaragüense opta por ‘congelar la noticia’ para desaparecer del radar internacional

Una relación cada vez más fuerte con Rusia también ha beneficiado al régimen de Daniel Ortega quien ya acumula 14 años en el poder en Nicaragua, en Centroamérica. Desde el 2018, cuando estallaron las protestas en contra de su gobierno que dejaron más de 300 muertos, se ha observado un deterioro de los derechos humanos, y Ortega incluso ha llegado a crear cuerpos especializados para perseguir a opositores como Felix Maradiaga. «El esquema de acoso policial y paramilitar adquirió otro nivel estableciendo un anillo policial de 24 horas al día, 7 días a la semana», relata el político opositor nicaragüense.

En las Américas, el régimen nicaragüense tiene una estrategia en común con la dictadura cubana –establecida en los años 60 pero dirigida desde 2019 por Miguel Díaz-Canel–. Ambos países están optando por ‘congelar la noticia’ para evitar figurar con frecuencia en el radar internacional. «El plano político está tan controlado por el gobierno en esos dos países que es difícil crear cambio en la dinámica política que provoque interés político. Esto está pasando en también en Venezuela», apuntilla el periodista Francisco Toro.

Los atropellos de estos tiranos contra sus ciudadanos no son menos dignos de atención por parte de la comunidad internacional y los medios de comunicación, sobre todo cuando continúan construyendo alianzas con potencias mundiales, que solo terminan legitimando sus abusos de poder.


Este contenido fue emitido en formato audiovisual por el programa de televisión ‘Efecto Naím’, una producción de Naím Media y NTN24. Forma parte de un acuerdo de colaboración de este programa con la revista ‘Ethic’.

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