Reutilizar: la clave para aliviar el bolsillo… y el planeta
En España, 9 de cada 10 personas reconocen utilizar productos de segunda mano. Reutilizar es esencial para construir un mundo más sostenible, pero ¿y si regalamos lo que ya no utilizamos para luchar contra el cambio climático?
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Vivimos rodeados de cosas. Nuestras viviendas están abarrotadas de todo tipo de objetos, dispositivos electrónicos, pequeños electrodomésticos, ropa, adornos, juguetes, libros… Los armarios y las estanterías ya no dan más de sí, al trastero casi no podemos ni entrar. ¿Cuántos de los lectores se sentirán identificados con esta situación? La cultura del consumismo en la que nos encontramos inmersos no da tregua al espacio físico. Compramos muchas de esas cosas por impulso, por capricho, no tanto por necesidad, y cuando ese nuevo producto, el más deseado, llega a casa, desbanca a otros con los que, de repente, ya no sabemos qué hacer, pero siguen estando en buen estado de uso. Lamentablemente, muchos de ellos terminan directamente en la basura, pero históricamente también hemos recurrido a desviar parte de esos productos destronados al mercado de segunda mano que, pese a existir desde hace décadas, hoy, gracias a la tecnología, se ha reinventado y catapultado.
Actualmente existen diversas plataformas, como Wallapop o Milanuncios entre otras, que ofrecen un punto de encuentro entre oferta y demanda en el que los consumidores tienen la posibilidad de vender lo que ya no necesitan, y también de buscar aquello que les hace falta sin necesidad de acudir a un espacio comercial al uso, físico o virtual. Pero también hay apps como Gratix, que facilitan ese contacto, en este caso no con el fin de vender, sino de regalar aquellas cosas que ya no se quiere conservar y poder solicitar aquello que se necesita. Es decir, la tecnología ha conseguido que quien lo desee,pueda decidir con mucha facilidad dar una segunda vida a un producto en buen estado que ya haya sido utilizado por otra persona, en lugar de comprarlo nuevo en una tienda.
«El mercado de segunda mano se ha reinventado y catapultado gracias a la tecnología»
Al optar por la reutilización, el precio –si lo hay– siempre va a ser más bajo, y eso ya es una gran ventaja para nuestro bolsillo. Pero hay otro factor aún más importante a tener en cuenta: la sostenibilidad. Si optamos por este modelo de consumo no solo ahorramos dinero, sino también materias primas, energía y emisiones de CO2 –resultantes de la fabricación de los nuevos productos–, y reducimos la generación de residuos y desechos que se acumulan en nuestras ciudades a causa de la obsolescencia programada y de un modelo de consumo de usar y tirar.
Como ciudadanos no está en nuestra mano desarrollar nuevos materiales biodegradables, ni aprobar normativas que obliguen a los fabricantes a reducir el impacto ambiental de sus procesos productivos. Sin embargo, sí lo está contribuir a alargar la vida útil de lo que ya está fabricado. De hecho, reutilizar puede ser la mejor arma que tengamos a nuestro alcance para frenar el cambio climático y mejorar la sostenibilidad del mundo en que vivimos, empezando por nuestra nuestra ciudad, nuestra comunidad y nuestro entorno más cercano.
Una tendencia al alza
Lo cierto es que la combinación de estos tres factores –tecnología, ahorro y concienciación– está consiguiendo que el consumo de segunda mano esté creciendo de forma exponencial en España. Según un estudio que hemos realizado en Gratix a partir de un sondeo entre 400 personas mayores de edad de todo el país, 9 de cada 10 españoles reconoce utilizar con mayor o menor frecuencia productos de segunda mano. De ellos, el 56,5% recurre a esta modalidad de consumo de forma puntual y con determinados tipos de productos, el 18% admite hacerlo con frecuencia y un 11,5% reutiliza productos de otras personas solo si son de su círculo de conocidos. Tan solo hay un 14% que confiesa que prefiere comprarlo todo nuevo.
«Como ciudadanos podemos contribuir a alargar la vida útil de lo que ya está fabricado»
Además, 8 de cada 10 afirma recurrir ahora más que antes a este tipo de productos. De ellos, un 47% reconoce haber aumentado sus hábitos de reutilización por convicción, por entender la importancia de practicar un consumo responsable. El 34% restante admite hacerlo por ahorro.
Compartir lo que ya no usamos genera también otros beneficios. Por lo que hemos podido comprobar a través de nuestra plataforma, el que los productos se ofrezcan como un regalo para alguien que lo necesita no solo elimina barreras a la reutilización, sino que también incrementa la satisfacción personal por estar haciendo algo positivo por alguien: nos sienta bien y nos hace sentirnos mejores personas.
Necesitamos impulsar un cambio profundo en nuestro estilo de vida que favorezca la transición de una sociedad consumista a una más responsable. No se trata de no comprar productos nuevos, sino de hacerlo de forma más consciente, menos impulsiva, cuando de verdad los necesitamos. Con ello, saldrá ganando nuestra economía doméstica y también nuestro planeta.
José María García es fundador de Gratix, app de consumo responsable que permite regalar lo que no usas y pedir lo que necesitas.
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